Uno de los problemas en nuestra vida diaria es que muchos de nosotros pasamos el día con prisas, sin tiempo para nada… y cuando tenemos tiempo para comer algo, lo engullimos.
Eso conduce a una vida estresante y poco saludable.
Y con el simple pero poderoso acto de comer más despacio, podemos comenzar a revertir ese estilo de vida inmediatamente. ¿Qué tan difícil es? Tome bocados más pequeños, mastique cada bocado más lento y por más tiempo, y disfrute su comida un poco más.
Se necesitan unos minutos extra en cada comida y, sin embargo, puede tener efectos profundos.
Es posible que ya haya oído hablar del Movimiento Slow Food, iniciado en Italia hace casi dos décadas para contrarrestar el movimiento de comida rápida. Todo lo que es comida rápida, Slow Food no lo es.
Si lee el Manifiesto de Slow Food, verá que no se trata solo de salud, se trata de un estilo de vida. Y ya sea que quiera adoptar ese estilo de vida o no, hay algunas razones por las que debería considerar el simple hecho de comer más despacio:
1. Perder peso. Un número creciente de estudios confirma que con solo comer más despacio, consumirá menos calorías; de hecho, lo suficiente como para perder 20 libras al año sin hacer nada diferente ni comer nada diferente. La razón es que nuestro cerebro tarda unos 20 minutos en registrar que estamos llenos. Si comemos rápido, podemos seguir comiendo más allá del punto en el que estamos llenos. Si comemos despacio, tenemos tiempo de darnos cuenta de que estamos llenos y parar a tiempo. Ahora, aún le recomendaría que comiera alimentos más saludables, pero si está buscando perder peso, comer lentamente debería ser parte de su nuevo estilo de vida.
2. Disfrute su comida. Esta razón es igual de poderosa, en mi opinión. Es difícil disfrutar de la comida si pasa demasiado rápido. De hecho, creo que está bien comer alimentos menos saludables, si come una pequeña cantidad lentamente. Piénselo: quiere comer alimentos pecaminosos (postres, frituras, pizza, etc.) porque saben bien. Pero si los come rápido, ¿cuál es el punto? Si los come lentamente, puede obtener la misma cantidad de gran sabor, pero con menos cantidad en el estómago. Eso es matemática que funciona para mí. Y aparte de ese argumento, creo que se es más feliz al probar buena comida y disfrutarla plenamente, que al comer despacio. Haga de sus comidas un placer gastronómico, no algo que haga apurado, entre eventos estresantes.
3. Mejor digestión. Si come más despacio, masticará mejor la comida, lo que conduce a una mejor digestión. La digestión en realidad comienza en la boca, así que cuanto más trabajo haga allí, menos tendrá que hacer en el estómago. Esto puede ayudar a conducir a menos problemas digestivos.
4. Menos estrés. Comer despacio y prestar atención a lo que comemos puede ser una gran forma de ejercicio de atención plena. Viva el momento, en lugar de apresurarse a comer pensando en lo que debe hacer a continuación. Cuando come, debe comer. Creo que este tipo de atención plena conducirá a una vida menos estresante y a una felicidad a largo plazo. Dele una oportunidad.
5. Rebélese contra la comida rápida y la vida rápida. Nuestras vidas agitadas, aceleradas, estresantes y caóticas, la vida rápida, conducen a comer comida rápida y comerla rápidamente. Este es un estilo de vida que nos está deshumanizando, haciéndonos insalubres, estresados e infelices. Pasamos el día a toda prisa, haciendo una tarea sin sentido tras otra, sin tomarnos el tiempo para vivir la vida, para disfrutar de la vida, para relacionarnos unos con otros, para ser humanos. Eso no es algo bueno en mi libro. En cambio, si lo es rebelarse contra todo ese estilo de vida y filosofía… con el pequeño acto de comer más despacio. No coma comida rápida. Coma en un buen restaurante, o mejor aún, cocine su propia comida y disfrútela al máximo. Para saborear la vida misma.
Esta historia se publicó originalmente en el blog de ZenHabits.
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