Cindy Crawford, una de las principales supermodelos de los años 80 y 90, se sincera sobre un período angustioso de su infancia.
Durante un episodio del podcast «Kelly Corrigan Wonders«, publicado el 11 de mayo, la modelo de 58 años describió la «culpa del superviviente» que ella y sus dos hermanas experimentaron después de que su hermano menor, Jeffrey, falleciera trágicamente de leucemia a la edad de 5 años.
“No estoy segura de que [nuestros padres] definitivamente quisieran tener cuatro hijos, pero querían un niño—mi papá quería un niño. Entonces, ya sabes, el cuarto era el niño, y creo que había mucha culpa… hay esa culpa de sobreviviente de los otros niños y especialmente porque sabíamos que mi papá realmente quería un niño”, explicó Crawford.
«Sentíamos que debió ser una de nosotras. Y fue tan extraño que, durante años, mis hermanas y yo tuvimos las mismas pesadillas en las que… debió ser una de nosotras», añade.
Superar el duelo
La oriunda de Illinois —que asistió brevemente a la Universidad Northwestern con una beca académica para estudiar ingeniería química antes de abandonarla para dedicarse al modelaje— tenía sólo 8 años cuando a su hermano le diagnosticaron leucemia. Jeffrey, que entonces tenía casi 3 años, luchó contra la enfermedad durante unos dos años, hasta que sucumbió a ella.
Según la Sociedad Americana del Cáncer, la leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que se desarrolla en la médula ósea. Es el tipo de cáncer más común entre niños y adolescentes, representando alrededor de un tercio de todos los diagnósticos para este rango de edad y es la segunda causa principal de muerte relacionada con el cáncer entre niños, adolescentes y adultos jóvenes, según la Sociedad de Leucemia y Linfoma.
Hablando con la Sra. Corrigan y con la copresentadora del episodio del podcast, la también modelo Christy Turlington Burns, la Sra. Crawford relató las dificultades a las que se enfrentó su familia durante la enfermedad de Jeffrey.
«Tuvimos que recurrir a tías, tíos y abuelas y, afortunadamente, teníamos una gran familia en nuestro pueblo», explicó, señalando que su madre se ocupaba de su hermano mientras su padre trabajaba para pagar las facturas.
«Sin duda, eso supuso una dificultad para la familia», continuó. «Teníamos suficiente familia a nuestro alrededor como para no darme cuenta o sentir lo que pasaba por ser una niña. Y no sabía—sabíamos que estaba enfermo, pero no sabíamos realmente qué estaba pasando».
Tras la muerte de Jeffrey, la Sra. Crawford dice que toda la familia quedó destrozada. Sus padres afrontaron la pérdida de distintas maneras y finalmente decidieron divorciarse.
«Creo que en el caso de mi madre, pudo y eligió hacer el duelo como es debido —asistió a cursos sobre la muerte y los moribundos, tiene una fe muy fuerte— así que pudo superar el dolor», explica. «Creo que mi padre tuvo que ir a trabajar tres días después, así que lo afrontaron de forma muy diferente».
Superar la pérdida
Crawford tuvo dos hijos —Kaia, de 22 años, y Presley, de 24— con su marido, el empresario Rande Gerber, con quien se casó en 1998. La modelo reconoció que fue después de tener sus propios hijos cuando se dio cuenta de la magnitud de lo que había sufrido su madre al perder un hijo.
«Recuerdo que cuando tuve a mi primer hijo llamé a mi madre y le dije ¿cómo lograste sobrevivir?, porque no puedes imaginarte perder un hijo hasta que lo tienes, e incluso entonces no quieres imaginártelo», recordó.
«Pero recuerdo que ella dijo, bueno, yo tenía otros tres hijos que me miraban para que los guiara a través de esto», continuó. «Y creo que, gracias a nosotros, se levantó de la cama y tuvo que hacer lo que tenía que hacer».
La madre de la Sra. Crawford tenía sólo 26 años cuando perdió trágicamente a su hijo. Dado que la matriarca de la familia no tenía trabajo durante esa difícil etapa de su vida para cuidar de Jeffrey, pudo estar al lado de la Sra. Crawford y de sus dos hermanas mientras éstas atravesaban su propio proceso de duelo.
Sin embargo, a pesar de la presencia de su madre en los momentos de necesidad, la modelo dijo que persistía su sentimiento de culpa de superviviente. Mientras asistía a un taller de coaching durante la pandemia de COVID-19, la Sra. Crawford explicó que finalmente pudo resolver sus sentimientos persistentes tras el traumático suceso.
«Me di cuenta de que una de las preguntas que me hizo el coach fue algo así como: Qué necesitabas oír en ese momento que no oíste?.
«Necesitaba escuchar: Sí, estamos muy tristes por la muerte de Jeff, pero estamos muy contentos de que estés aquí», continuó. «Y, por supuesto, mi madre no sabía cómo decírmelo, pero después, al trabajar conmigo misma, pude pedirle a mi madre que me lo dijera ya de adulta, para cerrar el círculo de ese sentimiento».
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