En los últimos años, los estándares médicos para las cirugías transgénero en menores de edad han experimentado cambios significativos. Yvette Corkrean, una enfermera de California, expresó su profunda preocupación por estos cambios y las consecuencias negativas para la salud y el bienestar de los jóvenes, en una entrevista con Bay Area Innovators del Epoch Times, adaptada al español por Opinión Pública de EpochTV.
Corkrean trabajó en el consorcio de salud Kaiser Permanente en San Francisco por 19 años. Según la enfermera, Kaiser fue uno de los primeros centros de cirugía de reasignación de género en California, y cuando trabajaba allí los hombres y mujeres que querían reasignación de género debían pasar por su departamento antes de someterse a cirugía.
La profesional de atención a la salud dijo que comúnmente el centro daba pautas muy estrictas a estas personas antes de brindarles tratamiento médico para la reasignación de género.
«Estos adultos tenían que pasar por evaluaciones psicológicas rigurosas y tenían que vivir como el género opuesto durante un año, antes de poder recibir sus bloqueadores hormonales o las hormonas cruzadas, incluso antes de ser considerados para una cirugía de cambio de sexo», explicó Corkrean.
«Pero eso ha cambiado ahora», añadió. «La comunidad médica ha abandonado ese estándar de cuidado. No solo ha abandonado ese estándar de cuidado, sino que también ha reducido el límite de edad, y ahora están ofreciendo estas cirugías a niños. Si los niños no pueden conducir un automóvil, o comprar cigarros, o votar en nuestras elecciones, o hacerse un tatuaje, ¿por qué se les permite autodiagnosticarse, elegir su tratamiento y proceder con una reasignación de género desde la primera cita?», cuestionó.
Según la profesional de la salud, algunos de estos niños ni siquiera son tratados en persona, sin embargo se les afirma que no son normales y que no nacieron en el cuerpo correcto. «Es lo más cruel que se le puede decir a un niño», expresó.
Corkrean comparó la situación de la reasignación de género con el tratamiento de otros trastornos, como la anorexia. En estos casos, dijo la enfermera, los médicos no afirman la percepción distorsionada del cuerpo del paciente, sino que trabajan para corregirla.
«Si un niño sufre de anorexia o bulimia, el médico no afirma que están gordos y les da píldoras para adelgazar o lo somete a una cirugía de banda gástrica o bypass gástrico. Ellos tratan su disforia de imagen corporal», comentó la enfermera.
«Pero esto no sucede en el mundo de la confusión de género», añadió. «Los médicos están afirmando la disforia de género de los niños. Desde la primera cita, les están dando medicación para continuar en este camino», explica.
«Eso es cruel, eso es criminal, y necesitamos parar eso».
Advirtió, además, que las intervenciones quirúrgicas pueden tener consecuencias irreversibles, como la esterilidad.
Corkrean mencionó que después de unos pocos meses de tratamiento con bloqueadores hormonales y hormonas cruzadas, los jóvenes pueden quedar estériles de por vida.
«Si estos niños que tienen disforia de género fuesen dejados en paz y no se les proporcionara terapia hormonal, si simplemente se les dejara pasar por su pubertad, el 88 por ciento de ellos se sentirían normales con el cuerpo en el que nacieron», destacó.
«Pero ahora mismo, una de cada cuatro niñas se está identificando como chicos, y están recibiendo estos medicamentos, hormonas y cirugías desde la primera cita, así que nunca van a tener la oportunidad de descubrir esto por sí mismas», expuso.
Según un último recuento, Estados Unidos cuenta con al menos 60 clínicas de género dedicadas a intervenciones médicas con hormonas cruzadas, bloqueadores de la pubertad y cirugías para menores de edad.
Además, cerca de 600 clínicas de Planned Parenthood en todo el país proporcionan bloqueadores de la pubertad y hormonas cruzadas para los niños estadounidenses.
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