WASHINGTON — Con 42 estados y el Distrito de Columbia habiendo de alguna forma legalizado la marihuana, los legisladores federales están impulsando la legislación para implementar una política nacional.
Se presentaron una serie de proyectos de ley en el Congreso para legalizar la marihuana a nivel federal, lo que la eliminaría de la lista de sustancias incluidas en la Ley de Sustancias Controladas. Muchas de las propuestas suprimirían retroactivamente los antecedentes penales por posesión de marihuana y eliminarían las penas por cultivo, venta y posesión de marihuana.
La medida más reciente, presentada el 30 de julio por la senadora Tina Smith (D-Minn.), ordena al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) regular los productos de cannabis «de la misma manera y en la misma medida» que el tabaco, según el texto del proyecto de ley.
Smith, quien busca la reelección en noviembre, dijo en un comunicado del 3 de agosto que la prohibición federal de la marihuana es «una política fallida que contribuye al encarcelamiento masivo y a la excesiva vigilancia policial racista de las comunidades de color».
«Además de abordar el legado dañino y racista de la Guerra contra las Drogas … debemos abordar la legalización de la marihuana de una manera que asegure que el cannabis y los productos de cannabis son seguros, regulados y bien investigados», escribió.
Una legislación similar, introducida en la Cámara de Representantes en enero de 2019 por el representante Earl Blumenauer (D-Ore.), tiene como objetivo regular la marihuana de la misma manera que el alcohol.
Aparte del alcohol, la marihuana es la droga recreativa más utilizada en Estados Unidos.
A nivel federal, la marihuana es ilegal y figura como droga de la Clasificación 1 en la Ley de Sustancias Controladas, pero desde 1996 muchos estados aprobaron su cultivo y uso. Las drogas de la Clasificación 1 se consideran las más peligrosas, con un alto potencial de uso indebido, e incluyen la heroína, el peyote y el éxtasis.
La marihuana recreativa se diferencia de la medicinal en que su potencia es mayor y el objetivo de los usuarios es divergente, según Staci Gruber, profesora adjunta de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard.
«Los usuarios recreativos suelen buscar productos con alto contenido de THC, dado que su objetivo es ‘alterar su estado de ánimo actual’ o ‘drogarse'», dijo Gruber. «Por el contrario, los pacientes de marihuana medicinal no suelen estar interesados en drogarse, sino que buscan el alivio de síntomas».
El principal ingrediente psicoactivo de la planta de cannabis, el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), aumentaron exponencialmente en las dos últimas décadas, al tiempo que se diversificaron los métodos de ingestión.
En 1995, la potencia media (nivel de THC) de la marihuana era de alrededor del 4 por ciento, según el director de Salud Pública de Estados Unidos, Jerome Adams. Para 2014, era de hasta el 12 por ciento, y Adams dijo que algunos productos de los distribuidores tienen una potencia de alrededor del 25 por ciento.
Ahora, hay formas concentradas de marihuana en ceras y resinas que tienen hasta un 80 por ciento de potencia. Estos concentrados se usan a menudo en los cigarrillos electrónicos o en vaporizadores.
«Esa es como la diferencia entre tomar una cerveza ligera en 1995 y beber una pinta de vodka hoy en día. Es literalmente una gran diferencia en la concentración», dijo Adams durante una audiencia en el Senado en octubre de 2019.
Colorado en lo alto
La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) divide los mercados de la marihuana en tres categorías distintas en Estados Unidos: uso ilícito, uso médico aprobado por el Estado y uso personal o recreativo aprobado por el Estado.
Colorado tiene las regulaciones más progresistas para la marihuana, permitiendo que las plantas se cultiven en los hogares de las personas, en lugar de solo en el exterior.
En julio de 2013, Colorado legalizó la marihuana recreativa y permitió que los adultos de 21 años o más cultiven hasta seis plantas en sus edificios. A partir de 2018, el número de plantas se incrementó a 12.
En 2014, el estado reguló y comercializó completamente tanto la marihuana recreativa como la medicinal, y las primeras tiendas abrieron el 1 de enero de 2014. El cultivo, la posesión, la venta y el uso de la marihuana recreativa está ahora incluido en la Constitución de Colorado.
John Hickenlooper, quien fue gobernador en el momento en que el estado legalizó la marihuana, dijo en 2019 durante una breve campaña presidencial que no legalizaría la marihuana a nivel federal, sino que dejaría que los estados decidieran.
Hickenlooper dijo que inicialmente estaba en contra de que Colorado legalice la cannabis, pero que ahora lo apoya.
«Creo que es mucho mejor que el viejo sistema cuando enviamos a millones de niños a la cárcel— la mayoría de ellos niños de color—y no solo los encarcelamos, sino que los convertimos en delincuentes, haciendo sus ya difíciles vidas mucho, mucho más difíciles», dijo en una asamblea pública presidencial en julio de 2019.
Pero la legalización también produjo resultados contrarios a algunos de sus supuestos.
«Pensamos que el mercado negro desaparecería», dijo Hickenlooper a PBS Newshour en 2019. «Evidentemente, se contrajo, y luego comenzó a expandirse de nuevo. Y eso es contradictorio, ¿verdad? No es lo que se esperaría».
Algunos defensores siguen diciendo que el mercado negro desaparecería si la marihuana se legalizara a nivel federal.
Las operaciones de marihuana en el mercado negro de Colorado se «dispararon completamente» desde su legalización, según Randy Ladd, portavoz de la división de campo de la DEA en Denver.
Y permitir su cultivo en interiores provocó uno de los mayores problemas, dijo.
«Nadie se apega a la ley. No creo que hayamos estado alguna vez en una casa que solo haya tenido 12 plantas», dijo Ladd. «Es un promedio de 300 plantas por casa. Algunas de ellas tendrán 1000 plantas».
Dijo que grupos de cubanos y chinos, en particular, compran casas y traen a extranjeros ilegales para cultivarlas. A menudo, los grupos cubanos traen extranjeros ilegales y les dicen que deben cinco cosechas, por ejemplo, como pago por su entrada a Estados Unidos.
«Y así, después de la tercera o cuarta cosecha, una vez que se han vuelto buenos en el cultivo de marihuana —porque no es algo fácil— entran y les roban», dijo Ladd. Los jefes cubanos envían una pandilla para robarles así pueden obtener su cosecha y los inmigrantes ilegales no pueden contar esa cosecha entre las cinco que deben.
Dijo que después, las casas suelen arruinarse con el moho creado por la combinación de luces de crecimiento de alta intensidad y el agua que las plantas necesitan.
«Y perforan los cimientos de la casa para poder robar la electricidad», dijo Ladd. Una cosecha puede pagar el costo de la casa y una vez que se van, simplemente colocan parches sobre el moho para el comprador desprevenido, dijo.
En el año fiscal 2014, la oficina de la DEA en Denver ejecutó 14 órdenes de arresto por operaciones de cultivo ilegal de marihuana y confiscó cerca de 5100 plantas y 35 libras de marihuana. Para el año fiscal 2019, el número de órdenes de arresto se disparó a 175 y la DEA de Denver incautó más de 70,000 plantas y 8200 libras de marihuana. Una casa en Colorado Springs tenía más de 2000 plantas.
Ladd dijo que estos números representan «solo una fracción» de las operaciones de marihuana en el mercado negro de Colorado y no incluyen los muchos otros casos dirigidos por otras agencias federales, estatales y locales.
La marihuana del mercado negro de Colorado se envía a todo Estados Unidos, pero gran parte se dirige al este.
Ladd dijo que un comprador que no es del estado pagaría entre 2200 y 2400 dólares por libra de marihuana de Colorado en 2014, pero debido al exceso de oferta, ahora bajó a entre 800 y 1000 dólares por libra.
La política va más rápido que la ciencia
Adams dijo que la política sobre la marihuana se está moviendo más rápido que la ciencia, lo que dio lugar a la percepción de que la droga es segura; al mismo tiempo, el daño potencial aumentó con una potencia mucho mayor.
La legislación de Smith ordena al secretario del HHS que desarrolle una estrategia nacional para «prevenir el uso y el abuso del cannabis por parte de los jóvenes, prestando especial atención al uso de cigarrillos electrónicos de cannabis por parte de los jóvenes».
La tendencia actual entre los jóvenes a nivel nacional y en Colorado es un aumento en el uso de la marihuana de potencia alta.
Un tercio de los jóvenes que consumen marihuana la adulteran, dijo Adams. Y debido a que la marihuana se mezcla con aceites para aumentar la potencia, hace que el tejido pulmonar sea «carcomido».
«Ninguna cantidad de marihuana usada durante el embarazo o durante la juventud cuando el cerebro está en desarrollo, se considera segura», dijo.
Los estudios muestran que dosis más altas de THC tienen más probabilidades de producir ansiedad, agitación, paranoia y psicosis. Y el uso frecuente de la marihuana durante la adolescencia está asociado con cambios estructurales y funcionales en áreas del cerebro involucradas en la atención, la memoria, la toma de decisiones y la motivación.
«No es inofensivo en absoluto», dijo la Dra. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas.
La marihuana fue reportada como la principal droga de abuso por el 71.8 por ciento de los jóvenes menores de 18 años admitidos para tratamiento en 2017. El uso de marihuana en los jóvenes adultos de Colorado de 18 a 25 años aumentó del 21 por ciento en 2005 al 32 por ciento en 2015, según un informe del Departamento de Seguridad Pública de Colorado para el año 2018.
Volkow dijo que los efectos del uso regular de la marihuana en la memoria y el aprendizaje pueden eventualmente conducir a mayores tasas de ausentismo y abandono escolar. El uso regular de marihuana en la adolescencia también se relaciona con mayores índices de intentos de suicidio.
Los estudios también muestran que el uso de la marihuana está asociado con el uso de otras sustancias. Los adolescentes de 12 a 17 años que informaron sobre el uso frecuente de la marihuana mostraron un 130 por ciento más de probabilidades de abusar en el consumo de opioides en un estudio realizado en 2017. Y los adolescentes que usan concentrados muestran mayores índices de uso de otras sustancias, según el informe del Departamento de Seguridad Pública.
«El departamento de urgencias de uno de los principales hospitales de San Diego multiplicó por ocho los ingresos de emergencia por cannabis en un período de ocho años, es gigantesco», dijo Volkow.
Ladd dijo que los médicos de la sala de emergencias de Colorado le dijeron que «no pasa un turno» en el que alguien no llegue con una sobredosis de marihuana, ya sea en estado de catatonia, psicosis o «gritando y vomitando al mismo tiempo».
Un informe del Departamento de Seguridad Pública de Colorado de 2018 señala que en el 2000, las hospitalizaciones con posibles indicios de marihuana fueron de 575 por cada 100,000 pacientes. Para septiembre de 2015, la tasa era de hasta 2696 hospitalizaciones por cada 100,000.
La legislación de Smith también ordena al secretario de transporte la identificación de métodos fiables para detectar la conducción bajo los efectos de la cannabis.
Desde que se legalizó la marihuana recreativa, las muertes en accidentes de tránsito en las que los conductores dieron positivo en la prueba de marihuana aumentaron un 109 por ciento, mientras que todas las muertes por accidentes de tránsito en Colorado aumentaron un 31 por ciento, según un informe del Área de Tráfico de Drogas de Alta Intensidad de Rocky Mountain de septiembre de 2019. Las muertes por accidentes de tránsito en las que los conductores dieron positivo en las pruebas de marihuana se incrementaron en más del doble, de 55 personas muertas en 2013 a 115 en 2018.
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