Decenas de clínicas médicas de Oregón, Estados Unidos, perdieron trabajadores a causa de la orden de vacunación contra COVID-19 impuesta por la agencia sanitaria del estado, según un nuevo estudio.
Alrededor de la mitad de las clínicas que respondieron a las encuestas informaron de que perdieron trabajadores. La mayoría de las que informaron una pérdida de empleados están situadas en zonas rurales.
«La orden de vacunación contra COVID-19 de Oregón aumentó las tasas de vacunación del personal sanitario, pero amplificó los problemas de dotación de personal con repercusiones desproporcionadas en las zonas rurales», indicó la Dra. Brigit Hatch, profesora de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, junto a sus colaboradores.
La gobernadora de Oregón, la demócrata Tina Kotek, y la Autoridad Sanitaria de Oregón no respondieron a las peticiones de comentarios.
La orden de vacunación la anunció en 2021 la exgobernadora de Oregón, la demócrata Kate Brown. En agosto de 2021, ella anunció que a partir del 18 de octubre de 2021 dejaría de existir la prueba de detección del virus como alternativa al requisito de vacunación.
Brown alegó que obligar a los trabajadores a vacunarse ayudaría a garantizar que hubiera suficientes trabajadores para tratar a los pacientes.
Las vacunas nunca impidieron la infección o la transmisión y los datos de la época mostraron que la protección otorgada por las vacunas disminuía con el tiempo, lo que pronto llevó a las autoridades federales a autorizar vacunas de refuerzo.
La orden fue impuesta por la Autoridad Sanitaria de Oregón incluso cuando la agencia reconoció que las personas vacunadas no solo podían infectarse, sino que tenían cargas virales, o cantidades de COVID-19, similares a las de las personas no vacunadas.
«La variante Delta está provocando un aumento de los casos de personas no vacunadas y de los casos de infección post vacunación. Esta norma es necesaria para ayudar a controlar el COVID-19, proteger a los pacientes y proteger al personal sanitario del estado», dijo entonces la autoridad sanitaria.
La regla fue suspendida en mayo de 2023.
«La OAR 333-019-1010 se suspende ahora, porque se sabe que la inmunidad de la serie primaria disminuye con el tiempo, de tal manera que desde entonces se han recomendado 2 vacunaciones de refuerzo para la mayoría de las personas. Además, el virus que causa COVID-19 ha mutado de tal manera que la serie original proporciona poca protección a largo plazo contra la infección por las cepas que circulan actualmente. Por último, en este momento la mayoría de las personas han sido infectadas por el virus (el 94% según una estimación), lo que proporciona a los sobrevivientes un grado de inmunidad al menos equivalente a la proporcionada por la serie de vacunación original por algún tiempo», dijo la agencia en ese momento.
La norma quedó derogada en junio de 2023.
Más sobre el estudio
La Dra. Hatch y sus coautores crearon una encuesta y la enviaron al personal de las clínicas de atención primaria de todo el estado.
La encuesta fue completada por personal de 80 clínicas de 28 condados, incluidas 38 clínicas de zonas rurales y 42 de zonas urbanas.
Las preguntas de la encuesta incluían si la clínica había perdido trabajadores por despido o renuncia y el nivel de impacto que el mandato había tenido en el personal de la clínica.
Más de la mitad (el 52,6%) de las clínicas rurales perdieron puestos de trabajo a causa de la ley, según los resultados de la encuesta. Aproximadamente cuatro de cada diez estructuras de zonas urbanas perdieron puestos de trabajo debido a los requisitos de vacunación. En total, 37 de las clínicas perdieron puestos de trabajo debido al mandato.
Alrededor del 45% de las clínicas rurales y el 21% de las clínicas urbanas afirmaron que el impacto general en la dotación de personal fue significativo o muy significativo. Alrededor de un tercio de las clínicas dijeron que el impacto fue menor y el resto evaluó el mandato como sin impacto.
«A los que quedamos, esto ha obligado a trabajar más duro, más horas, y a intentar cubrir a los que han sido despedidos. La sensación de exceso de trabajo, estrés y agotamiento es muy alta», dijo a los investigadores un médico de una clínica rural.
«La pérdida de nuestro personal funcional y el cambio en nuestra dinámica de trabajo ha afectado a la atención que prestamos a nuestros pacientes de una forma que ha repercutido negativamente no solo en nuestro personal, el hospital, los pacientes y la moral, sino a la comunidad en su conjunto. Viviendo en una zona rural, esto ha tenido un efecto dominó del que no será fácil recuperarse», dijo otro médico.
La orden de vacunación incluyó exenciones por motivos religiosos o médicos. Las clínicas rurales tenían muchas más probabilidades de contar con personal acogido a exenciones: el 71% declaró tener al menos un miembro del personal con una exención. En comparación, en las clínicas urbanas esto fue un tercio. Algunos de los empleados dijeron que no estaban seguros de si se concedían exenciones en su lugar de trabajo.
La mayoría de las clínicas estaban contratando personal antes de la entrada en vigor del mandato, incluida una cuarta parte que estaba contratando personal clínico.
Otros estudios también han revelado que las órdenes de vacunación provocan una reducción del personal. Investigadores de Inglaterra, por ejemplo, informaron recientemente de que la orden les provocó pérdidas.
En Oregón, algunos habían advertido de que el mandato daría lugar a un menor número de miembros del personal. La Asociación de Enfermeras de Oregón dijo que algunos trabajadores se oponían a las órdenes de vacunación a tal punto que dejarían la profesión debido a los requisitos.
Las tasas de vacunación efectivamente mejoraron con el mandato, ya que el 60% de los empleados afirmaron que la orden incitaba a la gente a vacunarse.
«Dicho esto, cerca de la mitad de las clínicas declararon haber perdido personal, lo cual es problemático para un sistema sanitario de por sí sobrecargado, especialmente para las clínicas pequeñas y las de zonas rurales», señalaron los investigadores.
Ellos sugirieron que las futuras órdenes de vacunación tengan en cuenta las diferencias entre clínicas urbanas y rurales y estudien en qué condiciones se pueden permitir las exenciones.
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