Los ministros de Relaciones Exteriores de Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido, así como el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, han condenado las acciones del Partido Comunista Chino (PCCh) en Hong Kong durante una rara declaración conjunta, publicada el jueves.
Los representantes extranjeros de los Cinco Ojos (Five Eyes) declararon que Beijing estaba llevando a cabo una «campaña concertada para silenciar todas las voces críticas» en Hong Kong y que el PCCh había violado la Declaración Conjunta Sino-británica legalmente vinculante, por tercera vez, cuando descalificó a los legisladores electos en Hong Kong la semana pasada.
El régimen comunista había violado previamente la Declaración Conjunta, dijeron los aliados, con la imposición de la ley de seguridad nacional y el aplazamiento de las elecciones al Consejo Legislativo en septiembre.
«La acción de China es una clara violación de sus obligaciones internacionales», dijo el comunicado.
«Las reglas de descalificación parecen ser parte de una campaña concertada para silenciar todas las voces críticas tras el aplazamiento de las elecciones del Consejo Legislativo de septiembre, la imposición de cargos penales contra varios legisladores electos y las acciones para socavar la libertad de los vibrantes medios de comunicación de Hong Kong», dijeron.
Los ministros dijeron que, por el bien de la estabilidad y prosperidad de Hong Kong, el régimen chino debe respetar los canales para que la gente de Hong Kong exprese sus preocupaciones y opiniones legítimas.
La publicación de la declaración de las naciones que conforman los Cinco Ojos se produce después de que se filtrara una lista no oficial de las quejas del PCCh contra Australia, desde la Embajada de China en Canberra a The Sydney Morning Herald, The Age y Nine Network.
Nine Network, que obtuvo una copia de la lista, dijo que supuestamente contenía 14 quejas de China, incluida una queja sobre el bloqueo que Australia impuso a Huawei para instalar la nueva red 5G, después de que se consideró un riesgo para la seguridad nacional. Dentro de las quejas también había una por la llamada exitosa para una investigación sobre los orígenes de COVID-19, que según el PCCh era supuestamente parte de la campaña anti-China de la administración Trump, la creación de Leyes de Interferencia Extranjera, que el régimen comunista «consideró como un objetivo de China y en ausencia de evidencia». De igual forma la lista presentó quejas por declaraciones sobre acusaciones de derechos humanos, que según el PCCh eran mentiras del gobierno de Morrison.
El primer ministro Scott Morrison descartó la lista el jueves y dijo al programa Nine’s Today que Australia no se comprometería en cuestiones de importancia nacional.
«No vamos a comprometer el hecho de que estableceremos cuáles son nuestras leyes de inversión extranjera o cómo construimos nuestras redes de telecomunicaciones 5G o cómo manejamos nuestros sistemas de protección contra las interferencias», dijo Morrison. «No cambiaremos nada de eso».
Morrison señaló que las quejas del régimen chino incluían críticas a la prensa libre de Australia, diciendo: «Tampoco cambiaremos eso en Australia. Así que seguiremos siendo nosotros mismos. Defenderemos nuestros intereses nacionales, pero nos comprometeremos con nuestros socios respectivamente».
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