Una corte ordenó al fabricante de refrescos Coca-Cola que efectúe pagos multimillonarios al Servicio de Impuestos Internos (IRS) para cubrir impuestos atrasados.
El 31 de julio, la Corte Fiscal de EE. UU. dictaminó que había deficiencias en las cuotas del impuesto sobre la renta a pagar por Coca-Cola al IRS para el período 2007-2009 por un importe aproximado de 2700 millones de dólares. Añadiendo los intereses, la cantidad total a pagar por Coca-Cola asciende a unos 6000 millones de dólares, según informó la empresa en un comunicado de prensa el 2 de agosto.
Coca-Cola dijo que defenderá su posición y criticó la decisión, afirmando que «el IRS y la Corte Fiscal malinterpretaron y aplicaron erróneamente la normativa aplicable implicada en el caso».
Con 90 días para presentar una notificación de apelación, Coca-Cola tiene la intención de pagar los aproximadamente 6000 millones de dólares adeudados mientras sigue adelante con el proceso de apelación.
El asunto tiene su origen en una notificación enviada por el IRS a Coca-Cola en septiembre de 2015, en la que la agencia solicitaba 3300 millones de dólares en concepto de impuesto sobre la renta adicional para 2007-2009.
El IRS dijo en el aviso que reasignaría más de 9000 millones de dólares en ingresos de las cuentas de la empresa, lo que daría lugar a la cuota tributaria. El fabricante de refrescos alegó que la reasignación violaba una metodología de cálculo previa acordada por ambas partes.
El IRS designó el asunto para litigio, quitándole a Coca-Cola cualquier medio alternativo para resolver el asunto que no fuera acudir a los tribunales, dijo la firma.
En 2020, la Corte Fiscal emitió un dictamen que daba la razón al IRS. Tres años después, en noviembre de 2023, el tribunal emitió una segunda opinión que también fue a favor de la agencia tributaria.
«La compañía cree que prevalecerá en la apelación con respecto a las cuestiones planteadas tanto en la opinión de la Corte Tributaria de 2020 como en la de 2023», declaró Coca-Cola.
Cuestión de los precios de transferencia
La notificación de 2015 enviada por el IRS a Coca-Cola estaba relacionada con los precios de transferencia, una práctica contable en la que se intercambian bienes y servicios entre diferentes divisiones de la misma empresa. Las empresas recurren a esta práctica para minimizar la carga fiscal global de la empresa matriz.
En una reciente declaración trimestral presentada ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC), Coca-Cola reveló que el aviso del IRS de 2015 se refería a «los precios de transferencia entre su matriz estadounidense y algunas de sus filiales extranjeras».
Ya en 1996, el IRS y Coca-Cola acordaron una metodología para determinar los ingresos imponibles en Estados Unidos para resolver el problema de los precios de transferencia, según la presentación. La agencia también auditó el cumplimiento del acuerdo por parte de la empresa en cinco ciclos de auditoría entre 1996 y 2006.
En la notificación de 2015, el IRS «rechazó retroactivamente» esta metodología para calcular los impuestos de 2007 a 2009, introduciendo una «metodología completamente diferente sin previo aviso a la Compañía».
Es a través de los nuevos métodos de cálculo que el IRS reasignó más de 9 mil millones en ingresos a la matriz estadounidense de sus licenciatarios extranjeros, lo que resulta en impuestos adicionales.
«La Compañía cree que la imposición retroactiva de dicha obligación tributaria utilizando una metodología de cálculo diferente a la acordada previamente por el IRS y la Compañía, y auditada por el IRS durante más de una década, es inconstitucional», argumentó Coca-Cola.
La empresa señaló que, si gana el recurso, se le deberían devolver los aproximadamente 6000 millones de dólares que tiene previsto pagar al IRS.
La decisión de la Corte Tributaria estadounidense se produce cuando el IRS anunció en octubre una iniciativa dirigida contra las prácticas de precios de transferencia de las filiales estadounidenses de empresas extranjeras que distribuyen bienes en Estados Unidos.
«Estas empresas extranjeras declaran pérdidas o márgenes excesivamente bajos año tras año mediante el uso indebido de los precios de transferencia para evitar declarar una cantidad adecuada de beneficios estadounidenses», dijo la agencia. Acusó a las empresas extranjeras de no pagar «su parte justa de impuestos sobre los beneficios que obtienen» de las filiales estadounidenses.
El IRS pretende «tomar medidas enérgicas contra esta estrategia» y está enviando alertas de cumplimiento a unas 150 filiales de grandes empresas extranjeras para «reiterarles» sus obligaciones fiscales en Estados Unidos, dijo entonces la agencia.
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