La coacción económica del régimen chino sobre Australia ha sido una «llamada de atención» para otros países, ha dicho la ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss.
China había sido el principal socio comercial de Australia. Pero después de que Australia pidiera una investigación independiente sobre los orígenes del COVID-19 en abril de 2020, el régimen comunista tomó represalias adoptando una serie de medidas contra los exportadores australianos, como pruebas e inspecciones fronterizas arbitrarias, imposición de aranceles y retrasos injustificados en la elaboración de listas de establecimientos de exportación y la expedición de licencias de importación.
Truss, de visita en Australia para mantener conversaciones sobre los lazos de defensa y seguridad, habló de la amenaza que supone el régimen chino en un discurso pronunciado en el Instituto Lowy de Sídney el 21 de enero.
«La situación con Australia —la coerción económica que vimos— fue una de las llamadas de atención sobre lo que estaba haciendo exactamente China y la forma en que estaba utilizando su poderío económico para tratar de ejercer el control sobre otros países».
Truss dijo que «en el pasado existía la creencia de que a medida que China se hacía más rica, se encaminaba a convertirse en una sociedad más libre y democrática», pero «la realidad es que eso no ha ocurrido».
Mientras que la economía china era una décima parte de la estadounidense en los años 90, dijo, «ahora estamos en una situación con una China con una economía mucho mayor, mucho más capaz de coaccionar a otras naciones».
La ministra de Asuntos Exteriores dijo que el gobierno del Reino Unido se ha «fijado en Australia» mientras el país formula sus propias políticas sobre cuestiones relevantes.
Truss afirmó que el Reino Unido y Australia están decididos a actuar juntos para «llamar la atención a China» cuando imponga medidas comerciales coercitivas a Australia y a otros países, como Lituania, que vio bloqueadas sus exportaciones a China después de que permitiera a Taiwán abrir una embajada de facto en Vilna utilizando su propio nombre.
Dijo que Gran Bretaña y Australia ayudarán a los países a «evitar que sus balances estén cargados de deuda».
Dijo que 44 países de ingresos bajos y medios tienen deudas con China que superan el 10 por ciento de su PIB, y que Gran Bretaña y Australia trabajarán juntos para proporcionar a estos países «fuentes alternativas de inversión honestas y fiables».
Los dos países también están reforzando sus cadenas de suministro «llevando nuestros lazos económicos con naciones afines a nuevas dimensiones», dijo.
Truss dijo que China y Rusia están «trabajando juntos cada vez más», afirmando su dominio sobre el Pacífico occidental y en el espacio. «Están envalentonados de una manera que no habíamos visto desde la Guerra Fría», dijo.
«Como democracias amantes de la libertad debemos levantarnos para hacer frente a estas amenazas. Además de la OTAN, estamos trabajando con socios como Australia, India, Japón, Indonesia e Israel para construir una red global de libertad».
La visita de Truss se produce después de que Gran Bretaña, junto con Estados Unidos, firmara en septiembre un acuerdo histórico para proporcionar a Australia la tecnología y la capacidad de desplegar submarinos de propulsión nuclear.
El llamado pacto AUKUS se considera una alianza regional contra la creciente influencia del régimen del Partido Comunista Chino (PCCh) en la región del Indo-Pacífico.
Con información de Daniel Y. Teng y PA Media.
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