El sistema de códigos sanitarios colapsó en el actual centro de brotes de COVID-19 de China —la ciudad de Xi’an— el 4 de enero. Los 13 millones de residentes no pudieron entonces hacerse la prueba de ácido nucleico que exige el régimen y entraron en pánico.
En la madrugada del 5 de enero, el gobierno de la ciudad de Xi’an anunció la destitución de Liu Jun, director de la Administración de Recursos de Macrodatos de la ciudad, que gestiona el sistema de códigos sanitarios, y el nombramiento de Liu Xin, candidata a subdirectora de la administración, para dirigir temporalmente el organismo gubernamental.
«Se pide a todos los residentes que utilicen el sistema de códigos sanitarios [de los celulares] para registrarse en la prueba por COVID. Esta mañana, el sistema de códigos ha colapsado cuando la mitad de los residentes que viven en mi edificio estaban esperando en la fila para la prueba», dijo un residente de Xi’an de apellido Ma a la edición en chino de Epoch Times el 3 de enero. «Hemos esperado hasta el mediodía para poder hacernos la prueba registrando nuestro DNI, en lugar de escanear la aplicación de códigos sanitarios».
Wang vive en un pueblo rural de Xi’an. Contó a la edición en chino de The Epoch Times que el sistema colapsó a las 9:00 de la mañana y volvió a la normalidad después de las 10:00 en su pueblo. «Nuestras pruebas se interrumpieron porque el sistema se cayó. Los habitantes de nuestro pueblo terminaron de hacerse las pruebas a mediodía», dijo Wang. Explicó que las pruebas se terminaron más de una hora después de lo previsto.
«El sistema no funcionó bien con algunos residentes después de que se reanudara a eso de las 10:00 a.m. Tuvimos que teclear la identificación del residente en el sistema manualmente y luego escanear el código. La carga de trabajo es más pesada que antes», dijo a la edición en chino de The Epoch Times un miembro del personal que trabajaba en un lugar de pruebas en la zona urbana de la ciudad.
El código sanitario de China es como un pasaporte electrónico. El régimen chino ordenó que todo el país utilizara un sistema de código sanitario como medio para identificar si alguien está libre de virus (código verde), podría haberse encontrado con alguna persona infectada (código amarillo) o está infectado (código rojo). El código de una persona se mantendrá en verde si se somete a una prueba a tiempo y el resultado es negativo.
Después de que el régimen pusiera en marcha el sistema de códigos sanitarios en abril de 2020, cualquier persona en China tiene que tener un código verde si quiere viajar en cualquier tipo de transporte público, entrar en un edificio o restaurante, o pasar por un lugar de control en medio de la carretera o en las calles.
El 4 de enero, Xi’an fue sometida a un confinamiento y los residentes no pudieron viajar. Sin embargo, la caída del sistema de códigos sanitarios provocó que los pacientes que necesitaban acudir urgentemente a un hospital no fueran aceptados por ninguno de ellos.
Caída del sistema
A partir de las 8:00 horas del 4 de enero, la app del código sanitario de los residentes de Xi’an seguía mostrando «cargando» y no se podía usar. Para las 9:00 horas, todo el sistema de códigos sanitarios de la ciudad colapsó.
Después de las 10:00 horas, cuando se restableció el sistema, un gran número de residentes no pudo hacer funcionar su app para celular.
El portal chino NetEase citó a los técnicos diciendo que los usuarios debían desinstalar la app, borrar los datos almacenados en la caché, reinstalar la app y volver a conectarse. Sin embargo, no todos los habitantes de Xi’an saben cómo realizar este proceso en sus teléfonos.
Los internautas de Xi’an compartieron sus opiniones en las redes sociales chinas.
Algunos internautas se burlaron del objetivo del régimen de cero infecciones a partir del 4 de enero, a pesar de que la ciudad informó de nuevos contagios ese día. «Nadie puede hacerse la prueba cuando el sistema no funciona. Entonces nadie dará positivo en la prueba, ¡y las nuevas infecciones son de cero! Ustedes [el gobierno de la ciudad] son tan inteligentes (tramposos)», publicó un internauta en Weibo.
Los habitantes de Xi’an criticaron el gobierno por sus normas extremas y su gestión desordenada.
«13 millones de personas nos vemos obligadas de repente a detener nuestras vidas y nos confinamos en casa. Es algo horrible», dijo Ma en una entrevista telefónica. «Muchos residentes de todo el pueblo o de todo el complejo residencial fueron trasladados a centros de cuarentena donde no tienen calefacción y no pueden encontrar suficiente comida». Ma dijo que la temperatura en Xi’an era de hasta 20 grados Fahrenheit por la noche.
La política de confinamiento ha causado numerosos desastres humanitarios.
El régimen chino censuró todas las noticias negativas sobre sus normas para el COVID-19. Sin embargo, los mensajes que los residentes de Xi’an postearon en Internet cuando pidieron ayuda mostraron una serie de historias tristes.
Una mujer embarazada sufría una fuerte hemorragia cuando suplicó ser atendida en el Hospital de Xi’an Gaoxin en la noche del 1 de enero. Dos horas más tarde, el hospital la aceptó y la operó, pero descubrió que el feto de 8 meses había muerto en el vientre materno a causa del tratamiento tardío.
Un hombre que sufrió un derrame cerebral llevaba ocho horas esperando fuera de un hospital el 2 de enero y falleció la madrugada del 3 de enero.
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