El Gobierno colombiano dijo este martes que pidió ayuda a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) por un problema de contaminación del aire, al parecer proveniente de la quema de basuras en Venezuela, que desde la semana pasada afecta a la ciudad fronteriza de Cúcuta.
«En el día de ayer, el Gobierno Nacional solicitó el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud para que, por su conducto, se transmita a Venezuela la grave preocupación que genera el deterioro de la calidad del aire en la ciudad de Cúcuta», expresaron en un comunicado los ministerios de Relaciones Exteriores y de Ambiente de Colombia.
La información añade que esta situación es más preocupante aún por «su potencial impacto sobre la salud pública y en especial, por la amenaza planteada por la pandemia del COVID-19».
Aire enrarecido
Desde la semana pasada el cielo de Cúcuta, ciudad de cerca de un millón de habitantes, permanece cubierto por una nube de humo y el viento trae un insoportable olor a basura quemada que, según las autoridades, proviene de quemas de residuos en un vertedero en la vecina localidad de Ureña, en el estado venezolano del Táchira.
Incluso habitantes de otras partes del departamento de Norte de Santander, del cual es capital Cúcuta, han denunciado una inusual contaminación atmosférica que les causa problemas respiratorios.
«Desde el viernes 27 de marzo, los Ministerios de Ambiente y Relaciones Exteriores fuimos advertidos (…) sobre una situación anómala con la calidad del aire en la ciudad, presuntamente causada por quemas en la región venezolana de Ureña, fronteriza con Colombia», señala el comunicado.
El Gobierno colombiano añadió que desde que tuvo conocimiento de esa situación, se contactó a la Gobernación del Táchira, desde donde se dispuso «una visita técnica a la zona del vertedero de basuras de Pedro María Ureña en territorio venezolano, que se llevó a cabo el sábado 28 de marzo».
«El informe técnico de dicha visita evidencia que se realizaron quemas en ese sitio, pero que para el momento ya estaban controladas», agrega el comunicado, y aunque la polución ha disminuido en los últimos días, los habitantes de Cúcuta siguen denunciando una pésima calidad del aire.
El Gobierno colombiano ofreció incluso ayuda a la Gobernación del Táchira «para la mitigación del impacto contaminante de cualquier actividad evidenciada sobre el terreno».
Problemas comunes y sin relaciones
Colombia y Venezuela, que comparten una frontera terrestre de 2219 kilómetros, no tienen relaciones diplomáticas desde el 23 de febrero de 2019, cuando fueron cortadas por el régimen de Nicolás Maduro.
No obstante, el Gobierno también pidió «el apoyo del Defensor del Pueblo de Colombia para que, a través de sus buenos oficios, transmita a su homólogo en Venezuela la preocupación de las autoridades sanitarias por los riesgos que la situación plantea a la salud pública en ambos lados de la frontera», añade el comunicado.
Pese a que todo indica que la polución proviene del lado venezolano de la frontera, las autoridades ambientales de Norte de Santander revisan «otras posibles fuentes de emisión de partículas contaminantes en territorio colombiano para descartar que estas sean las causantes».
Cúcuta es la principal puerta de entrada a Colombia de miles de venezolanos que a diario salen de su país en busca de alimentos y medicinas, movimiento restringido desde este mes por el cierre de fronteras ordenado por el presidente Iván Duque para contener la epidemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
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