Los republicanos de la Cámara de Representantes afirmaron en una audiencia celebrada el 30 de marzo que la colusión entre las grandes tecnológicas y el gobierno equivale a un «complejo industrial de censura».
La audiencia, la segunda ronda del Subcomité Selecto de los Republicanos sobre el Uso del Gobierno Federal como Arma, contó con testigos como el senador Eric Schmitt (R-Mo.), el fiscal general de Luisiana, Jeff Landry, y D. John Sauer, ex fiscal general adjunto de Misuri para litigios especiales.
Los hombres comparecieron ante el panel para discutir sus conclusiones en Louisiana y Misuri vs Biden, un caso que llevaron ante la Corte Suprema de EE. UU. en relación con un mandato de la vacuna contra el COVID-19. Durante la presentación de pruebas para el caso, al que el tribunal denegó el certiorari, la demanda descubrió más pruebas de censura gubernamental en plataformas de redes sociales.
«Las pruebas [de la demanda] demuestran la necesidad de que esta comisión investigue el complejo industrial de censura», declaró el presidente Jim Jordan (R-Ohio). «El gobierno federal tiene la culpa, pero no debería poder utilizar a actores no gubernamentales en su nombre para avanzar en la censura».
El año pasado, el multimillonario Elon Musk compró Twitter por 44,000 millones de dólares.
Tras la adquisición de la empresa, Musk hizo públicos una serie de documentos que demostraban la colusión entre los antiguos propietarios de Twitter y el gobierno federal. Ambos se confabularon para suprimir determinadas posturas o noticias políticas, incluida la oposición a la vacuna contra el COVID-19, datos sobre la menguante eficacia de la vacuna y su dudosa seguridad, entre otros.
«Con demasiada frecuencia, las grandes empresas tecnológicas han actuado en colusión con el gobierno para facilitar la agenda de la censura», afirmó Jordan. «En este país, el gobierno no puede elegir qué puntos de vista son correctos, qué temas debatimos o en qué creemos. Pero eso es exactamente lo que han hecho la Casa Blanca, los CDC y el FBI».
Los materiales preparatorios de Schmitt para el panel describían «una vasta empresa de censura» impulsada por la colusión entre el gobierno y la tecnología para suprimir determinadas narrativas o posturas. Jordan citó este comentario, diciendo al panel que había enviado solicitudes adicionales de información a la luz de los hallazgos del descubrimiento.
«Información maliciosa»
Jordan afirmó que las agencias gubernamentales ya no sólo persiguen la llamada «información errónea» o «desinformación», sino también la «información maliciosa».
Según la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras (CISA, por sus siglas en inglés), existen tres categorías de información falsa.
CISA describe la información errónea como «falsa, pero no creada o compartida con la intención de causar daño». La desinformación describe la información intencionadamente engañosa o falsa con el objetivo de causar daño. La información falsa, por el contrario, describe la información que es verdadera pero que se considera «utilizada fuera de contexto para engañar, dañar o manipular».
«Eso es lo más peligroso y aterrador de todo», dijo Jordan, afirmando que «información falsa» es una categoría demasiado amplia.
«La censura no tiene que ver con la verdad, sino con el poder», añadió Jordan.
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