La grasa y la salud inmunológica tienen una relación interesante. A veces la grasa puede trabajar en contra de la fuerza inmunológica, otras veces, puede reforzarla.
Lo primero que se necesita para comprender cómo la grasa puede influir en la salud es distinguir entre la grasa corporal y la grasa dietética. Los altos niveles de grasa corporal pueden causar inflamación y agravar el sistema inmunitario, haciéndolo más susceptible a las enfermedades.
La grasa dietética es una cosa completamente diferente, y dependiendo del tipo que uno coma, podría estar ayudando o trabajando contra la fuerza inmunológica.
Las grasas no saludables como las grasas trans o los altos niveles de grasas saturadas pueden causar inflamación y debilitar el sistema inmunológico. Las fuentes más peligrosas de estas grasas son las que se encuentran en alimentos procesados como las palomitas de maíz para microondas, las patatas fritas, la carne cocinada y otras carnes procesadas.
Por otro lado, las grasas saludables como las que se encuentran en el aceite de oliva, el salmón, el aguacate y una selección de nueces y semillas pueden tener efectos de fortalecimiento inmunológico. Pueden ayudar a la respuesta inmune de su cuerpo, reduciendo la inflamación.
El aceite de oliva es una fuente rica en grasas monoinsaturadas, que se asocian con una gran cantidad de beneficios para la salud. Es altamente antiinflamatorio y está relacionado con un menor riesgo de enfermedades crónicas inflamatorias como las enfermedades cardíacas y la diabetes de tipo 2.
Estos efectos antiinflamatorios ayudan a frenar la inflamación crónica que puede tener efectos inmunosupresores.
Estos efectos pueden ayudar a largo y corto plazo. Las personas con condiciones de salud inflamatorias existentes corren un mayor riesgo de resfriado, gripe y COVID-19. Sus cuerpos no están preparados para luchar contra la enfermedad y la infección podría conducir a resultados graves.
Un sistema inmunológico más fuerte podría en primer lugar, ayudar a evitar la enfermedad y hacer que el cuerpo sea más eficiente en la cura de la enfermedad. A largo plazo, puede ayudar a su sistema inmunológico a mantenerse más fuerte y más funcional.
Hay varios factores que influyen en la fuerza inmunológica. La dieta es uno de los principales. Concentrarse en aumentar la ingesta de grasas saludables y limitar las grasas dietéticas no saludables puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad. La ingesta de grasa es solo una parte de un enfoque dietético para fortalecer la inmunidad.
Mohan Garikiparithi es licenciada en medicina por la Universidad de Osmania (Universidad de Ciencias de la Salud). Practicó la medicina clínica durante más de una década. Durante un programa de comunicaciones de tres años en Alemania, desarrolló un interés en la medicina alemana (homeopatía) y otros sistemas alternativos de medicina. Este artículo fue publicado originalmente en Bel Marra Health.
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