El 23 de septiembre se dio inicio en París un juicio histórico sobre Mediator, uno de los mayores escándalos farmacéuticos de Francia.
Unos 2600 demandantes cuestionan al laboratorio Servier, fabricante de las píldoras Mediator, que pueden haber matado entre 500 a 2100 personas a plazo, por qué permitieron que la píldora permanezca en el mercado por años supuestamente después de conocer los riesgos.
La Agencia Nacional de Seguridad del Médico ANSM también está acusado de actuar con negligencia en y demasiado cercano a las compañías farmacéuticas, además de otras 12 personas, informa Rfi.
Los abogados afirman que Servier engañó deliberadamente a los pacientes para obtener más de mil millones de euros del medicamento, mientras era consciente de sus peligros.
Mediator fue prescrito por más de 30 años a más de cinco millones de personas en Francia para el exceso de peso de pacientes con diabetes 2 y fue ampliamente utilizado como supresor del apetito.
Las píldoras contienen benfluorex, que según la Agencia Europea de Medicamentos (AEM) en un informe de 2010 citado por la BBC, aumenta la sensibilidad de las células a la insulina, de modo que el organismo la utiliza mejor y reduce los niveles de glucosa en la sangre.
Además, actúa sobre el hígado incrementando la producción de glucógeno, la forma en que la glucosa se almacena en el hígado, reduciendo así la sensación de hambre.
Sin embargo la Dra. Irene Frachon, neumóloga en Bretaña, dio la alarma por primera vez a los consumidores de Mediator en 2007, a través de su campaña e investigación que finalmente dio a conocer que el ingrediente activo de Mediator, benfluorex ponía en riesgo a los pacientes de una hipertensión arterial y otros problemas cardíacos.
Frachon posó ante el juzgado hoy con un libro que retrata las víctimas de Mediator, frente al juzgado antes del inicio del juicio en que se espera que testifique en contra de la farmacéutica.
El medicamento se sospechó que causaba insuficiencia cardíaca y pulmonar. De hecho nunca fue autorizado en los Estados Unidos o el Reino Unido y varios países como España e Italia lo prohibieron a principios de la década de 2000, añade el informe.
Servier lo retiró solo en 2009.
Servier liberó las píldoras en el mercado a pesar de que «tenía un incumplimiento» debido a «la falta de información» sobre sus riesgos, juzgó el Tribunal de Casación en septiembre de 2017, a la vez que ordenó indemnizar a una demandante con 7650 euros en una juicio civil. ESto fue solo el comienzo.
El tribunal determinó que “dados los datos científicos de la época y la relación beneficio-riesgo esperada, este medicamento no ofrecía la seguridad que podía esperar legítimamente, especialmente en vista de la falta de información sobre el aviso».
La compañía ha pagado casi 132 millones de euros a las víctimas y dice que continuará pagando la indemnización, según Rfi.
“A sabiendas”
En la actual demanda francesa de 677 páginas, según Rfi, los magistrados escribieron que Servier, desde la década de 1970, «ocultaba a sabiendas las verdaderas características de la medicación» y ocultaba los estudios médicos desfavorables para el producto, estableciendo un fraude a largo plazo.
Servier en cambio comunicó el 2 de agosto que Mediator “es un tema que ha provocado una respuesta muy emocional, y es un caso muy complejo e inusual. Pero esto no excusa las irrelevancias, las imprecisiones e incluso las declaraciones falsas y difamatorias, que han aparecido y se han repetido en los medios de comunicación”.
“Con el próximo juicio de Mediator (…) tenemos la intención de asegurarnos de que se respete el derecho a la defensa, y no permitiremos que los ataques recurrentes de ciertas partes queden sin respuesta”.
Servier asegura que no mintió sobre los efectos del tratamiento.
El proceso llega cinco años después del fallecimiento del presidente y fundador de la compañía, Jacques Servier, destacó la BBC, quien era uno de los principales acusados, y de que la firma, que afirma que no conocía los riesgos del medicamento, haya pagado más de 3.000 indemnizaciones.
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