Una comisión del Congreso de Estados Unidos, en su informe anual publicado el 14 de noviembre, instó a tomar medidas más rigurosas para contrarrestar la amenaza económica y militar que plantea el régimen chino.
El informe de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos-China, que tiene la tarea de supervisar las implicaciones para la seguridad nacional sobre las relaciones de Estados Unidos con China, advirtió que el régimen se está «fortaleciendo para prevalecer en lo que espera sea una confrontación prolongada y de varias décadas con Washington y sus aliados».
Dijo que el régimen está tratando de construir un ejército de «clase mundial», robar la propiedad intelectual estadounidense (PI) e intensificar sus esfuerzos para influir e interferir en los asuntos internos de otros países.
Como respuesta, «Washington debe prepararse para el peor de los escenarios mientras trata de lograr los mejores», dijo la comisión.
Títularidad de Xi
La comisión también llamó la atención sobre la inexactitud de llamar al líder chino Xi Jinping «presidente», un título utilizado de manera abrumadora por los medios de comunicación y los funcionarios occidentales.
El título sugiere que Xi fue elegido democráticamente, en lugar de obtenerlo tras una ardua lucha interna por el poder dentro de las altas esferas del Partido Comunista Chino (PCCh), según el informe.
En su lugar, la comisión decidió utilizar el título del partido de Xi, «secretario general», que es el título «por el que obtiene su autoridad».
«China no es una democracia y sus ciudadanos no tienen derecho a votar, reunirse o hablar libremente», añade el informe. «Darle al secretario general Xi el título no ganado de ‘Presidente’ le otorga una apariencia de legitimidad democrática al PCCh y al gobierno autoritario de Xi».
Xi tiene tres títulos clave: el título del partido; el título como jefe del ejército del PCCh, «presidente de la Comisión Militar Central»; y el título de jefe de estado, que -traducido del chino- es «líder de estado». Los medios de comunicación y las fuentes oficiales chinas no utilizan la palabra china «presidente» para referirse a Xi, sino más bien «secretario general» o «líder». Sin embargo, los medios de comunicación estatales chinos sistemáticamente traducen de manera errónea su título de «líder» como «presidente» en los informes en inglés. Este uso se convirtió en la norma entre los medios de comunicación y los gobiernos occidentales.
Supervisión de las empresas chinas que cotizan en la bolsa de los Estados Unidos
La comisión también instó al Congreso a aumentar su supervisión de las empresas chinas que cotizan en los mercados financieros de Estados Unidos.
El informe dice que las empresas chinas que cotizan en los mercados bursátiles estadounidenses no están sujetas a los mismos requisitos de información que las empresas estadounidenses, lo que expone a los inversores, incluidos los fondos de pensiones, a mayores riesgos de abuso de información privilegiada, fraude o posible incumplimiento.
«El objetivo no es dar un portazo. Es más bien para asegurar el cumplimiento de una manera que proteja a todos los inversionistas», dijo Robin Cleveland, vicepresidenta de la comisión, durante una conferencia de prensa el 14 de noviembre. «Solo queremos transparencia».
El tema ha adquirido una nueva urgencia, dijo Cleveland, dado lo que llamó un aumento alarmante en los niveles de deuda de China, que van desde la deuda hipotecaria de los hogares hasta los 3 billones de dólares de deuda externa, así como la falsificación y la vaguedad de los datos sobre la economía china.
El régimen chino impide actualmente que la Junta de Supervisión Contable de las Compañías Públicas inspeccione los informes completos de auditoría de las empresas que cotizan en la bolsa con sede en Hong Kong y en China continental, citando la seguridad nacional y el secreto de Estado.
Hasta septiembre, 172 empresas chinas cotizaban en las principales bolsas de Estados Unidos, con una capitalización bursátil total de más de 1 billón de dólares, según el informe.
En junio, los legisladores estadounidenses presentaron un proyecto de ley tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes para obligar a las empresas chinas que cotizan en las bolsas de valores de Estados Unidos a abrir sus libros de auditoría a los reguladores estadounidenses, o se enfrentarán a la exclusión de la lista de valores.
Además, aumentó la presión para que los fondos de pensiones estadounidenses se desprendan de activos chinos. En noviembre, los legisladores introdujeron una legislación que impedirá que el mayor fondo federal de jubilación invirtiera en acciones chinas.
El informe recomendaba que el Congreso exigiera al Departamento de Hacienda, al Departamento de Comercio y a la Comisión de Valores y Bolsa de los Estados Unidos que elaboraran un informe sobre la propiedad de los inversores estadounidenses de bonos e instrumentos de deuda chinos.
También instó al Congreso a promulgar una legislación que exija a las empresas que buscan ofertas públicas iniciales en Estados Unidos que revelen cualquier apoyo del régimen chino, vínculos con el PCCh, y detalles de los funcionarios de la empresa con cargos oficiales actuales o anteriores del PCCh.
Hong Kong y Taiwán
Como respuesta a la escalada de la crisis en Hong Kong, Estados Unidos deberá promulgar legislaciones que suspendan los privilegios económicos especiales de los que goza la ciudad asiática bajo la ley estadounidense, en caso de que el régimen chino despliegue tropas para aplastar las protestas, según el informe.
Desde hace casi seis meses que Hong Kong está siendo afectada por una serie de protestas desencadenadas por la oposición local ante a la influencia progresiva de Beijing sobre la ciudad, que en 1997 pasó del dominio británico al chino con la promesa de preservar su autonomía y sus libertades.
Hoy, los senadores iniciaron una acción de «línea directa» para acelerar la aprobación de un proyecto de ley en apoyo de los manifestantes de Hong Kong, y se aprobará si ningún senador presenta una objeción a la misma, allanando el camino para que se convierta en ley por el presidente. La versión de la Cámara de Representantes del proyecto de ley fue aprobada por unanimidad en octubre pasado.
La legislación propuesta requerirá que la administración de Estados Unidos evalúe anualmente si Hong Kong es lo suficientemente autónoma de China continental como para justificar los privilegios comerciales especiales que actualmente se le otorgan, lo que reforzó su condición de centro financiero mundial.
Las recomendaciones de la comisión, sin embargo, van más allá, pidiendo una legislación para suspender el estatus especial de Hong Kong en caso de que China «despliegue el Ejército de Liberación Popular o la Fuerza de la Policía Armada del Pueblo para participar en una intervención armada en Hong Kong».
También instó al Congreso a ordenar al Departamento de Estado que desarrolle puntos de referencia específicos para medir el «alto grado de autonomía»que el territorio de Hong Kong debe tener de Beijing.
Sobre la cuestión de Taiwán, que Beijing la considera como una provincia renegada, la comisión pidió al Congreso que ordenara al Pentágono preparar un estudio que constituiría la base de un plan de acción de 15 años para disuadir a Beijing de intentar capturar la isla por la fuerza. El régimen chino nunca descartó utilizar al ejército para unificar Taiwán con China.
El informe también solicita legislación para aumentar los intercambios militares y el entrenamiento con Taiwán.
En respuesta a la intensificación de las iniciativas de Beijing para aislar diplomáticamente a Taiwán, la comisión instó al Congreso a que ordenara al Secretario de Estado de Estados Unidos presentar un informe con un plan para contrarrestar tales actividades.
«Al igual que las naciones buscaban liberarse del puño de hierro del sistema soviético, estamos siendo testigos de las aspiraciones tanto de Hong Kong como de Taiwán, que requieren que reconsideremos los compromisos que asumimos bajo el modelo de un país y dos sistemas», dijo Cleveland.
La comisión también recomendó el restablecimiento de una junta asesora bajo la dirección del FBI (Buró Federal de Investigación) para ayudar a las instituciones académicas a protegerse contra el robo patrocinado por el régimen chino de investigaciones y tecnología sensible.
Reuters contribuyó con este informe.
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