Cómo 57.000 socialistas y comunistas planean tomar el control del Partido Demócrata

Por Trevor Loudon
01 de octubre de 2018 3:51 PM Actualizado: 01 de octubre de 2018 4:06 PM

En una movida que podría tener grandes implicaciones para la política estadounidense, las principales organizaciones socialistas y comunistas en Estados Unidos se han aliado formalmente para aumentar su infiltración y manipulación del Partido Demócrata.

El líder del Partido Comunista de EE. UU. (CPEEUU), John Bachtell, explicó parcialmente la nueva estrategia en un discurso a los miembros del partido en un seminario online del 23 de mayo de 2018. Según Bachtell, el webinario presentó un panel de representantes del CPEEUU, Socialistas Democráticos de América (SDA), la Organización Socialista Camino de la Libertad (FRSO), LeftRoots y otras.

El evento fue patrocinado por un grupo llamado Proyecto Izquierda Dentro/Fuera, cuya idea es «construir poder dentro y fuera del Partido Demócrata». La organización comenzó poco después de las elecciones de 2016 como respuesta a la presidencia de Donald Trump. Bachtell afirmó que CPEEUU «está colaborando con varios grupos de izquierda y activistas progresistas para promover la unidad y construir una coalición en el terreno electoral».

El plan es alentar a todos los elementos de la izquierda a votar, lo cual resultaría en «derrotar la dominación de la extrema derecha en el gobierno y en las cortes». Este «imperativo estratégico», según Bachtell, es la razón por la que «construir coaliciones electorales con cada fuerza posible, incluyendo el Partido Demócrata, es clave».

Dentro/Fuera

El Proyecto Izquierda Dentro/Fuera se anunció por primera vez en una carta titulada «La izquierda que queremos construir: Saliendo de los márgenes», publicada en el sitio web alineado con el FRSO, Organizing Upgrade, el 9 de junio de 2017.

La carta describía un audaz plan de los principales grupos comunistas en EE. UU. para expandir masivamente su influencia colectiva tanto dentro como fuera del Partido Demócrata. En vísperas del «ascenso del autoritarismo nacionalista blanco en la Casa Blanca y la toma del Partido Republicano en 25 gobernaciones estatales y el Congreso», la carta llamaba a «construir una tendencia izquierdista—un alineamiento de organizaciones e individuos—basados en la unidad estratégica».

Aún más: «Creemos que […] solo esfuerzos determinados, a largo plazo y enérgicos para salir de las márgenes, basados en una visión común de cómo involucrarnos en el sistema electoral, a la vez que construimos protestas masivas, ofrecerá una oportunidad para que la izquierda sea una fuerza en la política de Estados Unidos y, con el tiempo, un contendiente al poder».

La carta continuaba con una propuesta para mejorar la coordinación entre las mayores organizaciones marxistas de EE. UU., aumentar la infiltración en el Partido Demócrata, y presionarlo aún más desde afuera, usando la protesta masiva:

«La lucha contra la extrema derecha es más fuerte cuando se ve energizada por una visión inspiradora de justicia social y económica. Las campañas de candidatos abiertamente socialistas y retos progresivos a los demócratas neoliberales deben ser parte de la mezcla política. Y las oportunidades para ampliar el alcance de las fuerzas progresistas y de izquierda serán mayores cuando ambas luchen desde adentro y trabajen en conjunto con el frente anti-Trump o anti-derecha».

La carta describía esta propuesta de alianza comunista-socialista como una «tendencia de izquierda».

«Todas las organizaciones y redes a las que pertenecemos tienen fortalezas importantes, pero también limitaciones muy reales en cuanto a tamaño, demografía o concentración geográfica o sectorial. Ninguna de ellas, en su actual forma, es capaz de jugar el rol estratégico que creemos que debe jugar la izquierda en el próximo período. Una tendencia de izquierda podría tener ese potencial—ser capaz de llegar más allá de la izquierda existente para crear una fuerza que nos pueda mover de la defensiva a la ofensiva».

La carta estaba firmada «En unidad y lucha» por los líderes claves de las organizaciones marxistas más poderosas de Estados Unidos: el CPEEUU, FRSO, SDA, y Comités de Correspondencia para la Democracia y el Socialismo (CCDS).

Potencial desastre

Hablando en general, hay dos izquierdas en Estados Unidos. Un lado es la izquierda anti Partido Demócrata—que consiste del Partido Comunista Revolucionario, Alternativa Socialista, Partido Socialista de EE. UU., Partido por el Socialismo y la Liberación, Partido de los Comunistas de EE. UU., y demás. Del otro lado están los grupos dispuestos a trabajar dentro del Partido Demócrata—o sea, las organizaciones que firmaron la estrategia descrita más arriba.

Estas organizaciones no deben ser subestimadas. Por separado, todos estos grupos son peligrosos. Juntos, conjuran un potencial desastre.

Por ejemplo, el CPEEUU dice tener unos 5000 miembros, pero su base de apoyo es mucho mayor. Muchos líderes del Partido Comunista de EE. UU. son también demócratas. Algunos ejemplos son el presidente del Partido Comunista de Houston, Bernard Sampson (jefe de precinto local del Partido Demócrata), y el presidente del Partido Comunista de Ohio, Rick Nagin, quien está en el Comité Ejecutivo Demócrata del condado de Cuyahoga.

El CPEEUU es fuerte en organizaciones laborales, iglesias negras y el «movimiento de paz». Las fortalezas del CPEEUU son Nueva York, Boston, Chicago, Detroit, St. Louis, Arizona, California y Texas. El CPEEUU está alineado con China, Vietnam, Cuba, Venezuela, y los partidos comunistas de Rusia, Gran Bretaña, Canadá, México, Irak e Irán.

CCDS tiene solo unos cientos de miembros. Suele compartir miembros con SDA, FRSO y el CPEEUU. Entre sus baluartes están Boston, Nueva York, Chicago, Louisville, Kentucky y el Área de la Bahía en California. CCDS mantiene lazos estrechos con China, Vietnam, y Cuba.

El FRSO mantiene sus miembros en extremo secreto. Reconocen públicamente a menos de 100 cuadros. Mi estimación es unos 2000 miembros, pero es una pura estimación fundamentada. Docenas de organizaciones frente del FRSO están extremadamente bien financiadas a través de la Fundación Ford y otras grandes organizaciones izquierdistas sin fines de lucro.

El FRSO es más fuerte en las siguientes áreas: Boston, Nueva York/New Jersey, Filadelfia, Distrito de Columbia, Carolina del Norte, Tennessee, Georgia, el sur de Florida, Los Ángeles y el Área de la Bahía. El FRSO tiene también bases más pequeñas en Texas, Nuevo México, Missouri, Vermont, Ohio, Oregon y el estado de Washington. El FRSO apoya a Cuba y Vietnam. Algunos elementos también apoyan a China y Corea del Norte. La organización se enfoca fuertemente en política racial y es la principal fuerza detrás de Black Lives Matter.

Entre los activistas alineados con el FRSO que tienen en la actualidad cargos públicos están la concejal de la ciudad de Filadelfia, Helen Gym; la comisionada por el condado de Tennessee en Memphis, Tami Sawyer; y el alcalde de Jackson, Mississippi, Chokwe Antar Lumumba.

LeftRoots «es una organización a nivel nacional de 250 organizadores y activistas en primera línea, comprometidos a desarrollar políticamente sus miembros para liderar movimientos por todo EE. UU.» En esencia, es un proyecto del FRSO.

SDA es el gigante del grupo. Con el impulso del movimiento de Bernie Sanders, SDA ha crecido desde 6000 hasta por encima de los 50.000 miembros efectivos, en menos de dos años. La organización tiene representantes en cada estado excepto Dakota del Sur. Entre los grupos más grandes están el de Seattle (600 miembros), Portland, Oregon (350 miembros), East Bay (850 miembros), Los Ángeles (1200 miembros), Chicago (1100 miembros), Boston (1000 miembros), Nueva York (más de 3000 miembros), el Distrito de Columbia (1200 miembros), Baltimore (450 miembros), Atlanta (500 miembros), y Austin, Texas (más de 700 miembros).

Miles de camaradas de SDA son activos en el Partido Demócrata y han tomado control de los comités demócratas de condados desde Maine hasta Nebraska. En Iowa, SDA controla un 20 por ciento de los delegados a la convención estatal demócrata. SDA tuvo cientos de miembros y simpatizantes por todo el país en listas demócratas en este ciclo electoral. Entre ellos están los miembros de SDA Kaniela Ing (Hawái, Distrito congresal 1), Rashida Tlaib (Michigan, Distrito congresal 13), Alexandria Ocasio-Cortez (Nueva York, Distrito congresal 14), Zak Ringelstein (Maine, puesto en el Senado de EE. UU.), y Connie Johnson (gobernador por Oklahoma).

Socialistas Democráticos de América está en muchas formas mucho más a la izquierda que el Partido Comunista. En 2017, SDA votó por salirse de la Internacional Socialista porque era demasiada moderada.

Socialistas Democráticos de América también controla Nuestra Revolución, la organización nacional de 100.oo0 miembros establecida para apoyar a candidatos simpatizantes con el movimiento de Bernie Sanders.

Trabajando juntos

David Duhalde, exsubdirector de Socialistas Democráticos de América y ahora «director electoral senior» en el sitio web activista Truthout, dijo en una entrevista publicada por el sitio:

«Me ha sorprendido gratamente lo bien que han hecho las diferentes formaciones post-Bernie y cómo están trabajando juntas para mantener andando esta revolución política. Quiero dar un gran ejemplo, el cual es Nuestra Revolución, [la cual] ya sea a nivel local o nacional respaldó a todos nuestros candidatos que también respaldamos nacionalmente nosotros. Sin mencionar cantidad de campañas locales».

«Tenemos una muy buena relación laboral con Nuestra Revolución. Solemos compartir información y hablamos sobre candidatos. También tenemos este programa de afiliación donde unidades básicas de SDA pueden ser también secciones locales de Nuestra Revolución. Esto es para evitar conflictos innecesarios y duplicación de esfuerzos. Así que nuestra unidad básica de Knoxville, la cual ayudó a elegir dos miembros de SDA es, también, la unidad básica de Nuestra Revolución».

Según Bachtell, el CPEEUU tiene también presencia en Nuestra Revolución, como también otras organizaciones «comunitarias» progresistas:

«Miembros [del CPEEUU] estuvieron involucrados en la campaña de Bernie Sanders y continúan su activismo en Nuestra Revolución, Swing Left, Indivisible, Partido de Familias Trabajadoras, grupos a nivel estatal como Nueva Mayoría de Virginia y grupos local del Partido Demócrata y campañas electorales para 2018».

La izquierda dura ha infiltrado al Partido Demócrata en prácticamente cada estado, desde las grandes ciudades hasta remotas áreas rurales, desde Nueva York y Los Ángeles hasta Dakota del Norte y Oregon Central. En áreas rurales de estados dominados por los republicanos, el Partido Demócrata suele ser una cáscara, nada más que una línea de votación. Es fácilmente conquistado por activistas socialistas con disciplina. En ciudades grandes, SDA y sus amigos pueden dominar las filiales del Partido Demócrata por el puro peso de sus números.

La sorprendente victoria de la socialista de 29 años Alexandria Ocasio-Cortez, sobre el congresista de alto rango de Queens, Joe Crowley, es solo uno de varios ejemplos.

Nuestra Revolución y los comunistas y socialistas del Proyecto Izquierda Dentro/Fuera están tomando rápidamente el control del Partido Demócrata.

En total, la izquierda alineada al Partido Demócrata ostenta unos 57.000 cuadros. Organizaciones de apoyo y sindicatos, iglesias, grupos civiles y organizaciones sin fines de lucro afiliados agregan varios cientos de miles más a ese total. Si se organizan bien, estos números son más que suficientes para apropiarse del Partido Demócrata.

El partido de Franklin D. Roosevelt, Harry Truman y Lyndon B. Johnson se está convirtiendo rápidamente en el de Marx, Lenin y Mao. Los votantes tienen que estar conscientes de lo que eligen cuando vayan a votar en 2018, 2020 y más allá.

Las opiniones expresadas en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de La Gran Época.

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