Se espera que el desastre del puente Francis Scott Key en el puerto de Baltimore produzca un efecto dominó tanto en la economía local como en la nacional, desde interrupciones en la cadena de suministro hasta posibles presiones inflacionistas.
Mientras funcionarios y expertos examinan las consecuencias de que un carguero chocara contra el puente provocando su derrumbe, los expertos debaten cómo podría afectar a los flujos comerciales el cierre del puerto de Baltimore.
El puerto de Baltimore representa el 4 por ciento del comercio de la Costa Este y se ha transformado en un nudo comercial central que ocupa el noveno lugar entre los puertos estadounidenses. Según la Oficina de Estadísticas de Transporte (BTS), el puerto ocupa actualmente el puesto 17 en tonelaje total y el 10 en tonelaje de carga seca a granel.
Para entender lo vital que se ha vuelto para el comercio en la costa este, el puerto manejó un récord de 52.3 millones de toneladas de carga extranjera por valor de casi USD 81,000 millones. Además, recibe grandes importaciones y exportaciones de automóviles y camiones ligeros, maquinaria agrícola y materias primas como gas natural licuado (GNL) y carbón.
Cada día pasan por el puerto mercancías por valor de USD 200 millones.
Las autoridades siguen retirando los escombros, por lo que no está claro cuándo se reabrirá el canal ni cuánto tiempo llevará reconstruir el puente.
«No importa lo rápido que se pueda reabrir el canal, sabemos que no puede suceder de la noche a la mañana», dijo el Secretario de Transporte Pete Buttigieg a los periodistas desde la Casa Blanca el 27 de marzo. «Así que tendremos que gestionar el impacto mientras tanto».
John Kartsonas, exanalista de transporte marítimo de Citi y socio gerente de Breakwave Advisors, no cree que el puerto de Baltimore vuelva a funcionar este año, lo que crearía trastornos en el proceso de la cadena de suministro.
«La situación tardará un tiempo en resolverse y volver a operar con normalidad. Así que definitivamente habrá retrasos en las entregas de mercancías», dijo en una nota.
Por el momento, los observadores del sector están evaluando cuánto pesará el desastre del puente en las cadenas de suministro, la economía local y la inflación.
Interrupciones en la cadena de suministro
Según Chris Tang, profesor de la Anderson School of Management de la UCLA, es poco probable que las perturbaciones derivadas del desastre del puente emulen la crisis de la cadena de suministro de la época de la pandemia.
«Creo que ésta no es tan grave como la que observamos durante la COVID porque está más localizada», declaró Tang a The Epoch Times.
Mientras tanto, sin embargo, un coro de expertos advierte que el último contratiempo en la cadena de suministro podría provocar quebraderos de cabeza a corto plazo a empresas y consumidores.
En primer lugar, el suceso ha congelado el tráfico marítimo. Diez barcos están bloqueados en el puerto de Baltimore, y otros buques que transportan automóviles, maquinaria pesada y diversos bienes de consumo se han visto obligados a buscar otros puertos para cargar o descargar.
Esto se produce cuando los plazos de entrega ya han aumentado en los últimos meses debido a los ataques a buques en el Mar Rojo y a los cuellos de botella en el Canal de Panamá.
Según Mike DeAngelis, responsable de transporte marítimo de FourKites, proveedor de soluciones oceánicas para la visibilidad en tiempo real de la cadena de suministro, los portacontenedores han buscado puertos alternativos, como Charleston, Nueva York, Norfolk y Savannah.
La situación podría ser más complicada para los contenedores que esperan salir del puerto de Baltimore.
«Los contenedores que ya estén esperando para salir del puerto de Baltimore tendrán que esperar a la eventual reapertura de la vía navegable o salir de las terminales y ser transportados a uno de estos puertos alternativos», declaró DeAngelis a The Epoch Times. «Es demasiado pronto para saber hasta qué punto, sin embargo, esto tendrá inevitablemente un impacto en los flujos de carga y en la infraestructura».
Patrick Penfield, profesor de práctica de la cadena de suministro en la Universidad de Siracusa, afirma que la industria del automóvil es «muy dependiente» del puerto de Baltimore.
Aproximadamente 850,000 vehículos entraron y salieron del puerto el año pasado, y las empresas automovilísticas «ahora tendrán que redirigir los buques a otros puertos de la Costa Este en el futuro, lo que provocará retrasos en la cadena de suministro», declaró a The Epoch Times.
Otro problema es que el desvío de los buques ejercerá presión sobre los demás puertos, lo que prolongará los tiempos de espera.
La culminación de los cuellos de botella y los retrasos provocará un aumento de los costes de envío en toda la costa este que podría traducirse en un aumento de los precios al consumo, advierte Robert Khachatryan, director general de Freight Right Global Logistics.
«La interrupción del puente en el corredor de la I-695, una parte vital de la interestatal 95, paralizará los movimientos de mercancías, provocando retrasos hasta el fin de semana de Pascua y elevando los costes de envío. Se espera que este aumento de los costes repercuta en los consumidores, que ya están luchando contra la inflación», declaró a The Epoch Times.
Tang señaló que las tarifas de envío se han disparado desde los 1500 dólares normales hasta los 4000 dólares, citando la trifecta de problemas: Los ataques de los houthis, los problemas del Canal de Panamá y ahora el desastre de Baltimore.
Cuando se le preguntó si el desastre del puente llevaría a una mayor inflación, Buttigieg dijo que era «demasiado pronto para decirlo».
Impacto económico local
El Gobernador de Maryland, Wes Moore, subrayó que la situación no solo afectará a Maryland, sino al resto del país.
Pero mientras economistas y analistas de mercado barajan las cifras para determinar el impacto de la catástrofe en la nación, los expertos afirman que es fácil determinar cuánto perjudicará el desastre a la economía local.
Decenas de compañías de transporte marítimo y de cruceros llegan al puerto con regularidad; sus buques lo visitan unas 1800 veces al año. Esto ha creado enormes oportunidades de empleo.
El Estado afirma que el puerto mantiene unos 15,000 puestos de trabajo directos y unos 139,000 indirectos vinculados a la zona. Además, genera unos USD 3300 millones en ingresos personales totales.
Buttigieg calcula que el cierre afectará a unos USD 2 millones en salarios.
Los ingresos fiscales también están en juego para las economías estatal y local. El puerto genera cada año cerca de USD 400 millones en ingresos estatales y locales.
Dado que el calendario para la reconstrucción del puente, que tiene décadas de antigüedad, no está claro, el presidente del Senado de Maryland, Bill Ferguson, anunció en X que presentaría una legislación de emergencia para pagar a los trabajadores afectados por el desastre.
«El coste humano de las vidas perdidas ayer es abrumador y trágico. No se puede subestimar la pérdida económica y de estabilidad para los miles de afectados en los próximos días», publicó Ferguson en X, antes Twitter.
El presidente Joe Biden se hizo eco de estas preocupaciones, prometiendo «mover cielo y tierra» para ayudar a las personas empleadas en el puerto.
«Vamos a hacer todo lo que podamos para proteger esos puestos de trabajo y ayudar a esos trabajadores», declaró el Presidente Biden.
Según Tang, la catástrofe podría fabricar «un efecto cascada» que perturbaría la situación del empleo más allá del puerto de Baltimore. Sin embargo, la perturbación de la cadena de suministro podría mitigarse desplazando a los trabajadores a otros puertos, señaló.
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