Un presunto miembro de la pandilla MS-13, Antonio Cullal, fue sentenciado este martes a cumplir de un mínimo de 20 años en prisión a cadena perpetua por su papel en un asesinato ocurrido en 2017.
Cullal, de 26 años, se había declarado culpable el pasado 15 de junio de homicidio y conspiración en segundo grado por el asesinato con machete -algo usual de esta pandilla- cometido contra Julio César Espantzay Gonzáles, de acuerdo con un comunicado de la fiscalía del condado de Nassau, en Long Island (Nueva York).
Espantzay Gonzáles fue reportado como desaparecido el 31 de enero de 2017 y el 23 de marzo de ese año su cuerpo fue encontrado por una persona que paseaba a su perro en el Parque Massapequa (Long Island).
De acuerdo con la fiscalía, la víctima fue llevada al lugar bajo engaño, con la promesa de sexo y drogas. Una vez allí, Cullal y otros tres atacaron a Espantzay, matándolo a machetazos porque lo consideraron enemigo de la pandilla.
Dejaron su cuerpo en el lugar cubierto de ramas de árboles, hojas y arbustos.
«Antonio Cullal y otros pandilleros de la MS-13 siguieron las órdenes que les dio la jerarquía de la pandilla y mataron a Julio César Espantzay Gonzáles simplemente porque la pandilla creía que él era su ‘enemigo'», dijo la fiscal interina Joyce Smith en un comunicado.
De acuerdo con la fiscalía, Cullal es uno de siete presuntos pandilleros de la MS-13 acusados en este caso y que cuatro aún tienen sus casos pendientes.
Cullal fue arrestado en Maryland el 4 de octubre de 2017 por miembros del Departamento de Policía del condado de Nassau y alguaciles federales.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.