Una mujer saudí ha sido condenada a casi medio siglo de prisión por compartir sus opiniones en Internet, según ha informado una organización de derechos humanos.
Nourah bint Saeed al-Qahtani fue condenada a 45 años de prisión en agosto por la División de Apelación del Tribunal Penal Especializado de Arabia Saudí, según Democracy for the Arab World Now (DAWN), que citó documentos judiciales.
La mujer, cuya edad se desconoce, fue condenada por «romper el tejido social del Reino» al criticar a los gobernantes saudíes, y por «producir y almacenar materiales que atentan contra el orden público y los valores religiosos», según DAWN.
En la sentencia también se afirmaba que había «violado el orden público al utilizar las redes sociales» en virtud de la Ley Antiterrorista y la Ley contra la Ciberdelincuencia. No está claro qué es exactamente lo que la ciudadana saudí había publicado en Internet.
DAWN, con sede en Washington, señaló que el Tribunal Penal Especializado «tiene jurisdicción sobre los casos relacionados con el terrorismo y la seguridad a través de una Ley Antiterrorista demasiado amplia y vaga».
La condena de Al-Qahtani se produce solo unas semanas después de que la estudiante de doctorado de la Universidad de Leeds Salma al-Shehab fuera condenada a 34 años de prisión por cargos similares relacionados con su cuenta de Twitter, según Human Rights Watch.
«Solo unas semanas después de la escandalosa condena de 34 años de Salma al-Shehab, la sentencia de 45 años de Al Qahtani, aparentemente por simplemente tuitear sus opiniones, muestra lo envalentonadas que se sienten las autoridades saudíes para castigar incluso las críticas más leves de sus ciudadanos», ha declarado Abdullah Alaoudh, director de investigación para la región del Golfo en DAWN.
«Imposible no conectar los puntos»
Alaoudh ha señalado que han aumentado los «ataques represivos» contra las personas que se atreven a denunciar las violaciones de derechos humanos del gobierno saudí desde la visita del presidente estadounidense Joe Biden al país en julio.
Biden ha defendido su reunión con el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, que supuso un giro de 180 grados respecto a su promesa de campaña de no hacerlo.
«Es imposible no conectar los puntos entre la reunión del príncipe heredero Mohammed bin Salman con el presidente Biden el mes pasado en Jeddah y el repunte de los ataques represivos contra cualquiera que se atreva a criticar al príncipe heredero o al gobierno saudí por abusos bien documentados», dijo Alaoudh.
Arabia Saudí ha sido criticada en repetidas ocasiones por las organizaciones de derechos humanos y los organismos de Naciones Unidas por sus violaciones de derechos humanos y por las leyes que restringen la expresión política y religiosa, entre ellas su Ley Antiterrorista y la Ley Anticrimen.
El asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi —que era crítico con el gobierno saudí y había tenido la idea de DAWN— se ha vinculado al príncipe heredero.
Sin embargo, las autoridades del país han rechazado cualquier vínculo con el príncipe heredero y la muerte de Khashoggi y han negado las acusaciones de abusos contra los derechos humanos, y dicen que sus leyes sirven para proteger su seguridad nacional.
«Tanto en el caso de Al Shebab como en el de Al Qahtani, las autoridades saudíes han utilizado leyes abusivas para perseguir y castigar a ciudadanos saudíes por criticar al gobierno en Twitter», dijo Alaoudh. «Pero esto es solo la mitad de la historia, porque incluso el príncipe heredero no permitiría sentencias tan vengativas y excesivas si considerara que estas acciones serían objeto de una censura significativa por parte de Estados Unidos y otros gobiernos occidentales. Está claro que no es así».
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