Dos ciudadanos colombianos fueron condenados este 12 de septiembre a varias décadas de prisión por su participación en un atentado con coche bomba en 2021. El ataque, que hirió a 3 soldados del Ejército de Estados Unidos y a 44 militares colombianos, fue perpetrado en una base militar de Estados Unidos cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela,
«Nuestra misión más urgente y nuestra máxima prioridad es hacer rendir cuentas a quienes atacan a estadounidenses, incluidos los valientes hombres y mujeres que sirven como miembros de nuestros servicios uniformados en el país y en todo el mundo», declaró en un comunicado de prensa el fiscal Markenzy Lapointe, del distrito sur de Florida. «Como demuestran las condenas de prisión impuestas a los acusados hoy, los individuos que amenacen la seguridad de los Estados Unidos y nuestros compatriotas estadounidenses se enfrentarán a toda la fuerza del sistema de justicia penal de nuestra nación».
Andrés Fernando Medina Rodríguez, de 40 años, y Ciro Alfonso Gutiérrez Ballesteros, de 31, recibieron condenas de 35 y 30 años de prisión, respectivamente, por conspirar e intentar asesinar a soldados estadounidenses. El atentado ocurrió frente a la base colombiana de la 30ª Brigada del Ejército, en Cúcuta, Colombia, donde se encontraban estacionadas fuerzas militares estadounidenses y colombianas.
Según los documentos judiciales, los dos hombres trabajaban con el Frente 33, una facción extremista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Su plan apuntaba específicamente contra los soldados estadounidenses destinados en la base militar.
Medina Rodríguez, oficial retirado del ejército colombiano, aprovechó su condición de exmilitar para infiltrarse en la base y realizar misiones de reconocimiento en las que fotografiaba y grababa en vídeo las zonas donde se encontraban soldados estadounidenses.
Sus antecedentes militares le permitieron moverse con relativa libertad dentro de la base, proporcionando información de inteligencia crucial para el atentado, según los documentos judiciales.
Aproximadamente 10 días antes del ataque, Medina Rodríguez y Gutiérrez Ballesteros entregaron un todoterreno blanco a sus cómplices de las FARC, quienes lo cargaron con explosivos. Eligieron el todoterreno como arma principal en un atentado planeado con artefactos explosivos improvisados transportados en vehículos.
El 15 de junio de 2021, Medina Rodríguez condujo el todoterreno cargado de bombas hasta la Base de la 30ª Brigada del Ejército. Gutiérrez Ballesteros lo escoltó en motocicleta para asegurar que la operación se desarrollara sin contratiempos. Al llegar a la base, Medina Rodríguez estacionó el vehículo cerca de una zona frecuentada por personal militar estadounidense y colombiano.
Tras aparcar el todoterreno, Medina Rodríguez activó el temporizador de la bomba y huyó a pie. Posteriormente escapó en la motocicleta con Gutiérrez Ballesteros, y la bomba detonó poco después. El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) informó que, a pesar de los importantes heridos y daños, no hubo víctimas mortales.
El FBI, en coordinación con las autoridades colombianas, incluyendo la Fiscalía General de la Nación de Colombia y la Policía Nacional colombiana, inició una investigación exhaustiva tras el atentado.
El agente especial Jeffrey B. Veltri, de la oficina del FBI en Miami, destacó la colaboración internacional necesaria para llevar a los conspiradores ante la justicia.
«El crimen no se detiene en nuestras fronteras, como tampoco lo hace el compromiso del FBI de investigar los actos delictivos contra nuestros militares en el extranjero», afirmó Veltri. «Trabajamos en estrecha colaboración con nuestros socios internacionales y servicios de seguridad de todo el mundo para llevar a cabo investigaciones complejas y obtener pruebas en el extranjero para procesos penales en Estados Unidos. Esta capacidad resulta vital para nuestro trabajo».
Los hombres huyeron de Colombia a Venezuela tras el atentado y las autoridades internacionales los localizaron y detuvieron en Colombia en el marco de una persecución internacional.
Las autoridades estadounidenses colaboraron con el gobierno colombiano para lograr su extradición a Estados Unidos, donde enfrentaron los cargos por los que fueron condenados esta semana.
Ambos fueron acusados de conspiración para asesinar a personal militar estadounidense e intento de asesinato de soldados estadounidenses.
El Departamento de Justicia enfatizó que las condenas forman parte de un esfuerzo más amplio para garantizar que cualquiera que atente contra soldados estadounidenses sea llevado ante la justicia, independientemente de la ubicación o la complejidad del delito.
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