Un misionero evangélico fue condenado por la Justicia de Brasil acusado de atentar contra la vida y la cultura de una etnia indígena de la Amazonía de reciente contacto, al entregar a uno de sus integrantes un arma de fuego, informó este miércoles la Procuraduría General de la Nación.
El predicador Luiz Carlos Ferreira, vinculado con la Misión Nuevas Tribus, un culto evangélico estadounidense que actúa en reservas indígenas en Brasil, fue condenado por poner en riesgo la integridad física y cultural de la etnia zo’è, asentada en el estado de Pará, región amazónica ubicada al norte de Brasil.
De acuerdo con la Procuraduría, que hizo la denuncia en 2016, Ferreira fue acusado de violar el estatuto de desarme al entregar a los indígenas una escopeta sin registro y de «perturbar las tradiciones indígenas», un delito previsto en el Estatuto del Indio, ya que los zo’é son indios de contacto muy reciente, que no hablan portugués y no usan armas de fuego para cazar.
El juez primero federal de Santarém, Domingos Daniel Moutinho, señaló en su sentencia que el arma fue entregada «a una población absolutamente vulnerable», con lo que se trajeron varios riesgos tanto para la integridad física de los miembros de la etnia como para su cultura.
Ferreira, condenado a dos años y ocho meses de reclusión, pena que fue convertida a la prestación de servicios comunitarios y al pago de una multa de 20.000 reales (unos 4.444 dólares), también está vinculado con un caso en el que habría sometido a trabajo esclavo a 96 indígenas zo’é.
La Misión Nuevas Tribus (rebautizada como Ethos 360) en el pasado intentó contactar y evangelizar al pueblo zo’é, provocando la muerte de varios de sus miembros por el contagio de enfermedades y la expulsión de dos misioneros.
La Misión Nuevas Tribus se retiró del estado de Pará pero a partir de la década de 1990 algunos misioneros, como Ferreira, permanecieron en granjas vecinas vinculados con la Iglesia Bautista de la región.
No obstante ese grupo ha resonado nuevamente este año en Brasil ya que uno de sus líderes, Rocardo Lopez Dias, fue nombrado por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro como jefe de la entidad que cuida precisamente de los indios aislados en Brasil, un hecho que ha causado revuelo en el país.
Por considerar que el nombramiento del misionero «es un evidente caso de conflicto de intereses», la Procuraduría pidió con carácter de urgencia la anulación del nombramiento.
Lopes Dias, antropólogo y teólogo con más de una década de experiencia como misionero del grupo evangélico fue nombrado como jefe de la Coordinación de Indios Aislados y de Reciente Contacto (CGIIRC) de la Funai, que cuida de las cerca de 114 etnias que, se calcula, viven en el país sin contacto con la «civilización».
La misión estadounidense actúa desde la década de 1950 en la evangelización de pueblos indígenas de la Amazonía pese a las críticas de caciques de diferentes etnias a sus métodos y objetivos.
Según la Procuraduría, después de que el culto evangélico se retiró de Pará el pueblo Zo’é comenzó a crecer demográficamente.
En 2019, al finalizar su propio Plan de Gestión Territorial y Ambiental, la etnia Zo’é señaló expresamente en el texto que los misioneros deberían mantenerse alejados de su territorio.
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