Un pequeño pero ruidoso grupo de manifestantes se reunió el 3 de junio ante la oficina del FBI en Detroit para exigir el despido de Christopher Wray, director de la agencia.
«Wray debe ser despedido y el FBI debe ser descentralizado y trasladado fuera de Washington DC», declaró Brian Pannebecker, organizador de la protesta y partidario de Trump. «Mientras el FBI y el Departamento de Justicia sigan ocultando ilegalmente al Congreso pruebas citadas, seguiremos luchando».
Irónicamente, Wray fue propuesto por el expresidente Donald Trump para suceder al director del FBI James Comey, a quien despidió en el verano de 2017.
Al ser preguntado al respecto por The Epoch Times, Pannebecker dijo: «Sí, Trump hizo algunos nombramientos realmente malos. Sabrá hacerlo mejor en su próximo mandato».
Supresión de posibles pruebas
Pannebecker, veterano del ejército estadounidense con un hijo que actualmente sirve en la Guardia Nacional del Ejército en Oriente Medio, dijo estar indignado por lo que considera que el FBI está protegiendo a Joe Biden al suprimir pruebas potencialmente incriminatorias que presuntamente vinculan a Biden con una trama internacional de tráfico de influencias.
«Estamos hoy aquí con la esperanza de despertar a la gente de Detroit, que es víctima de tanta delincuencia y violencia, sobre la necesidad de librarse de Wray y sustituirlo por alguien que trabaje para ellos», dijo.
Dana Coyne, habitante de los suburbios, declaró a The Epoch Times: «Estoy aquí porque nuestro gobierno está completamente corrompido. Ya no somos un gobierno del pueblo».
«Somos un país dirigido por globalistas que no aman a América y que no respetan la soberanía de Estados Unidos».
John Zupanc, del condado de Macomb, dijo que había venido al centro de Detroit un sábado porque cree que el gobierno «está torcido y corrupto y debe rendir cuentas».
La oferta de Wray
Ante la posibilidad de una citación por desacato al Congreso, Wray anunció el 2 de junio que permitiría que una prueba citada por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes sólo fuera vista por el presidente James Comer (R-Ky.) y el miembro principal Jamie Raskin (D-Md.).
En vísperas de la protesta, la medida de Wray no contribuyó a apaciguar a los manifestantes.
«Llegados a este punto, ¿alguien confía en que Wray cumpla lo prometido? Tiene un historial de evasivas y finalmente presenta documentos solicitados por el Congreso que están casi totalmente tachados», declaró Pannebecker a The Epoch Times.
«Creo que en este país existe un sistema de justicia de dos niveles. No debería haber un conjunto de normas para los favorecidos y normas diferentes para el resto de nosotros. El gobierno debe hacer lo correcto», dijo la manifestante Angelic Johnson, del grupo Fe, Educación y Comercio Unidos de Michigan (FEC).
La manifestante Elisa Wagner dijo: «Hoy, nuestro gobierno está haciendo exactamente aquello de lo que nos advirtieron nuestros Padres Fundadores. Vivimos en una época tiránica».
«Todos los estadounidenses deben hacer lo que les corresponde para proteger nuestros derechos constitucionales. Por eso estoy aquí».
Opiniones divergentes
Las banderas de Trump y los carteles de «Despidan a Wray» que adornaban la Plaza del Edificio Federal durante la protesta provocaron respuestas de los coches que pasaban, algunos tocando el claxon y gritando «¡Vamos Trump!», mientras otros decían obscenidades y «¡Enciérrenlo!».
La manifestación también llamó la atención de algunos que pasaban por allí.
Un peatón que se dirigía a almorzar y que se detuvo a escuchar a los oradores dijo: «Vi las banderas de Trump y supe que algo bueno debía estar ocurriendo, así que me acerqué a ver qué pasaba».
Un ciclista que se detuvo brevemente para echar un vistazo señaló a la pequeña multitud y dijo a The Epoch Times: «No puedo creer que Trump tenga siquiera tantos partidarios en la ciudad de Detroit».
La directora de la FEC, Lisha Kilgus, organizadora de la protesta, dijo a los asistentes: «El mundo se ha vuelto loco. Las autoridades que se supone que deben hacer cumplir la ley no están cumpliendo las leyes.
«Exigimos transparencia y responsabilidad».
Más tarde, Kilgus declaró a The Epoch Times: «El Congreso debe actuar rápidamente para erradicar a los arrogantes, atrincherados y criminalmente comprometidos dirigentes del FBI».
«Christopher Wray debe irse».
«Rezamos por nuestra nación porque Dios es el único que puede intervenir y hacer realidad los milagros que necesitamos. Rezamos para que Dios haga surgir buenos dirigentes que obedezcan la ley y hagan lo correcto».
Proteger a los denunciantes
Pannebecker y Kilgus califican de «patriotas» y «héroes» a los denunciantes del FBI que han salido a la luz para exponer presuntas conductas indebidas de los funcionarios en los niveles más altos de la agencia.
«Estos agentes del FBI que mantienen su juramento de cargo y sirven admirablemente merecen la protección a los denunciantes. Rezamos por ellos y por sus familias».
«Más de nuestra gente necesita tener el valor de levantarse y ‘ponerse en la brecha’, como dice la Biblia. Nuestros derechos vienen de Dios, no del gobierno», dijo Kilgus.
Pannebecker dijo que los denunciantes estaban dispuestos a asumir un gran riesgo personal y a hacer enormes sacrificios al dar la cara, y que era lo menos que podía hacer la gente, salir y apoyarlos.
Las protestas continuarán periódicamente durante el verano en el Edificio Federal de Detroit, dijo.
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