Confirman que la mayoría las emisiones de un gas que destruye la capa de ozono provienen de China

Por Anastasia Gubin
25 de mayo de 2019 3:20 PM Actualizado: 25 de mayo de 2019 4:02 PM

La recuperación de la capa de ozono estratosférica que protege muestro planeta depende de la continua disminución de las concentraciones atmosféricas de algunos gases que agotan esta capa de ozono. Se había logrado un logro significativo de esta disminución pero desde 2012 la reducción a nivel global es cada vez más lenta.

Una investigación confirmó que esta misteriosa falta de reducción, que había generado controversia por años, se debe a un aumento de las emisiones proveniente de China, informa un estudio publicado en la revista Nature el 22 de mayo.

Demostramos que las emisiones de la China continental oriental son 7,0 ± 3,0 gigagramos por año más altas en 2014-2017 que en 2008-2012, y que el aumento de las emisiones se produce principalmente en las provincias nororientales de Shandong y Hebei”, dice el informe publicado en la revista Nature.

Este aumento representa una fracción sustancial (al menos entre el 40 y el 60 por ciento) del aumento mundial de las emisiones de CFC-11” o triclorofluorometano, el segundo clorofluorocarburo más abundante en la atmósfera.

Sin una reducción de estos gases, la recuperación de la capa de ozono se podría retrasar en una década, destacan los autores.

El CFC-11 había disminuido sustancialmente desde mediados de los años noventa pero luego desde 2012 disminuyó esta reducción gradualmente.

(NASA)
Agujero de ozono de la Antártida (NASA)

El gas es principalmente relacionado a la fabricación de espumas aislantes para casas, pero se acordó a nivel internacional  que la producción cesaría gradualmente a partir del año 2010.

El estudio indica que solo desde China se observa este aumento. En Europa, Norteamérica y Australia las mediciones no lo demuestran. El Sudamérica se desconoce porque no hay registros a largo plazo.

“No encontramos evidencia de un aumento significativo de las emisiones de CFC-11 en ningún otro país del este asiático ni en ninguna otra región del mundo donde se disponga de datos para la detección de emisiones regionales”, señala el informe.

“ Varias consideraciones sugieren que el aumento de las emisiones de CFC-11 de la China continental oriental probablemente sea el resultado de una nueva producción y uso, lo que es incompatible con el acuerdo del Protocolo de Montreal de eliminar gradualmente la producción mundial de clorofluorocarbonos de 2010”.

El Distrito Central de Negocios de Beijing, el 26 de octubre de 2018 (FRED DUFOUR/AFP/Getty Images)

El equipo liderado por Matt Rigby, profesor de química atmosférica de la Universidad de Bristol en Inglaterra analizó las emisiones regionales de CFC-11 de Asia oriental utilizando observaciones atmosféricas de alta frecuencia desde Corea del Sur, y Hateruma, Japón. Para sus conclusiones además usó datos de vigilancia mundial y otros programas como los modelos de cómo se transportan los productos químicos a la atmósfera, señala su investigación.

«Este nuevo estudio se basa en aumentos bruscos en las mediciones del aire que viene de China», señaló Rigby de acuerdo a la BBC.

Los datos identifican que los gases ascienden a la atmósfera desde las provincias nororientales de Shandong y Hebei. Sin embargo el autor aclara que estos datos “indican los niveles del gas en la atmósfera, pero no cómo fue usado ese gas y donde fue producido».

Mapa de China. (Wikimedia Commons)

«Es posible que el gas haya sido producido en otra región de China o incluso en otro país, y haya sido transportado a las fábricas de espumas aislantes. Es en esta última etapa que parte del CFC-11 es emitido a la atmósfera», afirmó Rigby.

El trabajo confirma que entre el 40 y el 60% del aumento en emisiones de CFC-11 proviene de provincias en el este de China y es posible que el 40% restante sea de otras partes del país, que no están cubiertas por las estaciones de monitoreo, dijeron los científicos.

“Nuestro estudio se limitó a las mediciones de la red de estaciones disponibles, y solo nos permitió cuantificar emisiones del este de China, donde vive el 35% de la población del país, así como de la península coreana y del oeste de Japón», explicó a BBC Mundo Luke Western, investigador del departamento de química de la Universidad de Bristol y otro de los autores del estudio.

Los gases clorofluorocarbono o CFC son también compuestos químicos que derivan de los procesos de limpieza en seco, viejos refrigeradores, aerosoles y fijadores. En la atmósfera, los CFC destruyen y corroen la capa de ozono, informó la investigadora Susan Solomon, según el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

Después de descubrirse el agujero de ozono, en 1987, casi todos los países del mundo firmaron el Protocolo de Montreal, “en un intento concertado para prohibir el uso de los CFC y repararlo”, recordó el MIT, destacando el hecho que en el pasado las investigaciones del equipo de la señora Solomon sobre el cloro y el ozono estimularon la firma de dicho documento.

Agujero de Ozono en la Antártida el 22 de octubre de 2015. NASA
Agujero de Ozono en la Antártida el 22 de octubre de 2015.(Imagen de la NASA/ Goddard Space Flight Center)

«Ahora podemos estar seguros que le cosas que hicimos han puesto al planeta en camino de la recuperación», dijo Solomon, confiada que la decisión colectiva.

El agujero en la capa de ozono se descubrió en la década de 1950 y en 1980 científicos del British Antarctic Survey, quienes confirmaron que la capa estaba disminuyendo.

“El cloro corroe el ozono sólo si la luz está presente y si el ambiente es lo suficientemente frío como para crear nubes estratosféricas”. Por esta razón -explica el MIT- en la Antártida “el agotamiento de ozono se inicia a fines de agosto, cuando la luz en la Antártida emerge luego del oscuro invierno, y el agujero se forma por completo a principios de octubre”.

El agujero más grande de las últimas décadas en la Antártida, desde que se inició, se registró el 9 de septiembre de 2000 y alcanzó los 29,9 millones de kilómetros cuadrados.

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