La Policía de Argentina se incautó en el aeropuerto Internacional de Buenos Aires de nueve cráneos de antílope de la India que presuntamente iban a ser transportados a Madrid por un ciudadano español, a quien se imputó y le fue prohibido salir del país por poseer restos de fauna sin tener el permiso legal.
Según confirmaron este martes a Efe fuentes policiales, las piezas óseas -con su cornamenta- fueron detectadas por agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini de la localidad bonaerense de Ezeiza.
La incautación se produjo durante los controles de equipajes despachados a bodega próximos a embarcar en un vuelo con destino a Madrid.
Los policías vieron a través de los escáneres de rayos X los cráneos que supuestamente transportaba el hombre, un piloto de ciudadanía española, como trofeos de caza.
Decomisaron nueve cráneos de antílope en el Aeropuerto de Ezeiza https://t.co/5OQBz4ur9Z
— El Litoral (@ellitoral) 30 de julio de 2019
«Luego de requisar al pasajero y al resto de su equipaje, se le consultó sobre su procedencia; al no poseer documentación que acreditara su legal origen y tenencia, se procedió a informar a la judicatura interviniente la situación en curso», explicó la PSA en una nota de prensa.
El caso ya fue notificado al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 1, a cargo del juez Federico Villena, quien determinó que los cráneos fueran confiscados y quedasen a resguardo de la Policía.
Al mismo tiempo, se dispuso la imputación del hombre, la retirada de su pasaporte y la prohibición de salir del país.
La Policía y el juzgado declinaron dar detalles sobre su identidad y detallar si el imputado viajaba como turista o en su condición de piloto.
La ley de conservación de la fauna silvestre regula en Argentina la comercialización y tenencia de animales vivos, productos y subproductos, así como la importación y la exportación, y también existen una serie de normativas que tienden a su protección y el control de la caza.
El antílope de la India, originario de ese país, fue introducido en su momento en otros lugares del mundo como Argentina, donde está amparado por esa normativa y regulado por la Convención Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).
La PSA señaló que aunque la caza de la especie está permitida, el cazador debe tener su permiso correspondiente y realizar la actividad en un lugar habilitado por la autoridad provincial, a la que le corresponde emitir la guía de tránsito que acompañe a esos trofeos de caza en su traslado.
Además, se debe obtener la autorización de exportación y el certificado CITES en la Secretaría de Ambiente de la Nación.
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