El representante republicano de Ohio, Jim Jordan, envió el 21 de julio una carta al inspector general del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Michael Horowitz, en relación a la presunta mala conducta de un anterior alto funcionario del FBI, no identificado.
Jordan, en su carta, pide que Horowitz explique al comité judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos «el alcance de esta grave mala conducta y evalúe cómo se manejó el asunto por parte del FBI”.
«Para que el comité pueda entender mejor las conclusiones de la OIG, determinar el alcance de su grave mala conducta y evaluar el manejo del asunto por parte del FBI, le pido que por favor proporcione el archivo completo del caso, sin tachado, del Resumen de Investigación 21-096, para incluir todos los documentos, comunicaciones y otras pruebas relacionadas con el informe», escribió Jordan al referirse a las conclusiones de la oficina del inspector general (OIG).
El representante republicano pidió que Horowitz proporcione la información antes de las 17 horas del 4 de agosto de 2021.
La carta surgió después que el inspector general del Departamento de Justicia (DOJ) diera a conocer el martes las conclusiones de una investigación en la que se descubrió que un exalto funcionario del FBI violó repetidamente la política de la oficina al tener contacto no autorizado con los medios de comunicación.
Según el informe, el funcionario anónimo «recibió objetos de valor de integrantes de los medios de comunicación» y tuvo «numerosos contactos no autorizados con los medios» entre 2014 y 2016.
Esos contactos no autorizados incluyeron «comunicaciones sustanciales» con periodistas y «compromisos sociales no autorizados fuera de la sede del FBI que incluían bebidas, almuerzos y cenas».
El funcionario también aceptó entradas de parte de los integrantes de los medios de comunicación para dos eventos de cena de etiqueta, incluyendo uno valorado en 300 dólares y otro en 225 dólares. También recibió el transporte al evento de un reportero, que no fue nombrado, según el informe.
El FBI describió el comportamiento como una violación de la política del FBI.
«Cuando más tarde la [oficina del inspector general] se puso en contacto con él para una entrevista voluntaria, el alto funcionario del FBI se negó a ser entrevistado», escribió la oficina, añadiendo que efectivamente esta tiene «la autoridad para obligar a declarar a los actuales empleados del departamento tras informarles que sus declaraciones no se utilizarán para incriminarlos en un procedimiento penal».
Sin embargo la oficina «no tiene autoridad para obligar o citar a declarar a antiguos empleados del departamento, incluidos los que se jubilaron o renunciaron durante» el curso de la investigación, dice el informe.
El FBI realizó la investigación en los meses previos y posteriores a las elecciones presidenciales de noviembre de 2016.
Sus hallazgos sin duda arrojarán más peso detrás de las afirmaciones de que algunos miembros del FBI y otros funcionarios de inteligencia de Estados Unidos desarrollaron una relación estrecha con los periodistas y otros miembros de los medios de comunicación en los últimos años.
El expresidente Donald Trump y sus aliados mencionaron anteriormente sobre la supuesta colusión del FBI con los principales medios de comunicación. Trump acusó en el pasado al exdirector del FBI, James B. Comey, por filtrar ilegalmente información clasificada, incluidas las afirmaciones de que la campaña presidencial de Trump en 2016 se coludió con Rusia o en relación con las acusaciones que rodean los negocios en el extranjero de Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden.
Con información de Jack Phillips.
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