¿Conoce los signos de deficiencia de vitamina D?

La falta de la vitamina del sol está relacionada con la fatiga, el dolor muscular y una docena de otros síntomas

Por JOSEPH MERCOLA
16 de marzo de 2021 6:58 PM Actualizado: 16 de marzo de 2021 6:58 PM

La vitamina D regula el funcionamiento de cientos de genes y forma parte de las funciones biológicas que afectan a todos los sistemas corporales. La insuficiencia o deficiencia de vitamina D puede desencadenar varios síntomas generalizados que pueden asociarse a otras condiciones de salud.

También se la conoce como la vitamina del sol, porque la piel produce vitamina D cuando se expone a la luz ultravioleta del sol.[1] La vitamina D desempeña muchas funciones en el organismo, como mantener los niveles adecuados de calcio y fosfato, esenciales para la mineralización normal de los huesos.[2]

Ayuda a reducir la inflamación, necesaria para la modulación del crecimiento celular y la función inmunológica. La vitamina D también afecta a los genes que ayudan a regular la diferenciación celular y la apoptosis (muerte celular rutinaria).

El principal indicador de su nivel de vitamina D es la 25-hidroxivitamina D (25OHD). Los datos recopilados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición en 2005 y 2006 mostraron una prevalencia de deficiencia del 41.6 por ciento en la población estadounidense.[3]

Es importante señalar que la forma de medir la insuficiencia y la deficiencia depende de las concentraciones séricas utilizadas. Algunos investigadores utilizan un nivel de 20 nanogramos por mililitro (ng/mL) o de 50 nanomoles por litro (nmol/L); el ng/mL se utiliza con mayor frecuencia en Estados Unidos y el nmol/L es el estándar en Europa.

Sin embargo, el Instituto de Investigación de Nutrientes GrassrootsHealth recomienda niveles de concentración sérica de vitamina D de 40 ng/mL a 60 ng/mL o de 100 nmol/L a 150 nmol/L.[4] A este nivel, la cantidad de personas que probablemente tengan una deficiencia de vitamina D sería considerablemente mayor.

14 señales que indican una deficiencia de vitamina D

Durante la temporada de resfríos y gripe, y la pandemia de COVID-19, es esencial mantener niveles saludables de vitamina D para ayudar a reducir su riesgo de enfermedades virales y bacterianas.[5,6] Un análisis de sangre es la mejor manera de determinar sus niveles de vitamina D, pero aquí hay algunos síntomas que pueden indicar si sus niveles son bajos.

1. Dolor muscular

Casi la mitad de los adultos padecen dolor muscular[7] Iinvestigadores creen que la mayoría de esos adultos tienen una deficiencia de vitamina D. Algunos estudios han sugerido que los nervios tienen receptores de vitamina D que afectan a la percepción del dolor. En un estudio con animales, se demostró que una dieta deficiente en vitamina D puede inducir una hipersensibilidad muscular profunda que no estaba relacionada con niveles bajos de calcio.[8]

2. Dolor en los huesos

La vitamina D regula el nivel de calcio en el cuerpo necesario para proteger la salud de los huesos.[9] La deficiencia de vitamina D puede hacer que sus huesos se ablanden, una condición llamada osteomalacia. Esto puede ser un precursor de la osteoporosis.

3. Fatiga

Este es un síntoma común de una variedad de diferentes condiciones de salud, incluyendo la falta de sueño. Investigadores descubrieron que la administración de suplementos de vitamina D puede mejorar los síntomas de la fatiga que sufren los pacientes con cáncer.[10]

En un estudio[11] en el que participaron 174 adultos con fatiga y condiciones médicas estables, los investigadores descubrieron que el 77.2 por ciento tenía una deficiencia de vitamina D. Después de normalizar su nivel, los síntomas de fatiga mejoraron significativamente.

4. Reducción del rendimiento muscular

La deficiencia de vitamina D es tan común en los atletas como en los no atletas. La vitamina D es crucial para el desarrollo muscular, la fuerza y el rendimiento. Los adultos mayores que toman un suplemento de vitamina D tienen un menor riesgo de caídas y un mejor rendimiento muscular.[12]

Si se corrige a través de la administración de suplementos por vía oral o con una exposición al sol adecuada, se pueden reducir los síntomas de las fracturas por estrés, el dolor musculoesquelético y las enfermedades frecuentes. La vitamina D también tiene un efecto directo sobre el rendimiento muscular. En un artículo del Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons, el autor escribió:[13]

«Los niveles séricos más elevados de vitamina D se asocian a la reducción de las tasas de lesiones y a la mejora del rendimiento deportivo. En un subconjunto de la población, la vitamina D parece desempeñar un papel en la fuerza muscular, la prevención de lesiones y el rendimiento deportivo».

5. Salud del cerebro

La vitamina D también es esencial para la salud del cerebro. Los síntomas de la deficiencia pueden incluir la demencia causada por un aumento de beta-amiloide soluble e insoluble, un factor de la enfermedad de Alzheimer[14]. La investigación también encontró una asociación con la depresión[15] que puede estar relacionada con la función de la vitamina D de amortiguar los niveles más altos de calcio en el cerebro.[16]

La deficiencia de vitamina D en las mujeres embarazadas puede aumentar el riesgo de autismo y de trastornos similares a la esquizofrenia en el bebé[17]. Un estudio de personas con fibromialgia descubrió que la deficiencia de vitamina D era más común en aquellos que tenían ansiedad y depresión[18]. Otro examinó la deficiencia de vitamina D en sujetos obesos y encontró una relación entre los niveles bajos de vitamina D y la depresión.[19]

6. Dormir mal

No se ha identificado el mecanismo que relaciona la vitamina D con la mala calidad del sueño. Pero las investigaciones descubrieron que las personas con niveles bajos de vitamina D tienen un sueño de mala calidad y un mayor riesgo de trastornos del sueño.[20]

7. Cabeza sudorosa

La sudoración excesiva, especialmente en la cabeza, o un cambio en el patrón de sudoración, puede indicar una deficiencia de vitamina D.[21]

8. Pérdida de cabello

La vitamina D es crucial para la proliferación de los queratinocitos y desempeña un papel importante en el ciclo del cabello. El receptor de la vitamina D parece desempeñar un papel en la fase anágena del crecimiento del cabello, lo que llevó a los investigadores a concluir: «Los tratamientos que regulan el receptor de la vitamina D pueden tener éxito en el tratamiento de los trastornos del cabello y son un área potencial de estudio adicional», escribieron en un estudio publicado en Dermatology Online Journal en 2010[22].

9. Heridas de cicatrización lenta

Las heridas crónicas son un importante reto para la salud pública.[23] En Estados Unidos, el 2 por ciento de la población se ve afectada por heridas crónicas y se estima que representan el 5.5 por ciento del costo de la atención médica en el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido. La vitamina D estimula la curación de las heridas y la creación de catelicidina, un péptido que combate las infecciones de las heridas.[24]

10. Mareos

Los datos obtenidos en modelos animales sugieren que la vitamina D es fundamental para el desarrollo del oído interno,[25] que afecta el equilibrio y la coordinación. El análisis de personas con neuritis vestibular, caracterizada por el vértigo, mostró niveles séricos de vitamina D más bajos que en personas sin neuritis vestibular.[26]

11. Problemas cardíacos

Estudios clínicos han demostrado que la vitamina D3 mejora la circulación y puede ayudar a mejorar la presión arterial alta.[27] En un estudio,[28] los investigadores descubrieron que la vitamina D3 también tiene un efecto significativo en las células endoteliales que recubren el sistema cardiovascular. Descubrieron que ayudaba a equilibrar las concentraciones de óxido nítrico y peroxinitrito, lo que mejoraba la función endotelial.

12. Exceso de peso

No se ha identificado cómo afecta la vitamina D a la obesidad. Sin embargo, los datos muestran que hay una alta probabilidad de deficiencia en las personas que obesas.[29]

13. Infecciones recurrentes

Se han realizado múltiples estudios epidemiológicos que demuestran que la deficiencia de vitamina D puede aumentar el riesgo de infección y elevar la severidad, particularmente en las infecciones del tracto respiratorio.[30] Múltiples estudios han demostrado que la deficiencia de vitamina D aumenta el riesgo potencial de enfermedades graves y la mortalidad, especialmente en aquellos que están críticamente enfermos.[31]

14. Reducción de la función cognitiva

Los datos muestran que la deficiencia de vitamina D duplica el riesgo de demencia[32] y aumenta el riesgo de deterioro de la función cognitiva.[33]

COVID-19 y la deficiencia de vitamina D

Alrededor del 80 por ciento de las personas con COVID-19 tienen una deficiencia de vitamina D.

La vitamina D desempeña un papel importante en el desarrollo y la gravedad de muchas enfermedades. Por eso, desde el inicio de la pandemia de COVID-19, sospeché que la optimización de los niveles de vitamina D reduciría significativamente la incidencia de la infección y la muerte en la población general.

Desde entonces, cada vez hay más pruebas que revelan que efectivamente es así, ya que los investigadores han comprobado repetidamente que niveles más altos de vitamina D reducen la tasa de pruebas positivas, hospitalizaciones y mortalidad relacionadas con esta infección.

Un estudio,[34] publicado a finales de 2020, evaluó los niveles séricos de 25OHD de los pacientes hospitalizados con COVID-19 para evaluar la influencia que podría tener en la gravedad de la enfermedad. Los investigadores descubrieron que el 82.2 por ciento de los enfermos de COVID-19 tenían una deficiencia de vitamina D (niveles inferiores a 20 ng/mL).

Curiosamente, también descubrieron que aquellos con deficiencias de vitamina D tenían una mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta, niveles de hierro elevados y periodos de hospitalización más largos. Un segundo estudio[35] encontró resultados similares en personas que solo dieron positivo en la prueba de COVID-19.

Cabe resaltar que estos pacientes se sometieron a la prueba de la enfermedad mediante la prueba PCR, que da resultados positivos falsos notoriamente altos. Además, no tenían necesariamente síntomas de la enfermedad.

Recientemente, los datos mostraron que las personas que recibieron un suplemento de vitamina D3 mientras estaban hospitalizadas con COVID-19 redujeron los ingresos en la UCI en un 82 por ciento y la mortalidad en un 64 por ciento.[36]

Nota del editor: Este estudio preimpreso fue retirado debido a «preocupaciones sobre la descripción de la investigación en este documento»,[37] pero hay una versión archivada disponible.

Puede leer más sobre el estudio, a partir de la información publicada antes de ser retirada, en «Vitamin D Supplementation Reduces COVID-19 Deaths by 64%» en Mercola.com.

Antes que el documento fuera retirado, esta información provocó que el diputado británico David Davis pidiera una reevaluación de las recomendaciones oficiales sobre la vitamina D. Él tuiteó: «Los hallazgos de este amplio y bien realizado estudio deberían conducir a que esta terapia se administre a todos los pacientes de COVID en todos los hospitales de las latitudes templadas».[38]

Añadió que la demostración de la «clara relación entre la vitamina D y la mortalidad por COVID es causal», y que su gobierno debería aumentar la disponibilidad de suplementos de vitamina D gratuitos para las poblaciones vulnerables. Otros expertos también pidieron recomendaciones oficiales sobre la vitamina D.[39]

Es importante recordar que los datos que demuestran que las personas con deficiencia de vitamina D tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades graves han estado disponibles mucho antes de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, la información que puede sugerir la otra cara de la misma moneda —es decir, el consumo de suplementos con vitamina D— puede tener un efecto positivo en la gravedad de la enfermedad, puede ser atacada.

El magnesio y la vitamina K2 optimizan los suplementos de vitamina D3

Tanto la vitamina K2 MK-7 como el magnesio desempeñan un papel importante en su salud general y en la biodisponibilidad y aplicación de la vitamina D en su cuerpo. Si no está utilizando magnesio y vitamina K2, podría necesitar casi 2.5 veces más vitamina D, según descubrió GrassrootsHealth en su proyecto D*action.[42]

Más de 10.000 personas proporcionaron información sobre el uso de suplementos y el estado de salud general a GrassrootsHealth desde que empezaron a realizar una investigación de nutrientes a gran escala basada en la población en 2007.[43]

Esa información llevó a la recomendación de que los niveles de vitamina D en la sangre entre 40 ng/ml y 60 ng/ml (100 nmol/L a 150 nmol/L) son seguros, eficaces y reducen la incidencia general de enfermedades y los costos de atención médica. Como informó GrassrootsHealth a partir de sus datos:[44]

En términos prácticos, esto significa que cuando se toma vitamina K2 y magnesio con vitamina D, se necesita mucha menos vitamina D para alcanzar un nivel saludable.

El Dr. Joseph Mercola es el fundador de Mercola.com. Médico osteópata, autor de best-sellers y ganador de múltiples premios en el campo de la salud natural, su visión principal es cambiar el paradigma de la salud moderna proporcionando a la gente un recurso valioso para ayudarles a tomar el control de su salud. Este artículo fue publicado originalmente en Mercola.com.

Fuentes y referencias


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