Conozca los 5 alimentos más comunes en EE.UU. pero prohibidos internacionalmente por «daños» a la salud

A pesar de los posibles problemas de salud, Estados Unidos sigue produciendo y consumiendo ciertos alimentos que otros países prohíben

Por Jingduan Yang
06 de julio de 2024 11:39 AM Actualizado: 06 de julio de 2024 11:39 AM

Los estadounidenses comen cinco tipos de alimentos que otros países prohíben por sus posibles riesgos para la salud. A pesar de las pruebas no concluyentes, estos alimentos pueden alterar el sistema inmunitario o aumentar el riesgo de cáncer.

1. Organismos modificados genéticamente (OMG)

En Estados Unidos, los organismos modificados genéticamente (OMG) incluyen el maíz, la soja y la colza, pero se están introduciendo más tipos. Se espera que pronto estén disponibles los tomates OMG.

Los OMG no están sujetos a restricciones estrictas en Estados Unidos, lo que suscita una gran controversia sobre su uso. Sus defensores sostienen que son seguros y nos permiten cultivar mayores cantidades de alimentos, mientras que muchos críticos afirman que plantean riesgos para la salud.

¿Por qué, entonces, Europa y otros países imponen restricciones a los productos OGM? Existe la creencia generalizada de que los productos naturales son, en general, más sanos. Además, los efectos a largo plazo de los productos modificados genéticamente sobre la salud siguen siendo inciertos.

Un artículo de 2009 revisó los estudios sobre la toxicidad de los OMG en animales, encontrando que los OMG pueden afectar al hígado, los riñones, el páncreas y el sistema reproductivo y «pueden alterar los parámetros hematológicos, bioquímicos e inmunológicos.» Sin embargo, los estudios actuales en animales y los ensayos clínicos sobre la seguridad de los OMG siguen siendo insuficientes.

Un estudio sobre los efectos de la soja modificada genéticamente en animales concluyó que las ratas no mostraban efectos adversos tras consumir soja OMG durante 90 días. Sin embargo, el período de investigación se limitó a 90 días, lo que deja poco claros los efectos a largo plazo. Se necesita una investigación más sólida sobre el impacto de los OMG en los seres humanos.

2. Pollo lavado con cloro

El pollo en las tiendas a menudo parece blanco, fresco y limpio. En realidad, gran parte de este pollo es tratado con agentes antimicrobianos a base de cloro. Este proceso elimina y previene el crecimiento bacteriano y hace que el pollo parezca excepcionalmente limpio y apetecible.

Sin embargo, un estudio de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, reveló que el pollo lavado con cloro puede ser inseguro. El estudio indicaba que este método de desinfección no elimina eficazmente los patógenos. En cambio, puede hacer que las bacterias entren en un «estado viable pero no cultivable (VBNC)», lo que les permite evitar su detección.

Debido a estos problemas de seguridad alimentaria, la Unión Europea prohibió el pollo tratado con desinfectantes clorados, lo que paralizó casi todas las importaciones de pollo estadounidense.

3. Leche producida con hormona de crecimiento bovina recombinante

La hormona de crecimiento bovina recombinante (rBGH) se crea mediante tecnología de recombinación genética. Imita la hormona de crecimiento natural de las vacas y aumenta la producción de leche estimulando la proliferación y la actividad de las células mamarias.

Como hormona, la rBGH puede interferir en los niveles hormonales humanos, afectando potencialmente a la función tiroidea.

En 2007, la Coalición para la Prevención del Cáncer lanzó una petición solicitando que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) prohibiera el uso de rBGH. Sin embargo, tras una investigación exhaustiva, la FDA rechazó la petición en 2016, afirmando que la rBGH «es segura y eficaz para los usos previstos» y que «no hay diferencias significativas entre la leche de vacas tratadas con rbGH y la de vacas no tratadas».

A pesar de esto, Canadá, la Unión Europea y Australia prohibieron el uso de rBGH por diversas razones. Sin embargo, no confirman que la leche y la carne de vacas tratadas con rBGH supongan ningún riesgo para la salud humana. Estas regiones no prohíben la importación de productos lácteos procedentes de países en los que está aprobado el uso de rBGH.

4. Carne de vacuno tratada con hormonas

El cuarto problema se refiere a la carne de vacuno tratada con hormonas sexuales. Estas hormonas, como la testosterona, el estradiol y la progesterona, favorecen el crecimiento rápido del ganado y aumentan la producción de carne de vacuno. Sin embargo, estas hormonas sexuales pueden tener efectos adversos para la salud humana.

La Unión Europea (UE) prohíbe estas hormonas en animales de granja desde 1981, alegando los efectos promotores de tumores del estradiol-17-beta. La UE también prohíbe la importación de carne de ganado tratado con estas hormonas.

5. Bebidas que contienen aceite vegetal bromado

El aceite vegetal bromado (BVO) es un aceite vegetal modificado con bromo, un emulsionante utilizado principalmente en bebidas con sabor a cítricos. La FDA regula su concentración máxima permitida.

En 2022, un estudio de la FDA descubrió que el BVO podría afectar negativamente a la salud humana, en particular a la función tiroidea.

En noviembre de 2023, la FDA propuso revocar la normativa que permitía el uso de BVO en los alimentos y solicitó comentarios públicos sobre la nueva propuesta.

Desde 2008, Europa y países como Japón prohibieron el BVO como aditivo alimentario y prohibieron la importación de bebidas estadounidenses que contengan BVO. El martes 2 de julio, la FDA prohibió el BVO como aditivo alimentario. La prohibición entró en vigor el 2 de agosto de 2024.

Efectos sobre la función inmunitaria y aumento del riesgo de cáncer

El consumo prolongado de alimentos que contienen aditivos, diversas hormonas y antimicrobianos puede tener efectos sistémicos sobre nuestra salud.

Cuando el sistema inmunitario se descontrola, su capacidad para responder a patógenos externos puede volverse excesivamente reactiva o deficiente, lo que provoca graves consecuencias para la salud. Por ejemplo, puede aumentar la probabilidad de reacciones alérgicas. Tras la exposición a determinados alimentos, el organismo puede volverse más sensible a diversos estímulos químicos, lo que provoca afecciones como rinitis alérgica, asma y alergias cutáneas. Si el sistema inmunitario se mantiene hiperactivo, puede provocar reacciones exageradas erróneas, dando lugar a enfermedades autoinmunes.

Además, estos alimentos pueden tener un impacto perjudicial en nuestro tracto digestivo, provocando síntomas como indigestión, desequilibrio del microbioma intestinal, estreñimiento, diarrea y dolor abdominal. La causa principal es el daño que estos alimentos infligen a la mucosa intestinal.

De ahí que el consumo prolongado de estos alimentos aumente el riesgo de cáncer. Cuando el sistema inmunitario se ve comprometido, aumenta el riesgo de cáncer.

Estos alimentos interfieren en la capacidad del organismo para regular la inflamación crónica y el estrés oxidativo, que son fundamentales para prevenir el cáncer, controlar las enfermedades crónicas y ralentizar el envejecimiento.

Un estudio dirigido por la Universidad de Harvard y publicado en JAMA Oncology indicó una correlación entre las enfermedades inmunomediadas y los riesgos de cáncer localizado y sistémico. El estudio evaluó la asociación de 48 enfermedades inmunomediadas con los riesgos de cáncer general y localizado entre casi 480 mil participantes (de 56 años de edad media) del Biobanco del Reino Unido.

Los resultados revelaron que, entre las enfermedades inmuno-reguladas comunes, el asma aumentaba el riesgo de cáncer de pulmón en un 34 por ciento, la artritis reumatoide aumentaba el riesgo de cáncer de pulmón en un 71 por ciento y el linfoma en un 10 por ciento; y la diabetes de tipo 1 aumentaba el riesgo de cáncer de hígado en un 182 por ciento, de cáncer de esófago en un 113 por ciento y de cáncer de amígdalas en un 257 por ciento.

5 consejos para evitar estos alimentos

– Siempre que sea posible, opte por alimentos ecológicos. Aunque suelen ser más caros, dar prioridad a su salud consumiendo alimentos de mayor calidad es esencial.

– Cuando compre productos, lea atentamente las etiquetas y elija aquellos sin aditivos colorantes, hormonas ni antibióticos añadidos.

– Evite las bebidas que contengan aditivos BVO. En su lugar, opte por el agua o alternativas como el agua de coco.

– Elija alimentos certificados como no modificados genéticamente.

– Reduzca al mínimo el consumo de alimentos envasados y procesados.


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