Corea del Norte ha empezado a pregonar los «excepcionales» beneficios para la salud que supone el consumo de cisnes negros tras su cría, al igual que los conejos domésticos mientras el país lucha contra una agobiante escasez de alimentos, según la prensa estatal.
«La carne de cisne negro es deliciosa y tiene valor medicinal», afirmó el periódico del partido gobernante Rodong Sinmun en un artículo publicado el lunes.
Según el periódico, Ri Jong Nam, secretario jefe del partido en la provincia de Hamgyong del Sur, encabezó la víspera una ceremonia de inauguración de un nuevo centro de cisnes negros en la granja de patos Kwangpho, situada en el Condado de Jongphyong, en la costa oriental.
Los medios de comunicación estatales calificaron anteriormente la carne de cisne negro como «un excepcional alimento saludable del siglo XXI con un sabor único y un valor nutricional extremadamente alto», y que la investigación para la cría de las «raras aves ornamentales» para la alimentación comenzó en la primavera de 2019, informó NK News. También dijeron que contiene raras propiedades «anticancerígenas».
La cría del cisne negro pretende hacer frente tanto a la incapacidad de la agricultura a gran escala para proporcionar un suministro adecuado de alimentos a toda Corea del Norte como a las restricciones más recientes del gobierno relacionadas con la COVID-19 que han bloqueado en gran medida las importaciones de alimentos y otros productos desde principios de 2020, dijo NK News.
El cisne negro es un ave acuática de gran tamaño que se encuentra principalmente en las regiones del sureste y suroeste de Australia, aunque también se ha introducido en varios países, entre ellos Nueva Zelanda.
Por otro lado, en julio del año pasado, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Populares (MPAF) ordenó a los soldados y a sus familias que criaran conejos, informó la página web del DailyNK.
A cada soldado se le dijo que criara 15 conejos y que se evaluaría su progreso, según el DailyNK.
Corea del Norte se convirtió en uno de los primeros países del mundo en cerrar completamente sus fronteras en los primeros momentos de la pandemia de COVID-19. Aunque el gobierno afirma que no se ha registrado ningún contagio de COVID-19 y en septiembre rechazó la oferta de casi 3 millones de vacunas contra la enfermedad, varios informes indican que el país ha sido testigo de contagios y muertes por el virus, según Human Rights Watch.
Mientras tanto, el comercio del país con China se redujo en casi un 81 por ciento en 2020, y el gobierno redujo drásticamente las importaciones de alimentos básicos y otros artículos de primera necesidad procedentes de China, incluidos los medicamentos, según HRW.
Múltiples inundaciones entre junio y septiembre de este año dañaron miles de hogares y destruyeron cosechas, lo que agravó la crisis económica, la producción agrícola y la escasez de alimentos.
Corea del Norte también está atravesando dificultades debido a las sanciones internacionales impuestas a causa de sus programas nucleares. El mes pasado, el país probó un «nuevo tipo» de misil balístico desde un submarino frente a su costa oriental en el Mar de Japón.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirman que unos 6 millones de personas, es decir, una cuarta parte de la población, sufren desnutrición.
A pesar de ello, el gobierno norcoreano ha rechazado repetidamente las ofertas de ayuda internacional.
La supuesta cría de cisnes negros y la pregonización de sus supuestos beneficios para la salud se producen poco después de que el dictador norcoreano Kim Jong-Un dijera en un discurso el 29 de septiembre que para proporcionar a los norcoreanos una «vida estable y acomodada, se debe poner un empeño prioritario en el desarrollo agrícola», al tiempo que señalaba la determinación de su partido de «eliminar completamente el problema alimentario en un futuro próximo mediante el rápido desarrollo de la producción agrícola».
El dictador también instó a «aumentar decididamente el ganado caprino y bovino, y a realizar masivamente el plan para la cría de conejos» como lo exige la «política del Partido de obtener carne de pasto en el sector de la ganadería».
En junio, Kim Jong-Un reconoció la existencia de una crisis alimentaria en el país y dijo a los altos dirigentes que «la situación alimentaria del pueblo se está volviendo tensa».
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