PARÍS— Una antigua reliquia que muchos cristianos veneran como la «Corona de Espinas» de Jesucristo regresó el viernes a la Catedral de Notre Dame en París, cinco años después de ser salvada de las llamas del devastador incendio de 2019 en el monumento medieval.
La corona, un círculo de ramas envuelto en un tubo dorado, fue devuelta a su hogar histórico en una ceremonia presidida por el arzobispo de París y a la que asistieron caballeros y damas de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, marcando un momento clave en el proceso de restauración de la catedral.
La reliquia fue mencionada por primera vez por los peregrinos de Jerusalén en el siglo V antes de ser trasladada a Constantinopla en el siglo X. En 1239, fue adquirida por el rey Luis IX de Francia, quien la llevó a París y la alojó en Notre Dame antes de encargar su custodia a la Sainte-Chapelle. Posteriormente, fue devuelta a Notre Dame.
Durante el incendio que consumió gran parte de Notre Dame el 15 de abril de 2019, la Corona de Espinas fue preservada en un estuche sellado junto con otras reliquias. Las rápidas acciones de los bomberos aseguraron la supervivencia de esos tesoros.
A partir del 10 de enero, la Corona de Espinas se exhibirá para la veneración pública todos los viernes hasta el 18 de abril, culminando en el Viernes Santo. Luego, se exhibirá el primer viernes de cada mes.
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