La interrupción de la cadena de suministros relacionada con el nuevo coronavirus chino está pasando su factura a las empresas estadounidenses. Una reciente encuesta realizada entre los directores de compras de las empresas muestra que una caída de la actividad comercial observada en febrero se atribuye en cierta medida a la propagación de la enfermedad.
«El deterioro estuvo en parte relacionado con el brote de coronavirus, manifestándose en una demanda debilitada en sectores como viajes y turismo, así como a través de la caída de las exportaciones y las interrupciones de la cadena de suministro», dijo Chris Williamson, economista jefe de negocios de IHS Markit, quien el 21 de febrero publicó su informe sobre el Índice de Gestores de Compras (PMI).
Otros factores que pesan sobre la actividad empresarial incluyen la renuencia de las empresas a gastar en equipos y mano de obra debido a las preocupaciones sobre una desaceleración económica más amplia y la incertidumbre antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre, señaló la firma.
El PMI combinado presentado por el IHS, que hace un seguimiento tanto al sector manufacturero como al de servicios, cayó a 49.6, el valor más bajo en 76 meses, desde una lectura de 53.3 en enero.
Un valor de 50 es el umbral entre la expansión y la contracción, son los números más bajos asociados a una caída en la actividad comercial.
El sector manufacturero apenas escapó a un deslizamiento hacia la contracción, con el PMI manufacturero llegando a 50.8, el más bajo desde agosto y por debajo del 51.9 de enero.
Mientras tanto, el PMI del sector servicios cayó este mes a 49.4, el más bajo desde octubre de 2013 y la primera vez que este índice cae en el territorio de contracción desde 2016.
Interrupciones en las pequeñas empresas
Si bien las grandes corporaciones en relación al coronavirus han dominado los titulares sobre la interrupción de los negocios —siendo un ejemplo el reciente anuncio de la reducción de la calificación de las ganancias de Apple, que provocó la caída de sus acciones e impulsó una mayor venta de activos de riesgo— también las pequeñas empresas de Estados Unidos pueden ser igual de vulnerables.
«Las pequeñas empresas, en particular las minoristas, probablemente verán un problema en lo que respecta a mantener el inventario», dijo Brandon Renfro, profesor asociado de finanzas de la Universidad Bautista de East Texas, en una declaración enviada por correo electrónico a The Epoch Times.
«Si las fábricas en China se cierran, eso significa que los minoristas locales que llevan productos fabricados en China no pueden reabastecerse. Para una empresa muy pequeña, el asunto es aún peor porque lo que las grandes corporaciones llaman ganancias trimestrales, las pequeñas empresas lo llaman dinero para la alimentación y servicios públicos. A menudo no son tan capaces de resistir un apretón», dijo el profesor.
«Es solo una cadena de suministro rota», declaró a su vez Becky Feinberg-Galvez, propietaria de Shop4ties, a The Wall Street Journal, añadiendo que la empresa tuvo que rechazar docenas de pedidos de sus productos —que incluyen corbatas y camisas de marca personalizada fabricadas en China— debido a la interrupción de la cadena de suministro.
Feinberg-Galvez indicó que un subcontratista chino con el que la empresa cuenta se cerró completamente, mientras que las fábricas de otros dos socios estaban operando a menos del 50 por ciento de su capacidad.
«Ahora las empresas estadounidenses pueden considerar más seriamente la posibilidad de deslocalizar la capacidad de fabricación para limitar una mayor interrupción de la imprevisibilidad del suministro mundial», escribió Jimmy Holten, director general de Transwestern, en una declaración enviada por correo electrónico a The Epoch Times.
Holten señaló que un efecto de repercusión podría ser la prisa de los minoristas por acumular existencias como cobertura contra una mayor interrupción.
«La estrategia de los minoristas puede inclinarse a sobrealmacenar productos, mejorando tanto la utilización de la capacidad del espacio de almacenamiento como aumentando potencialmente la demanda de espacio relacionado en los mercados estratégicos impulsados por la logística», explicó a continuación el director general.
El G20 se ensombrece por las preocupaciones del virus
Los líderes financieros de las 20 principales economías del mundo terminaron este domingo su reunión de dos días, dominada por la creciente preocupación por las consecuencias del brote de coronavirus.
Los ministros de finanzas y los jefes de los bancos centrales del Grupo de los 20 se enfrentaron a una sobria presentación del Fondo Monetario Internacional, que predijo que la epidemia reduciría el crecimiento mundial en 0,1 puntos porcentuales.
«En nuestro actual escenario de referencia se aplican las políticas anunciadas con la economía de China que volvería a la normalidad en el segundo trimestre. Como resultado, el impacto en la economía mundial sería relativamente menor y de corta duración», dijo el 22 de febrero la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
«Pero también estamos considerando escenarios más graves en los que la propagación del virus continúe durante más tiempo y (lo haga) a nivel mundial con consecuencias para el crecimiento que son más prolongadas», añadió.
Reuters contribuyó a este informe.
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