Después de que Jim Smith leyera «Por qué existen los seres humanos» del Sr. Li Hongzhi, cuya traducción al español está publicado en el sitio web de The Epoch Times, tuvo lo que sintió como «un sueño semiconsciente».
En él, se aferraba a una «cuerda salvavidas» hacia el Cielo.
«Si haces algo mal o pecas, pierdes el agarre», describió el Sr. Smith. La cuerda salvavidas se volvería resbaladiza, y podrías empezar a resbalar. «Pero si mantienes la fe, y vives la fe, y actúas según la fe y las creencias, no te cuesta ningún esfuerzo agarrarte a la cuerda que te lleva al Cielo. Y es como si constantemente te jalara hacia el Cielo, y eventualmente, llegas allí. Pero si te equivocas, dejas caer la pelota, pecas o haces algo malo, entonces empiezas a resbalar. Uno puede caerse de la cuerda salvavidas al Cielo o puede mantener su fe recta, y la gente solo sube hacia la vida eterna».
«El artículo era muy bueno, y te dice cómo progresar hasta el punto de la salvación», dijo el Sr. Smith. «Aumenta mis creencias, las fortifica, o las construye, es tan bueno. Cuando leí el artículo, lo leí como tres veces, y luego lo compartí con otras tres o cuatro personas».
El autor del artículo, Li Hongzhi, es el fundador de Falun Gong, una práctica espiritual que enseña los principios universales de verdad, benevolencia y tolerancia. Desde su introducción al público en la década de 1990, se ha extendido a más de 100 países, y «Zhuan Falun», su texto principal, se ha traducido a 40 idiomas.
El Sr. Smith es un cristiano de toda la vida, criado como bautista del sur; él y su esposa se convirtieron al catolicismo al principio de su matrimonio y se han mantenido firmes en su fe todos estos años.
El catolicismo no se practica eligiendo en qué partes creer, dijo el Sr. Smith, y «o lo crees o no lo crees». Así que la pareja cree y sigue todos los principios de su fe, pero cuando se conocieron, también se dieron cuenta de la posibilidad de la reencarnación.
Vida después de la vida
En una fiesta de Nochevieja de 1974, el Sr. Smith conoció a la Sra. Smith.
«Ya habrán oído antes, estoy seguro, que cuando conoces a la persona adecuada, suenan las campanas. Y eso es absolutamente lo que ocurrió», dijo. «La invité a bailar y fue como si hubiéramos bailado cien veces antes».
«A partir de ese momento, simplemente supimos que nos habíamos conocido antes, y luego confirmamos esa creencia a lo largo del año siguiente», dijo el Sr. Smith. La pareja se casó a finales de 1975.
Ambos habían sentido que se conocían de una vida anterior a la actual, y habían estado juntos quizás en más de una, dijo. Hubo muchos momentos de déjà vu. Sus 45 años juntos han incluido muchas conversaciones profundas sobre la vida y la fe.
«Cuando leí el artículo, había tantas cosas en él que tenían sentido y reflejaban nuestras creencias. Ella también lo leyó y hablamos sobre ello, estábamos muy de acuerdo y sentí que era lo más parecido a lo que sentimos de verdad», dijo.
En opinión de Smith, el propósito de renacer en la Tierra no es azaroso. Creía que era para que los seres humanos tuvieran otra oportunidad, y cuando leyó sobre la idea de la responsabilidad en el artículo, todo encajó.
«Hablamos [mi mujer y yo] de personas que parecen llegar a un punto en el que son más puras, más cristianas, más creyentes, más dispuestas a seguir adelante. Dios nos da la oportunidad de volver y corregir nuestros errores, y purificarnos, practicar lo que Él enseña, lo que a Él le gustaría que hiciéramos, y lo que a Él le gustaría que fuéramos, hasta un punto en el que estás ahí. Has pasado por una transformación, has sido piadoso y estás listo para el Cielo», dijo.
«Somos fuertes en nuestra fe, creemos en Dios, y también creemos, casi junto con el artículo, que estamos aquí en la Tierra para vivir nuestras vidas convirtiéndonos en mejores personas, hacer cosas buenas, hasta que nos ganemos nuestro camino al Cielo», dijo el Sr. Smith. «Si no estás preparado, no irás, y tendrás que volver. En el artículo dice que tendrás que rendir cuentas de tu mal, y hemos hecho algunas cosas de las que tenemos que rendir cuentas, y hemos pasado por eso».
El bien engendra el bien
Al principio de su matrimonio, el Sr. Smith dijo que fueron testigos de un milagro que fortaleció su fe.
Antes del servicio militar, era el orgulloso propietario de un club de racquetball de ocho pistas en Alabama. Un día, una niña se metió en la bañera de hidromasaje de los vestuarios y, cuando él y sus padres la encontraron, estaba morada y sin pulso.
«Fue horrible», dijo el Sr. Smith, recordando que el padre de la niña se había puesto «como loco» al darse cuenta. El Sr. Smith había iniciado la reanimación cardiopulmonar de inmediato, y nunca se había sentido tan aliviado cuando la niña vomitó.
Los médicos se quedaron atónitos, contó, porque normalmente, cuando una persona ha estado tanto tiempo bajo agua tratada químicamente, se producen daños cerebrales y pulmonares, y ella no tenía ninguno de estos síntomas. Más tarde se enteró de que su esposa estaba rezando en las escaleras cuando ocurrió, y una sensación de calma se apoderó de ella, como haciéndole saber que todo iría bien. Y así fue.
Pero por otras razones, el club no duró. Según Smith, en el sureste los veranos duran unos ocho meses y la gente sale a nadar, a jugar al golf o al tenis, en lugar de jugar al raquetbol dentro de casa.
«Así que al final tuvimos que devolver las llaves al banco con la propiedad, con todo, y declararnos en quiebra. Y eso es lo más bajo que se puede llegar, pero con la mente bien puesta, con la actitud correcta, se puede utilizar como una bendición», dijo. «En menos de un año nos habíamos recuperado, en menos de tres años, habíamos recuperado las finanzas y todo. Nos habíamos recuperado. Y eso fue una bendición porque sabíamos que estábamos haciendo lo correcto y que habíamos expiado nuestros errores y habíamos superado lo que teníamos que superar, y Dios tenía una mano en ello y nos bendijo».
El Sr. Smith ha vivido su vida pensando que siempre está intentando mejorar. La vida está hecha de elecciones, entre lo correcto y lo incorrecto, el bien y el mal, dijo, tal como señala el artículo. Contó la época en que se alistó y cómo le decepcionó perder un ascenso al principio de su carrera. Pero a medida que avanzaba, centrándose en mejorar, los ascensos llegaban, a menudo para su sorpresa.
«Nunca pensé que llegaría a capitán. Pero llegué a capitán, y luego a comandante. Pero de ninguna manera iba a llegar a teniente coronel, pero lo hice, y comandé un batallón. Y nunca pensé que llegaría a coronel. Bueno, lo hice», dijo. «Fui bendecido en todo momento, y eso ha sido un verdadero regalo de Dios».
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