El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. ocultó cómo una mujer que sufrió dolor torácico y otros síntomas tras la vacunación contra COVID-19 recibió la inyección debido a un mandato laboral, según muestran documentos recientemente obtenidos.
La agencia también ocultó cómo se diagnosticó la enfermedad de Kawasaki a varios niños tras recibir la vacuna contra COVID-19, según los documentos.
The Epoch Times obtuvo más de 1400 páginas de correos electrónicos de los CDC relativos a su proyecto de Evaluación Clínica de la Seguridad de la Inmunización (CISA), que analiza los problemas posteriores a la vacunación comunicados por los profesionales sanitarios. El tramo incluía numerosas partes tachadas del documento.
Si bien la Ley de Libertad de Información permite tachar algunas partes, había señales de que se estaba ocultando demasiada información.
The Epoch Times apeló algunas de las partes no desclasificadas.
Los CDC accedieron a eliminar algunas de estas, revelando lo que la agencia había ocultado inicialmente.
En un correo electrónico, un proveedor informa de una mujer de 30 años que sufrió dolor torácico y espasmos en las piernas tras la vacunación contra COVID-19. La copia original del correo electrónico indicaba en parte que «se vacunó debido a [tachado]».
En la copia actualizada, los CDC eliminaron la parte tachada, mostrando que la mujer recibió la vacuna debido a un mandato en el trabajo.
Otras partes de los correos electrónicos que ahora están abiertos al público muestran que los CDC ocultaron que varios niños, entre ellos uno de 2 años, habían sufrido una grave enfermedad inflamatoria llamada enfermedad de Kawasaki poco después de recibir la vacuna.
Una niña sufrió inflamación alrededor de los ojos, labios hinchados, fiebre alta y sarpullido, y «fue ingresada la semana pasada con Kawasaki», escribió uno de los padres de la niña el 5 de diciembre de 2021, según muestran los nuevos documentos.
Recibió una dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech dos semanas antes.
El Dr. Matthew Oster es cardiólogo y trabaja para los CDC.
«La mayor pregunta, por supuesto, aquí, es si esto fue realmente [no desclasificado] o si esto fue [tachado] en relación con la vacuna», escribió el Dr. Oster después de conocer el caso.
La copia más limpia del correo electrónico mostraba que las partes tachadas cubrían «KD», o enfermedad de Kawasaki, y «MIS-C», o síndrome inflamatorio multisistémico en niños.
«Ahora tenemos un pequeño número de casos como éste», dijo el Dr. Oster.
Los CDC han descrito el MIS-C como causado únicamente por COVID-19, pero los estudios descubrieron que hubo casos de MIS-C antes de la pandemia de COVID-19 y que algunas personas sufrieron el síndrome después de la vacunación sin evidencia de COVID-19. Los CDC dicen en su sitio web que la agencia está «investigando informes de síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) asociado con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), que puede presentarse con características similares a la enfermedad de Kawasaki».
Otro correo electrónico ocultaba originalmente la edad de un niño varón y lo que su médico sospechaba que sufría tras recibir una segunda dosis de la vacuna de Moderna.
El niño tenía 2 años, muestran los documentos recién obtenidos, cuando fue ingresado con lo que un médico pediatra de enfermedades infecciosas sospechaba que era «enfermedad de Kawasaki atípica». Los documentos muestran que el médico también consideró el MIS-C como diagnóstico a la luz de cómo la hermana del niño dio positivo por COVID-19 el mismo día que el niño empezó a mostrar síntomas de fiebre, aunque múltiples pruebas de COVID-19 en el niño dieron negativo.
La enfermedad de Kawasaki se detectó como señal de seguridad de las vacunas de Pfizer y Moderna entre niños de 5 a 11 años cuando los CDC realizaron por primera vez un análisis de los datos del VAERS en 2022, según archivos obtenidos previamente por The Epoch Times.
El análisis no incluyó a niños menores de 5 años. La enfermedad de Kawasaki después de la vacunación contra COVID-19 ha sido reportada en la literatura, aunque un estudio sobre pacientes con antecedentes de la enfermedad que contrajeron COVID-19 o fueron vacunados no reveló signos de problemas.
Un mensaje interno de los CDC, ahora totalmente desclasificado, mostró que un funcionario describió que había «otra ‘investigación’ del CISA sobre un niño con enfermedad de Kawasaki atípica». Otro funcionario dijo que los informes eran «muy raros», mientras que un tercero dijo que los procesos normales de los CDC eran suficientes para vigilar la enfermedad después de la vacunación «a menos que haya una pregunta específica o necesidad de datos».
Otras partes que fueron desclasificadas del documento muestran que:
- Una persona que informaba de síntomas tras la vacunación contra COVID-19 manifestó que los síntomas incluían Coxsackievirus y que él mismo era el paciente. El proveedor escribió: «Yo… no sé si temer a otra vacuna en mayor o menor medida que al riesgo de infección».
- Un paciente del que se informó que sufría inflamación del corazón después de una tercera dosis de Pfizer, y que volvió con la inflamación un año después, tenía 17 años y era varón.
- El experto del CISA que dijo que la mujer que sufrió dolor torácico podía recibir dosis adicionales de la vacuna fue el doctor Oster. Correos electrónicos revelados anteriormente mostraban que el programa decía repetidamente que las personas con síntomas post-vacunación debían recibir más dosis.
- Un paciente con «malestar intenso» y otros síntomas unos seis meses después de una inyección de Pfizer tenía una frecuencia cardiaca elevada, según un electrocardiograma portátil, y taquicardia sinusal según una consulta de cardiología.
Las palabras y frases que se tacharon originalmente, pero que ya no están disponibles, incluyen «su hija», «hospitalaria», «los padres», «examen cardíaco», «un médico», «creo», «el paciente comenzó un curso de prednisona” y “no bebe, fuma ni usa ninguna droga”.
Cada una de las cadenas de correos electrónicos sobre las que se protestó por estar tachado el texto original fue devuelta con al menos algunas de ellas desclasificadas.
La versión original afirmaba que las notas eran apropiadas en virtud de las excepciones contempladas en la Ley de Libertad de Información, incluida una excepción que protege «los expedientes personales y médicos y expedientes similares» si su divulgación «constituyera una invasión claramente injustificada de la intimidad personal».
Un funcionario de los CDC dijo a The Epoch Times en un correo electrónico que la agencia, tras recibir la apelación, llevó a cabo una «revisión cuidadosa» y eliminó algunas de las partes tachadas. El funcionario no explicó por qué el CDC tachó erróneamente tanta información.
Los CDC «han proporcionado registros modificados de las páginas enumeradas en su apelación», dijo un funcionario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., la agencia matriz de los CDC, a The Epoch Times en un correo electrónico. Las apelaciones a las solicitudes de la Ley de Libertad de Información de los CDC se presentan ante el departamento.
Se ajusta al patrón
Cualquier persona puede solicitar información a través de la Ley de Libertad de Infección (FOIA), y las agencias de todo el gobierno suelen tachar partes de los documentos de respuesta o retenerlos por completo. Las agencias “a menudo utilizan las exenciones de la FOIA de forma inadecuada, reteniendo registros simplemente porque pueden revelar problemas en la agencia o simplemente ‘pintar a la agencia de mala manera’”, dijo a los senadores en 2022 Melissa Wasser, abogada del Proyecto sobre Supervisión Gubernamental. La gente «recibe constantemente grandes cantidades de información tachada arbitrariamente», añadió.
Cuando se les presentan señales de que la información fue alterada o retenida incorrectamente, las personas tienen principalmente dos opciones: presentar una apelación o demandar.
Ambos métodos han funcionado para extraer información de los CDC durante la pandemia.
Una apelación de The Epoch Times en otro caso, por ejemplo, devolvió una copia que eliminaba importantes partes de observaciones que se aplicaron a un correo electrónico interno que describía lo que Pfizer y Moderna les dijeron sobre los estudios que se estaban realizando sobre la inflamación cardíaca y las vacunas contra COVID-19.
La información no publicada mostraba que Moderna no había analizado muestras de receptores de la vacuna para detectar miocarditis subclínica porque estaba esperando a que se identificara un «biomarcador cardiaco específico». Un estudio externo de Suiza encontró posteriormente signos de inflamación cardiaca subclínica en aproximadamente una de cada 35 personas.
Los CDC reconocieron que la información había sido erróneamente tachada. Explicó que la información «no puede considerarse confidencial» porque ya se había compartido con anterioridad y «está a disposición del público», aunque algunos de los detalles nunca se habían hecho públicos con anterioridad.
Mientras tanto, entre otras demandas, una llevó a los CDC a publicar las respuestas de su encuesta de vigilancia V-safe, mientras que la otra provocó la divulgación de lo que los participantes escribieron en campos de texto libre después de que los CDC omitieran de la encuesta acontecimientos adversos de especial interés. Algunos de los datos nunca antes se habían descrito públicamente, mientras que otra información del sistema sólo se había esbozado en estudios y presentaciones de los CDC.
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