La corte de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA) mandó al FBI a revisar las solicitudes de órdenes de arresto e que está involucrado Kevin Clinesmith, un exabogado del FBI que fue remitido a una investigación criminal por supuestamente haber quitado una línea clave de un correo electrónico al solicitar una orden de arresto para espiar a un ayudante de la campaña de Donald Trump.
La emisión de la orden se produce cuando la propia existencia de la corte se ve presionada por los legisladores después de que el Inspector General del Departamento de Justicia, Michael Horowitz, descubrió 17 «errores u omisiones significativos» en las solicitudes para espiar a Carter Page, quien trabajaba para la campaña de Trump.
La jueza Rosemary Collyer, jueza presidenta del Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISC), exigió que el FBI «identifique todos los demás asuntos actuales o anteriores ante este tribunal que involucren la participación» del abogado Clinesmith.
«Describa las medidas que el Departamento de Justicia o el FBI hayan tomado o vayan a tomar para verificar que las presentaciones de Estados Unidos en esos asuntos describan completa y cabalmente los hechos y circunstancias materiales», escribió en la orden (pdf), que se hizo pública el 20 de diciembre. «Asesorar sobre la conducta» del abogado si «ha sido remitida al colegio de abogados que corresponda para su investigación o posible acción disciplinaria».
Según Horowitz, su equipo descubrió que Page tenía una relación previa con la CIA, que se dio a conocer por los agentes del FBI que buscaban una orden para vigilar al ayudante de Trump.
Pero el FBI no reveló ese hecho a la corte y Clinesmith alteró un correo electrónico sobre la relación para declarar que Page no era una fuente de la CIA.
Clinesmith renunció en algún momento y fue remitido para una investigación criminal.
La nueva orden de Collyer fue fechada el 5 de diciembre e incluyó una fecha límite del 20 de diciembre para que el FBI responda a la corte secreta, que en su mayoría está protegida de la vista del público.
Collyer emitió una respuesta al informe de Horowitz el 17 de diciembre, describiendo las acciones del FBI como tan flagrantes que el comportamiento «pone en duda si la información contenida en otras aplicaciones del FBI es confiable».
«El manejo de las aplicaciones de Carter Page por parte del FBI, tal y como se describe en el informe, era contrario al elevado deber de franqueza», escribió.
Aunque Collyer no se contuvo en sus críticas, ella aprobó la primera solicitud de FISA contra Page en octubre de 2016, y su corte ignoró múltiples advertencias de los legisladores republicanos sobre el abuso de FISA, señaló esta semana el representante Devin Nunes (R-Calif.).
En la última carta, Collyer le dio al FBI un plazo hasta el 10 de enero para abordar los graves problemas.
El viernes, Collyer, que también se desempeña como jueza principal en la corte federal de Washington, anunció que a fin de año renunciará a su cargo de jueza presidenta de la corte de FISA, varios meses antes de la fecha de vencimiento de su mandato.
La jueza James Boasberg fue seleccionada por el presidente de la Corte Suprema John Roberts para reemplazar a Collyer, y permanecerá en la corte hasta que su mandato expire en marzo de 2020.
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