Opinión
La Comisión Lancet, formada por las élites pro-vacunas y los títeres de las Grandes Farmacéuticas, dejaron muy claro lo que quieren que ocurra aquí en los Estados Unidos y en otros países donde la gente tiene derechos individuales. Está aquí para que cualquiera lo vea, nadie podrá decir que no nos advirtieron.
-Todavía se están evaluando las consecuencias de las destructivas políticas federales en respuesta al COVID sobre la salud mental, el desarrollo infantil y la estabilidad económica de nuestra nación
-En octubre del 2022, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. ampliaron una vez más la declaración de emergencia de salud pública por la pandemia COVID, esta vez hasta el 11 de enero del 2023
-Las inyecciones de COVID de ARNm se asocian con muchos efectos secundarios feos, especialmente los que comprometen la sangre y el corazón y pueden causar la muerte
-Con la inmunidad inducida por la vacuna fuera de la mesa y las reacciones adversas a la vacuna vistas como algo bueno, a finales de octubre del 2022 la campaña de vacunación masiva global había convencido a cerca del 70 por ciento de la población mundial para recibir al menos una inyección de COVID
-The Lancet publicó un informe en septiembre del 2022 llamado «La Comisión Lancet sobre las lecciones para el futuro de la pandemia de COVID-19»; pide la reorientación de la «prosocialidad» para que las poblaciones mundiales puedan ser controladas por una autoridad central, especialmente durante las respuestas a pandemias globales
-Si el Estado puede etiquetar, rastrear y obligar a los individuos contra su voluntad a ser inyectados con productos biológicos de toxicidad conocida y desconocida hoy en día, entonces no habrá límite en cuanto a las libertades individuales que el Estado puede quitar en nombre del bien mayor mañana
La mañana en que el huracán Ian azotó la costa del suroeste de Florida, las dramáticas imágenes de la fuerza bruta de la madre naturaleza destrozando estructuras construidas por la mano del hombre y arrastrándolas hacia el mar eran increíbles.(1) Después de horas y horas de viento, lluvia y una catastrófica marea que dejó un rastro de destrucción a su paso, pensé en lo muy diferente que era este desastre natural comparado con el que se desató en el mundo en 2020 y que también dejó un rastro de destrucción a su paso.
Dos catástrofes, una natural calificada legalmente como «acto de Dios», y la otra una catástrofe que, tres años después, la gente se sigue preguntando: ¿fue natural o provocada por el hombre?(2,3)
Tanto si el virus del SARS-CoV-2 saltó espontáneamente de un murciélago a un ser humano (4) como si lo crearon los científicos en un laboratorio de riesgo biológico,(5,6,7) una cosa está clara: la caótica respuesta de los expertos responsables fue un desastre en sí mismo.(8)
Y las personas, cuyas vidas se vieron afectadas por ese caos, experimentaron el mismo tipo de conmoción repentina, miedo,(9) desorientación, aislamiento e impotencia que muchas personas, que experimentan un huracán, un tsunami, un tornado, un terremoto o un incendio, sienten cuando sucede lo inesperado.
Las políticas de salud pública contra la pandemia generaron miedo e inestabilidad
En medio de este huracán, me encontré pensando en por qué el miedo a lo desconocido(10) provocado por esta emergencia era tan familiar.
Era familiar porque acabábamos de experimentar el miedo a lo desconocido en el invierno del 2020,(11) cuando los funcionarios de salud pública nos dijeron que un coronavirus extrañamente mutado andaba suelto y que nos mataría si no nos escondíamos en nuestras casas, nos tapábamos la cara con una mascarilla, cortábamos el contacto físico con nuestros familiares y amigos, manteníamos a nuestros hijos fuera de la escuela, y dejabamos de cortarnos el pelo o de ir a la iglesia, de hacer ejercicio en un gimnasio, de entrar en restaurantes o en ciertas tiendas, y estar de acuerdo con que el gobierno etiquetara a muchos trabajadores y empresas privadas como «no esenciales», lo que cerró nuestra economía y amenazó con hundir a las familias en la bancarrota. (12,13,14)
La gente de Florida que se enfrentaba a esta emergencia que ponía en peligro su vida, tuvo que recurrir repentinamente a las reservas emocionales y físicas ya agotadas por haber pasado recientemente por otra emergencia, en la que algunos perdieron su salud o a sus seres queridos a causa del virus mutante, o resultaron heridos por reacciones incapacitantes a la vacuna COVID, mientras que otros perdieron sus trabajos, casas o negocios durante el cierre del 2020 que, afortunadamente, fue corto en Florida en comparación con muchos otros estados.
Todavía se están evaluando las consecuencias de las destructivas políticas federales de respuesta al COVID sobre la salud mental, el desarrollo infantil y la estabilidad económica de nuestra nación.(15,16,17,18,19,20,21)
Dos catástrofes: una natural y otra que al mundo le cuesta definir. Después del huracán Ian, en Florida se está llevando a cabo un gran análisis por parte de aquellos cuyo trabajo es prepararse y responder a los huracanes.(22) En la mayoría de los casos, se trata de un análisis honesto por parte de los funcionarios estatales que trabajan duro para ayudar a la gente a lidiar con lo sucedido, en lugar de politizar lo ocurrido.(23,24,25)
Mantenernos con miedo para vender la vacuna COVID
El mes pasado, los Centros de Control de Enfermedades de EE.UU. ampliaron una vez más la declaración de emergencia de salud pública por la pandemia COVID, esta vez hasta el 11 de enero del 2023.(26)
Para justificar que sigamos viviendo en el miedo,(27,28) los funcionarios federales de salud están advirtiendo siniestramente que una «doble epidemia» de una cepa mutante del virus del SARS-CoV-2 más transmisible, combinada con una temporada de gripe especialmente mala, está preparada para hacer que más de nosotros enfermemos mucho este otoño e invierno si no nos vacunamos de COVID y de la gripe al mismo tiempo.(29,30)
Un médico de alto rango del gobierno dijo en un tono muy serio: «Realmente creo que esta es la razón por la que Dios nos dio dos brazos: uno para la vacuna contra la gripe y el otro para la vacuna COVID».(31)
Pero los estadounidenses se cansaron de la propaganda del virus y, aunque la mayoría de los estadounidenses se vacunaron al menos una vez contra el COVID, las encuestas muestran que solo el 14 por ciento de los niños menores de cinco años se vacunaron.(32,33,34) Hay indicios de que los estadounidenses están cuestionando el número siempre cambiante de vacunas de refuerzo contra el COVID que anuncian agresivamente las grandes farmacéuticas y los funcionarios del gobierno, que se esfuerzan por convencernos de que tendremos que vacunarnos contra el COVID todos los años.(35,36,37,38)
En esta campaña de marketing tan lucrativa, los dos fabricantes de la vacuna COVID de ARNm, Pfizer y Moderna, obtuvieron 50 mil millones de dólares solo en 2021 y 2022, con la promesa de miles de millones más de beneficios en los años venideros.(39,40,41,42)
Un virus mutado, un biológico reactivo que no es una vacuna
Esas dos compañías farmacéuticas están vendiendo un producto biológico disruptor celular que se llama vacuna, pero que no se parece en nada a ninguna otra vacuna que se haya inyectado en humanos para combatir teóricamente un coronavirus extrañamente mutado, que actúa como ningún otro virus que haya infectado a los humanos.
El ARNm biológico se describió como una «transformación del cuerpo en una máquina de fabricar vacunas»,(43) mientras que un científico explica que el virus del SARS-CoV-2, que muta rápidamente, es «esencialmente una evolución viral con esteroides».(44)
Aún así, nadie a cargo de la respuesta a la pandemia de COVID parece saber exactamente de dónde vino este virus con esteroides o exactamente qué tipo de daño está causando, o los componentes de ingeniería genética del producto de ARNm, a la integridad biológica de las poblaciones humanas.(45,46,47,48,49,50,51,52,53)
Las vacunas COVID de ARNm se asocian con muchos efectos secundarios desagradables, especialmente los que comprometen la sangre y el corazón y pueden causar la muerte.(54,55) En Internet se le llama «la inyección del coágulo»,(56,57) incluso cuando los propietarios de las plataformas de redes sociales intentan bloquear todas las conversaciones sobre las reacciones graves a la vacuna COVID que se notifican en Internet,(58,59,60,61,62) en la literatura médica,(63) y al Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) de Estados Unidos.(64,65)
Se notificaron más de 1,3 millones de acontecimientos adversos al VAERS después de la vacunación con ARNm COVID, incluidos daños en el corazón, el cerebro y el sistema inmunitario y la muerte. Estos 1,3 millones de informes representan más de la mitad de todas las reacciones a las vacunas notificadas desde que el VAERS entró en funcionamiento en 1990 en virtud de la Ley Nacional de Lesiones por Vacunas en la Infancia de 1986,(66) mientras que menos del uno por ciento de todas las reacciones a las vacunas se notifican al VAERS.(67)
La vacuna COVID de ARNm es la más reactiva que se distribuyó en EE.UU. a toda la población.
Reacciones «buenas» incluso cuando la vacuna no previene la infección
Sin embargo, tan pronto como los productos COVID de ARNm fueron lanzados en diciembre del 2020 bajo una Autorización de Uso de Emergencia (EUA), los funcionarios de salud pública le dijeron a la gente que celebrara los síntomas de reacción adversa, tratando de convencerlos de que esos síntomas de reacción significan que la vacuna está haciendo su trabajo y que evitaría que se enfermen con COVID.(68)
Nada podría estar más lejos de la verdad.(69) Esa mentira no solo persuadió a la gente a aceptar las reacciones a la vacuna COVID como algo normal y bueno, sino que persuadió a los médicos a descartar las lesiones y muertes relacionadas con la vacuna COVID como una simple «coincidencia».(70,71)
Lo que nos lleva a lo que quizá sea el mayor elefante de la sala, y es que desde el principio se mintió descaradamente a la gente sobre la eficacia de las vacunas contra el COVID de ARNm, ya que los funcionarios del gobierno permitieron que la gente creyera que vacunarse les protegería de la infección por el nuevo coronavirus y de su transmisión a otros, cuando eso nunca fue cierto.
De hecho, era tan falso que, en 2021, los funcionarios de los CDC cambiaron la definición centenaria de vacuna de «producto que estimula el sistema inmunitario de una persona para producir inmunidad frente a una enfermedad específica» a «preparado que se utiliza para estimular la respuesta inmunitaria del organismo contra las enfermedades», y convencieron al diccionario Merriam Webster para que hiciera lo mismo.(72,73,74)
Esto se debe a que la FDA solo exigió a las compañías farmacéuticas que demostraran que la vacuna contra el COVID tenía al menos un 50 por ciento de eficacia en la prevención de los síntomas graves de la enfermedad del COVID, en lugar de prevenir la infección.(75)
Hay una diferencia entre un producto que produce inmunidad que previene la infección y uno que estimula una respuesta inmunitaria pero no previene la infección, especialmente cuando se puede estar infectado con el coronavirus y no mostrar síntomas.
Con la inmunidad inducida por la vacuna fuera de la mesa y las reacciones adversas a la vacuna vistas como algo bueno, a finales de octubre del 2022, la campaña mundial de vacunación masiva había convencido a cerca del 70 por ciento de la población mundial para recibir al menos una inyección de COVID.(76)
La OMS encabeza la campaña mundial de comercialización de la vacuna COVID
La fuerza de ventas de la campaña de marketing de la vacuna COVID de las Grandes Farmacéuticas tiene su sede en la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas,(77,78,79) con oficinas satélites en organismos gubernamentales como los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la Alianza Gavi, la Fundación Bill y Melinda Gates, el Foro Económico Mundial, las principales universidades y las instituciones financieras y de otro tipo comprometidas ideológica y políticamente con la imposición de la «Gran Recesión» en todos los países.(80)
Según Klaus Schwab, que en 1971 fundó una «organización internacional para la cooperación público-privada» llamada Foro Económico Mundial, el mundo está en medio de la «Cuarta Revolución Industrial», que se «caracteriza por una serie de nuevas tecnologías que están fusionando los mundos físico, digital y biológico, impactando en todas las disciplinas, economías e industrias e incluso desafiando las ideas sobre lo que significa ser humano».(81)
En junio del 2020, Schwab proclamó: «Ahora es el momento de un gran reajuste» porque, dijo, para que el mundo pueda responder eficazmente a la pandemia del COVID-19, los gobiernos «deben actuar rápidamente para renovar todos los aspectos de nuestras sociedades y economías, desde la educación hasta los contratos sociales y las condiciones de trabajo».(82)
La Comisión de Lancet publica un manifiesto sobre las «lecciones aprendidas» del COVID
En septiembre del 2022, la respetada revista médica The Lancet publicó un informe de 56 páginas titulado «La Comisión Lancet sobre las lecciones para el futuro de la pandemia de COVID-19».(87)
La primera gran bandera roja del informe es la larga lista de conflictos de intereses financieros que los autores tienen con las compañías farmacéuticas; las agencias gubernamentales de salud; las Naciones Unidas y su brazo de la agencia de salud pública, la Organización Mundial de la Salud; la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Rockefeller y otras instituciones que financian o dirigen la investigación y el desarrollo de vacunas y promueven el uso obligatorio de las mismas.
La revista The Lancet, que antes era de propiedad familiar, es ahora propiedad del conglomerado editorial Elsevier, y se plantean dudas sobre la independencia editorial, a la luz de los vínculos de los inversores con las principales empresas bancarias, farmacéuticas y biotecnológicas. Una de las críticas al informe de la Comisión Lancet fue escrita por un médico de salud pública, que ya había denunciado a la revista en julio del 2022 por publicar lo que describió como «una opinión con escasa evidencia que aboga por el fascismo médico».(88)
Esa opinión, escrita por conocidos defensores de la vacunación obligatoria, pedía la aplicación estricta de los mandatos de vacunación COVID en los Estados Unidos, y la pérdida de empleo y educación escolar para quienes se negaran a cumplirlos.(89)
La Comisión Lancet se reunió originalmente en el verano del 2020 como un grupo internacional de «expertos» mundiales, principalmente médicos y profesores de prestigiosas universidades, a los que se encargó abordar la pandemia del COVID. Una de sus primeras tareas fue investigar los orígenes del virus del SARS-CoV-2, una tarea que abandonaron rápidamente debido a lo que los autores describieron como un «debate público divisivo» y un «ataque y presión sin precedentes» sobre los miembros de la Comisión.
Dejando sobre la mesa la incómoda pregunta de «de dónde vino el virus», la Comisión Lancet pasó a publicar un manifiesto político autocomplaciente que no analiza honestamente lo que salió mal en la respuesta global a la pandemia del COVID y, en cambio, básicamente pide que se haga más de lo mismo con más rapidez en el futuro.
En una asombrosa demostración de arrogancia y sesgo ideológico, los miembros de la Comisión se alejan de sus áreas de especialización y piden a los gobiernos que devalúen los derechos individuales y adopten una orientación colectivista que obligue a los individuos a cumplir las políticas y leyes sanitarias multilaterales adoptadas por las Naciones Unidas.
Dijeron que «todos los gobiernos, reguladores e instituciones deben reorientarse hacia la sociedad en su conjunto y no hacia el interés de los individuos, un concepto que los comisarios llaman prosocialidad».
Ataque a los legisladores estadounidenses, críticos con los fallos de la respuesta a la pandemia
Esta reorientación de la «prosocialidad» requeriría, por supuesto, que se diera mucho más dinero y poder a las Naciones Unidas y a la Organización Mundial de la Salud para que las poblaciones mundiales puedan ser controladas por una autoridad central, especialmente durante las respuestas a las pandemias.
Defendiendo su eslogan «nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo», que según ellos «no es mera retórica, ni una verdad moral, sino una realidad epidemiológica», atacan con saña a los legisladores estadounidenses por ser culpables de «descuidar las pruebas científicas y arriesgar innecesariamente vidas con el fin de mantener la economía abierta», y por promover «la retórica anti científica y la desinformación sobre COVID 19».
Negándose a reconocer las legítimas preocupaciones públicas sobre las políticas autoritarias de respuesta al COVID que condujeron a un caos social y económico catastrófico y a daños en la salud mental y física de la población infantil y adulta, la Comisión se queja de que la Organización Mundial de la Salud y la mayoría de los gobiernos no actuaron con la suficiente rapidez para realizar pruebas, identificar y aislar a los infectados, al tiempo que ponían a todas las personas enmascaradas y las encerraban en sus casas, durante mucho, mucho tiempo.
No hay un análisis crítico de las pruebas de COVID defectuosas que no funcionaron;(90,91) ni de las falsas estimaciones de muerte por COVID que no distinguieron entre morir por COVID y morir con COVID;(92,93,94,95,96) ni de los protocolos de tratamiento ineficaz de COVID en los hospitales que hicieron que las personas enfermaran más o murieran cuando se les puso inapropiadamente en respiradores.(97,98,99)
Al tiempo que elogia las «asociaciones público-privadas» que aceleraron el desarrollo de las vacunas contra el COVID como un «triunfo», la Comisión Lancet convierte en un arma la fallida respuesta a la pandemia del COVID al atribuir la mayor parte de la culpa de las muertes relacionadas con el COVID a- lo adivinaron- esos pensadores independientes que la fuerza de ventas de la industria farmacéutica llama «antivacunas».
Enfurecidos por el hecho de que mucha gente en los EE.UU. y Europa cuestionaron la competencia de los funcionarios de salud pública y desafiaron sus órdenes de usar mascarilla, aislarse durante meses y vacunarse contra el COVID, los autores de la Comisión Lancet alegaron que los «anti-vacuna», que según el diccionario Webster incluye ahora a cualquiera que se oponga a la vacunación obligatoria(100), causaron una «epidemia de información falsa y desinformación» que fomentó la «baja confianza del público» en los funcionarios del gobierno y persuadió a millones de personas a salir repetidamente a las calles en el Reino Unido, Irlanda, Países Bajos, Italia, Francia, Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Grecia, Suiza, Canadá, Australia, Bulgaria, Serbia, Polonia, Rumanía y otras naciones en 2020 y 2021 para protestar contra los bloqueos y los pasaportes de vacunas. (101,102,103)
Culpan de las muertes al «movimiento antivacunas» y a los derechos individuales
Dijeron que «la propaganda antivacunas en América» provocó que «decenas de millones de personas rechazaran las vacunas y que cientos de miles perdieran innecesariamente la vida».
Obsesionados con la falta de «solidaridad» entre los gobiernos para obligar a todo el mundo a marchar al ritmo del mismo tambor, expresan un odio especial hacia lo que describen como el «movimiento antivacunas hostil y coordinado que difundió información peligrosa y falsa sobre los riesgos para la salud de las vacunas e hizo campaña contra los mandatos de vacunación».
Subidos a un caballo muy alto, los miembros de la Comisión Lancet meten en el mismo saco a los «negacionistas del cambio climático» y a los «padres que rechazan o retrasan la vacunación infantil rutinaria». Condenan repetidamente a los líderes políticos y a los medios de comunicación digitales por la «difusión deliberada de información falsa y desinformación, que fomenta la desconfianza en los funcionarios sanitarios y promueve la idea de que las opiniones individuales tienen el mismo peso que las mejores pruebas científicas disponibles».
Piden que se aplique la «ciencia del comportamiento» para convencer a la gente de que adopte una «prosocialidad» que conduzca a «comportamientos óptimos para el control de la pandemia», señalando que las personas que viven en sociedades con normas sociales «estrictas» o colectivistas siguen las órdenes de salud pública mucho mejor que las que viven en sociedades con normas sociales «laxas» o individualistas que defienden la libertad de elección individual.
Afirman que las futuras pandemias serían mucho más fáciles de manejar si todos los habitantes del mundo pueden ser amordazados y encerrados firmemente cada vez que los funcionarios de salud del gobierno enarbolan la bandera utilitaria del «bien mayor» y exigen que saludemos con elegancia y nos arremanguemos.
Su discurso contra las sociedades que permiten a los individuos ejercer la libertad de pensamiento, de expresión, de conciencia y de autonomía sería divertida si no fueran tan mortalmente serios en lo que quieren hacer al respecto.
Aunque hubo algunas manifestaciones públicas aquí en Estados Unidos, no fueron tan grandes como en países sin una Constitución que garantice un equilibrio de poder entre el gobierno local, estatal y federal. Los estadounidenses detuvieron los mandatos de la vacuna COVID en 2021 y 2022 porque los legisladores estatales, que elaboran las leyes de salud pública, examinaron la ciencia, escucharon las preocupaciones de sus electores y se negaron a imponer la vacuna.(104)
A pesar de que varios gobernadores y alcaldes de ciudades de Estados Unidos emitieron órdenes ejecutivas que exigían la vacuna COVID y el gobierno federal intentó imponer la vacuna a todos los empleados y contratistas federales, ninguna legislatura estatal votó a favor de imponer la vacuna este año.(105)
El Portal de Defensa de la NVIC en línea, lanzado en 2010 para ayudar a los ciudadanos de todos los estados a defender los derechos de consentimiento informado de las vacunas y las exenciones en las leyes de salud pública, tuvo mucho que ver con la retención de los mandatos de la vacuna COVID y los pasaportes en los EE.UU. cuando las poblaciones de otros países con control político centralizado no pudieron hacerlo.(106)
La élite de la salud pública quiere que EE.UU. se convierta en una sociedad colectivista
No hace falta un doctorado en ciencias políticas para darse cuenta de que lo que la élite de la salud pública está pidiendo requeriría que los estadounidenses rechazaran los valores culturales y las creencias y la estructura gubernamental descrita en la Constitución de los Estados Unidos, que proporciona controles descentralizados y equilibrios en el poder político y garantiza a los individuos los derechos naturales dados por Dios que limitan el poder del gobierno.(107,108)
El imperio de la salud pública consiste en apropiarse del poder centralizado que se puede ejercer sin rendir cuentas.
Por eso, la Comisión Lancet exige que los Estados Unidos de América se «reorienten» hacia una sociedad colectivista, lo que requeriría desempoderar a los gobiernos locales y estatales para que solo el gobierno federal, en «solidaridad» con las Naciones Unidas, por supuesto, tenga la autoridad para hacer leyes de salud pública y decir a los ciudadanos lo que deben pensar y creer y hacer con sus cuerpos y los cuerpos de sus hijos.
Acompañando al informe de la Comisión Lancet había un editorial de Lancet titulado «COVID-19: el caso de la prosocialidad». Y si se hace una búsqueda en Google con las palabras «prosocialidad y comunismo», lo que se encuentra en la parte superior es un artículo publicado en Frontiers in Psychology en septiembre de 2022 titulado «Cómo se mantienen los comportamientos prosociales en China: La relación entre la autoridad comunista y la prosocialidad».(109)
Los autores señalan cómo el comportamiento prosocial se asocia con la creencia religiosa y argumentan que la autoridad comunista ejercida por el Partido Comunista de China en el poder tiene un efecto positivo en la promoción de los comportamientos prosociales en una sociedad atea secular. Dicen que los estudios demuestran que «las funciones psicológicas de los dioses y los gobiernos son intercambiables».
Gracias, Comisión Lancet, por dejar tan claros los objetivos políticos del Imperio de la Salud Pública.
La vacunación obligatoria: La punta de la lanza en las guerras culturales
Llevo muchos años diciendo que la vacunación obligatoria es la punta de la lanza en las guerras culturales que tienen lugar en este país y en otros en el siglo XXI. Porque si el Estado puede etiquetar, rastrear y obligar a los individuos contra su voluntad a ser inyectados con productos biológicos de toxicidad conocida y desconocida hoy, entonces no habrá límite en las libertades individuales que el Estado puede quitar en nombre del bien mayor mañana.
Sea usted quien nunca tenga que decir que no hizo hoy lo que podría haber hecho para cambiar el mañana. Es su salud, su familia, su elección. Y nuestra misión continúa: No a la vacunación forzada, no en Estados Unidos.
Recursos en los que puede obtener más información
Portal de defensa de la NVIC: Conviértase en un usuario registrado de esta red de comunicaciones en línea única y gratuita que lo conecta electrónicamente de manera directa con sus propios legisladores y le envía alertas de acción con puntos de discusión para que pueda ser un defensor eficaz de la elección de vacunas en su estado.
Puede utilizarla para informar a sus legisladores sobre por qué es necesario proteger las exenciones de vacunas y su derecho legal a tomar decisiones voluntarias sobre las vacunas para usted y sus hijos.
Kiosco de información sobre vacunas Ask 8: Descargue folletos e informes sobre la vacunación y cómo reconocer los síntomas de las reacciones a las vacunas, así como carteles e insignias web que puede compartir con su familia y amigos. Acceda a la «Guía para reformar la política y la ley de vacunas», ilustrada y con todas las referencias, para educar a su legislador cuando abogue por los derechos de consentimiento informado en materia de vacunas.
Ley estatal y requisitos de vacunación: Aquí puede obtener fácilmente las políticas y leyes de vacunación actuales de su estado.
Notificación de reacciones a las vacunas: Busque y lea las descripciones de las notificaciones de reacciones a las vacunas realizadas al sistema federal de notificación de eventos adversos a las vacunas (VAERS). Haga un informe de reacción a la vacuna al NVIC.
Muro del Grito por la Libertad de Vacunación: Lea historias reales de personas que fueron amenazadas, intimidadas y sancionadas por tratar de tomar decisiones voluntarias sobre la vacunación para ellos o sus hijos menores. Publique su propia experiencia.
Guía sobre la gripe y las vacunas antigripales: Esta «miniguía sobre la gripe y las vacunas antigripales» es un breve resumen de datos sobre la gripe y las vacunas antigripales.
Publicado originalmente el 15 de noviembre del 2022 en Mercola.com
Fuentes y referencias
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la opinión de The Epoch Times.
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