Las carnes asadas en el jardín, los días chapoteando en la piscina y las vacaciones familiares suelen venir a la mente cuando nos imaginamos el verano. Pero para los jóvenes, los meses más cálidos, sin escuela y, naturalmente, con menos vigilancia, son también algunos de los más peligrosos.
En 2014, la Oficina de Estadísticas de Justicia del Departamento de Justicia de EE. UU. (DOJ, por sus siglas en inglés) informó que, a lo largo de una investigación de 17 años, descubrió que los delitos juveniles aumentaban en junio, julio y agosto. En concreto, los robos con allanamiento de morada y la violencia doméstica aumentaron un 11%, mientras que los hurtos en viviendas y los robos de vehículos de motor aumentaron un 8% y un 9%, respectivamente.
Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) informaron que en junio, julio y agosto de 2020 se produjo un promedio de 274 muertes por homicidio con arma de fuego al mes entre los jóvenes de 0 a 19 años. En los nueve meses restantes, el promedio fue de 221 muertes al mes.
Ese repunte en verano se mantuvo en los últimos datos disponibles de 2021. En junio, julio y agosto, se produjeron 273 muertes por homicidio con arma de fuego al mes, mientras que en los otros nueve meses el promedio fue de algo menos de 249, según los CDC.
Para ayudar a combatir el repunte de la delincuencia y la violencia, muchas ciudades, como Baltimore, implementaron o empezaron a aplicar toques de queda para adolescentes sólo durante los meses de verano. Sin embargo, otras ciudades, como Chicago, tienen toques de queda para adolescentes durante todo el año, alegando la necesidad de reducir también la violencia durante el curso escolar.
Pero algunos estados, como Texas, están prohibiendo los toques de queda para adolescentes y argumentan que las pruebas demuestran que las restricciones no repercuten en la delincuencia ni en la violencia y que, en cambio, pueden constituir una violación de los derechos de los padres y de los derechos de los adolescentes recogidos en la Primera y la Decimocuarta Enmiendas.
Toques de queda para adolescentes
En abril, dos adolescentes recibieron disparos durante una gran reunión en el Inner Harbor de Baltimore. En respuesta, el alcalde de Baltimore, Brandon Scott, declaró en un comunicado de prensa que la ciudad implementaría un toque de queda para adolescentes.
«Nuestros jóvenes son el futuro de Baltimore, y debemos dedicar nuestros recursos, tiempo y energía a garantizar que tienen las oportunidades que se merecen para crecer y desarrollarse lo mejor posible», declaró.
El toque de queda de la ciudad de Baltimore va del 26 de mayo al 3 de septiembre y se aplica a los menores de 16 años. Los menores de 13 años que salgan después de las 9 de la noche —y los menores de 14 a 16 años que salgan después de las 11 de la noche— pueden recibir una advertencia por su primera infracción. A partir de la tercera infracción, se impondrá una multa de 500 dólares o servicios a la comunidad a los padres o tutores.
El Ayuntamiento de Baltimore no respondió a la solicitud de comentarios de The Epoch Times.
Del mismo modo, en abril, cuando nueve adultos y seis menores fueron detenidos por «conducta imprudente y alborotadora» durante una reunión de cientos de personas cerca del Millennium Park de Chicago, activistas y propietarios de negocios exigieron que se aplicara el toque de queda para adolescentes de la anterior alcaldesa, Lori Lightfoot.
La Sra. Lightfoot puso en marcha el toque de queda tras un tiroteo entre adolescentes en mayo de 2022 y dijo en un comunicado de prensa: «Como ciudad, debemos garantizar que nuestros jóvenes tengan espacios seguros donde reunirse y que, en esos espacios, sean pacíficos y estén realmente seguros».
El toque de queda de Chicago, en vigor todo el año, se aplica a los adolescentes de 17 años o menos y exige que vayan escoltados por un adulto de 21 años o más si salen después de las 10 de la noche.
El Ayuntamiento de Chicago no respondió a la solicitud de comentarios de The Epoch Times. El Departamento de Policía de Chicago remitió a The Epoch Times al comunicado de prensa de la Sra. Lightfoot cuando se le pidió que comentara en qué medida los toques de queda para adolescentes han ayudado a combatir la delincuencia en Chicago.
Y Chicago no es la única ciudad que utiliza toques de queda para adolescentes para combatir la delincuencia juvenil. La Asociación Nacional de Derechos de los Jóvenes (NYRA, por sus siglas en inglés), la mayor organización de derechos civiles dirigida por jóvenes del país, informa que hay más de 400 «pueblos, ciudades, condados y estados donde es ilegal que los jóvenes estén fuera de sus casas a determinadas horas del día», con la esperanza de reducir la violencia y las víctimas adolescentes.
Toques de queda y derechos civiles
«En los últimos años, hemos visto definitivamente un aumento de esta idea de que los menores no pueden decidir por sí mismos, e incluso de que los padres no pueden decidir por sí mismos y por sus hijos lo que es mejor», declaró Nikos Mohammadi, director de comunicaciones de la NYRA, a The Epoch Times.
«Lo que hacen las leyes de toque de queda es esencialmente quitar el poder de las manos de los padres y dárselo al gobierno. Y eso es vulnerar los derechos de los padres y de los jóvenes».
Stephen Howsley, analista de políticas públicas de la Texas Home School Coalition (THSC), grupo de defensa de la educación en casa y de los derechos de los padres y uno de los grupos que trabajaron para prohibir los toques de queda para adolescentes en Texas, está de acuerdo.
«Toda nuestra idea tras la prohibición del toque de queda juvenil es que no creemos que los niños deban ser citados, o tengan que entrar en el sistema judicial, por algo que sus padres les dieron permiso para hacer», dijo el Sr. Howsley a The Epoch Times. «Si no se está cometiendo un delito real —como vandalismo o robo o algo parecido— el mero hecho de salir y moverse entre ciudades, condados o incluso dentro de tu barrio no debería considerarse un delito».
Además de violar los derechos de los padres, el Sr. Mohammadi dijo que los toques de queda para adolescentes violan tanto la Primera Enmienda como la 14ª Enmienda, afirmaciones que los abogados han argumentado con éxito ante los tribunales.
En Ramos contra Town of Vernon, los abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) argumentaron que el toque de queda de un pueblo de Connecticut violaba el «derecho a viajar» según la 14ª Enmienda. Un tribunal les dio la razón, declarando: «Este derecho a la libre circulación es un componente vital de la vida en una sociedad abierta, tanto para los menores como para los adultos».
En Jiovon Anónimos y Thomas Anónimos contra la ciudad de Rochester, la ACLU de Nueva York argumentó que el toque de queda de Rochester violaba el derecho de «reunión pacífica» de la Primera Enmienda e infringía el derecho de los padres a «dirigir la educación de sus hijos». Una corte estuvo de acuerdo y dictaminó: «La cuestión ante estas corte es si el toque de queda nocturno para menores adoptado por el Ayuntamiento de Rochester viola las Constituciones Federal y del Estado de Nueva York. Sostenemos que sí».
Aun así, los tribunales se han puesto de parte de la ciudad o del estado en otras sentencias. Por ejemplo, la Corte de Apelación del Quinto Circuito de EE.UU. falló en contra de la ACLU cuando ésta impugnó la constitucionalidad de un toque de queda juvenil promulgado en Dallas (Texas).
«Los demandantes alegaron que la ordenanza del toque de queda violaba la cláusula de igual protección de la 14ª enmienda, el derecho de asociación y el derecho a la privacidad», y una corte de distrito les dio la razón, informa la Oficina de Programas de Justicia del DOJ. Pero cuando la ciudad de Dallas apeló, la «Corte de Circuito de EE. UU. revocó la decisión del tribunal de distrito».
«Lo ideal sería que la Corte Suprema dictara una sentencia que declarara inconstitucionales los toques de queda para jóvenes», dijo el Sr. Mohammadi sobre las cortes que se ponen del lado de ambas partes del argumento. «Pero hasta que eso ocurra, los toques de queda podrían considerarse ilegales a nivel estatal. … Lo que ha hecho Texas es una gran iniciativa política, y quiero que otros estados hagan lo mismo».
Falta de reducción de la delincuencia
El 9 de junio, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbot, promulgó la Ley de la Cámara de Representantes 1819, que básicamente prohíbe las leyes de toque de queda para adolescentes en Texas. La ley entró en vigor el 1 de septiembre y recibió un abrumador apoyo bipartidista durante la Sesión Legislativa.
Pero tras la aprobación de la ley, la teniente Krystal Baker, del Departamento de Policía de Copperas Cove, declaró: «No tener una ordenanza de toque de queda que aplicar puede tener un impacto negativo en nuestra capacidad para impedir que los menores cometan delitos adicionales durante la medianoche y podría causar un aumento de la delincuencia».
«Los toques de queda han desempeñado un papel importante en la disuasión de actividades delictivas como el vandalismo, los robos y los delitos relacionados con las drogas y el alcohol, por nombrar algunos, sobre todo durante las altas horas de la noche, cuando las personas pueden ser más vulnerables a situaciones peligrosas».
Tanto el Sr. Howsley como el Sr. Mohammadi discrepan.
«No hemos visto una correlación directa entre la disminución de la delincuencia juvenil y la puesta en marcha de estas órdenes», dijo el Sr. Howsley. «Y deberíamos tener muchos datos si ése fuera el caso. Llevan años en vigor, y hemos visto un aumento de alumnos citados por [violaciones del toque de queda] que, en nuestra opinión, ni siquiera deberían considerarse delitos».
El Sr. Mohammadi añadió: «Los toques de queda se basan en una falsa suposición sobre la delincuencia juvenil —que si dejas a los adolescentes fuera por la noche, van a cometer delitos y hacer otras cosas horribles— que no está fundamentada en pruebas».
«Las pruebas sugieren que la mayoría de los delitos juveniles alcanzan su punto álgido más temprano que tarde en el día, y también que la mayoría de los delitos no los cometen los jóvenes. Así pues, estas leyes se basan en estereotipos y no en pruebas reales. Y creo que eso es problemático y discriminatorio».
Según la Oficina de Justicia Juvenil y Prevención de la Delincuencia del Departamento de Justicia, los delitos violentos cometidos por jóvenes alcanzan su punto máximo a las 3 de la tarde durante los días de escuela y luego descienden bruscamente. En los días de vacaciones, los delitos violentos alcanzan su punto máximo entre las 18.00 y las 19.00 horas y disminuyen después de las 21.00 horas.
El DOJ descubrió que sólo el 13% de los delitos violentos cometidos por jóvenes «se producen durante el horario estándar del toque de queda juvenil, de 10 de la noche a 6 de la mañana (incluidos los días de colegio y los días en que no hay clases)». Y añadía: «En consecuencia, los esfuerzos para reducir la delincuencia juvenil después de la escuela parecen tener mayor potencial para disminuir la tasa de delitos violentos de una comunidad que los toques de queda».
Esta conclusión coincide con otros informes sobre el tema.
Durante la aprobación de la HB 1819, los autores del proyecto de ley afirmaron: «La investigación de David Wilson, Charlotte Gill, Ajima Olaghere y Dave McClure publicada en Campbell Systematic Reviews indica que las ordenanzas de toque de queda juvenil son una forma ineficaz de reducir la delincuencia y a menudo conducen a resultados negativos para los jóvenes en la escuela y a futuras interacciones con el sistema judicial».
Texas Appleseed, un grupo de defensa basado en datos que trabajó con el THSC para aprobar la legislación que prohibía los toques de queda para adolescentes, informó que, antes de la prohibición, tanto Austin como Waco (Texas) eliminaron los toques de queda para adolescentes. El resultado fue que «Austin experimentó un descenso del 21% en la victimización juvenil en un año, y en Waco no ha aumentado el número de citaciones o detenciones juveniles».
En un correo electrónico enviado a The Epoch Times, Laura Felix, directora de relaciones públicas de Texas Appleseed, declaró: «[Estamos] muy contentos de que el gobernador Abbott haya promulgado la ley HB 1819, que eliminará las ordenanzas de toque de queda juvenil a partir del 1 de septiembre».
Además de no mostrar una correlación directa con la reducción de la delincuencia, The Brookings Institution, grupo de investigación no partidista, descubrió que cuando el Distrito de Columbia aprobó su toque de queda para adolescentes, se produjo un aumento de la delincuencia, no una disminución. «Descubrimos que, contrariamente a su objetivo de mejorar la seguridad pública, el toque de queda juvenil del Distrito de Columbia aumenta en un 150% el número de incidentes con armas de fuego durante las horas de menos actividad», informó.
Además, el Sr. Howsley dijo que introducir a un niño en el sistema de justicia penal a una edad temprana puede predisponerlo a futuros enfrentamientos.
«Hay muchas pruebas sobre la edad en que un niño entra en contacto con la policía o el sistema judicial [por primera vez] y lo que eso significa para el resto de su vida», dijo.
«Y en cuanto empiezas a introducir datos demográficos socioeconómicos y empiezas a observar algunas de esas pautas, resulta aún más inquietante».
Un camino mejor
El Sr. Howsley dijo que los toques de queda para adolescentes no funcionan y que, en lugar de depender de ellos, las ciudades y los estados harían mejor en invertir en alternativas como programas extraescolares y reforzar la relación entre la comunidad y la policía.
Como ejemplo, dijo que el THSC trabajó con el Departamento de Policía de Austin para sustituir las infracciones del toque de queda por el hecho de que la «policía se convirtiera en un lugar seguro» donde los adolescentes pudieran obtener transporte gratuito a casa y al que pudieran acudir cuando «se encontraran en situaciones difíciles».
«Además, Austin también tiene lugares seguros a los que puedes acudir dentro de la comunidad para conseguir transporte y recursos. Proporcionaba a los jóvenes otras opciones, en lugar de una simple citación o una detención», añadió el Sr. Howsley.
La razón de ser de estas iniciativas, según el Sr. Howsley, era ayudar a prevenir la delincuencia, en lugar de suponer que se produciría un delito sólo porque alguien estuviera fuera sin supervisión.
«Preguntamos a los jóvenes qué se podía hacer para ayudarles si aparentemente se encontraban en una situación que podía dar lugar a problemas, en lugar de limitarse a detenerlos, citarlos o multarlos», dijo.
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