WASHINGTON— Los economistas han empezado a sentirse más incómodos ante la posibilidad de que la Reserva Federal sea demasiado complaciente con sus previsiones de inflación y acabe endureciendo la política monetaria un poco tarde para evitar una inflación perjudicial.
Algunos economistas llevan meses advirtiendo que un gasto público excesivo para ayudar al país a recuperarse de la recesión inducida por la pandemia podría sobrecalentar la economía y alimentar la inflación.
Los estadounidenses empezaron a ver cómo se dispararon los precios de diversos productos en las últimas semanas. Además la escasez de productos básicos en el mundo, que provocó la subida de los precios de muchas materias primas, son los últimos indicios de que la inflación podría estar creciendo con rapidez.
Aunque los funcionarios de la Reserva Federal afirman que cuentan con suficientes herramientas para controlar la inflación, destacados economistas expresan su preocupación por que el banco central acabe esperando demasiado tiempo antes de actuar.
Hay muchos indicadores que dicen que la economía repuntó, pero la política no se ha ajustado a ello, según el economista de la Universidad de Stanford, John Taylor.
«Por eso me preocupa que la Reserva Federal (Fed) se retrase, por así decirlo, y no sea capaz de reaccionar ante la inflación», declaró el economista a The Epoch Times.
Taylor, quien fue subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales del presidente George W. Bush entre 2001 y 2005, no espera que la Fed tome medidas drásticas ahora, sino que establezca una estrategia para los tipos de interés, el crecimiento de la masa monetaria y el programa de compra de activos.
«Cuanto antes se establezca la estrategia, mejor. Creo que eso aliviaría algunas de las preocupaciones que la gente tiene sobre la inflación», dijo Taylor.
El banco central señaló que mantendría los índices cerca de cero hasta el 2023, según sus proyecciones de marzo. También descartó cualquier reducción de las compras de activos a corto plazo.
Desde marzo de 2020, la Fed ha estado bombeando cantidades de dinero sin precedentes en el sistema mediante la compra de grandes cantidades de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas en el mercado.
La medida de la oferta monetaria M1 muestra un aumento del 336 por ciento en el crecimiento monetario durante los últimos 12 meses, alimentando los temores de inflación.
Además, la demanda mundial de materias primas es muy fuerte en relación con la oferta, lo que provocó el alza en los mercados de materias primas en las últimas semanas. Desde la madera a los cereales hasta el mineral de hierro y el cobre, los precios de las materias primas están por las nubes.
Warren Buffett advierte de la inflación
La escasez generalizada de materias primas se traslada a varias partes de la cadena de suministro, elevando los costes de producción de muchas empresas como Procter & Gamble, Kimberly-Clark y Coca-Cola. La semana pasada, el inversor multimillonario Warren Buffett, conocido como el Oráculo de Omaha, se unió a muchos empresarios que hacen sonar la alarma por las crecientes presiones inflacionarias.
«Estamos viendo una inflación muy importante», dijo Buffett durante la célebre reunión anual de accionistas de su empresa, el 1 de mayo.
«Es muy interesante. Nosotros estamos subiendo los precios. Las personas nos están subiendo los precios y eso se está aceptando», dijo refiriéndose a sus participaciones en el sector inmobiliario.
Dadas las repercusiones de la pandemia del virus del PCCh en las cadenas de suministro mundiales, se esperaba un repunte de las materias primas, según Sameer Samana, estratega senior de mercados globales del Instituto de Inversión Wells Fargo.
«La verdadera cuestión es si es transitoria, como espera la Fed, o si es duradera», dijo Samana a The Epoch Times. «Creemos que las materias primas pueden estar en la parte delantera de otro superciclo alcista, sin embargo, la inflación se mantendrá bajo control después de un breve repunte en el próximo año, principalmente debido al hecho de que la Fed conserva bastantes herramientas para controlar la inflación».
El presidente de la Fed, Jerome Powell, reiteró la semana pasada que espera que los precios suban, pero que esto solo tendría «efectos transitorios en la inflación. Los funcionarios de la Fed creen que la inflación acabará por moderarse de nuevo hasta el objetivo del 2 por ciento del banco central.
«A la Fed le gusta pensar que es transitoria. Pero creo que hay algunos problemas reales de oferta cuando se mira alrededor de los mercados de materias primas», dijo a The Epoch Times Phil Flynn, analista senior de Price Futures Group, una firma de corretaje de materias primas con sede en Chicago.
Algunos analistas, entre ellos Flynn, predicen que está surgiendo un nuevo superciclo —un período prolongado de precios altos— para las materias primas.
Gasto federal
Los economistas advierten que un gran gasto federal añadiría más combustible al posible recalentamiento de la economía.
Desde que asumió el cargo el presidente Joe Biden, ha propuesto un total de 6 billones de dólares en nuevos gastos. Esto incluye el paquete de ayuda COVID-19 de 1.9 billones de dólares que ya firmó en medio de una fuerte recuperación económica.
El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos creció a una tasa anual del 6.4% en el primer trimestre de este año, registrando uno de los niveles más fuertes desde el tercer trimestre de 2003.
Según Scott Anderson, economista jefe del Bank of the West de San Francisco, una de las sorpresas del informe sobre el PIB fue el aumento del 4.1 por ciento anualizado del índice de precios del PIB, que superó con creces las estimaciones del mercado. El índice mide la evolución de los precios de los bienes y servicios producidos en el país.
El informe sobre el PIB puso de manifiesto «el riesgo de sobrecalentamiento de la economía estadounidense, tanto desde el punto de vista económico como financiero, y la posibilidad de que la Reserva Federal acabe siendo demasiado complaciente», escribió Anderson en un informe del 30 de abril.
Otros factores que alimentan los argumentos de sobrecalentamiento, dijo, son un mercado bursátil en auge y los precios de las viviendas residenciales que llevaron el patrimonio neto de los hogares en Estados Unidos a niveles récord.
Además, el crecimiento de los ingresos y el ahorro personal aumentaron gracias a los estímulos fiscales. El informe sobre el PIB mostró que la renta real disponible aumentó un 61.3 por ciento en el primer trimestre, lo que elevó la tasa de ahorro de los estadounidenses al 21 por ciento.
«Aunque yo sigo estando mayoritariamente en el campo de la inflación transitoria junto con la Reserva Federal, cada vez me incomoda más que Washington DC pueda estar exagerando un poco», escribió Anderson.
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