Mientras Washington vigila con cautela las recientes actividades militares de China en torno a Taiwán, otra amenaza a la seguridad está cobrando fuerza cerca de las fronteras estadounidenses.
Durante una audiencia celebrada el 8 de marzo, del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, dos altos mandos militares estadounidenses expresaron su profunda preocupación por la creciente presencia militar y tecnológica de China en América Latina.
La general Laura Richardson, del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, declaró ante el comité que las actividades de China son una «marcha implacable» que apunta contra la hegemonía de Estados Unidos en el hemisferio occidental.
«Es un riesgo que no podemos aceptar ni ignorar», afirmó Richardson.
La entrega de material militar por parte de China a gobiernos latinoamericanos ha sido de todo menos sutil. Entre 2009 y 2019, el Partido Comunista Chino (PCCh) transfirió USD 634 millones en activos militares a cinco naciones sudamericanas: Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Perú.
Tres de ellos están gobernados por arraigados regímenes socialistas o contrarios a Estados Unidos.
La expansión tecnológica también es un factor del enfoque de Beijing hacia el dominio regional, que tiene importantes aplicaciones militares.
«El primer riesgo ya se ha materializado en el sentido de que la recopilación de inteligencia por parte de China está mucho más extendida, es más avanzada y tiene más éxito de lo que nadie está dispuesto a reconocer públicamente. La siguiente preocupación es cómo esa inteligencia en bruto se convertirá en procesable», declaró a The Epoch Times Irina Tsukerman, analista de seguridad y fundadora de Scarab Rising.
Tsukerman señaló que la fase extremadamente avanzada de las inversiones tecnológicas de China en América Latina demuestran una ambición que va más allá de la mera «diplomacia de la trampa de la deuda». Según ella, las plataformas tecnológicas regionales de Beijing tienen implicaciones de seguridad que apoyan su creciente red de infraestructuras, socavando los intereses de seguridad de Estados Unidos.
Con la reciente inversión de China en el triángulo del litio de Sudamérica, Tsukerman observó que el mineral crítico tiene usos que van mucho más allá de la producción de baterías para vehículos eléctricos.
«Aunque el litio se asocia más estrechamente con los vehículos eléctricos, también es un elemento presente en la tecnología militar. Así que el interés de China en monopolizar la extracción de litio puede verse como otro paso hacia el control de los mercados militares adyacentes».
Entre 2018 y 2020, se informa que China invirtió USD 16,000 millones en proyectos mineros dentro del triángulo del litio de Sudamérica, que alberga aproximadamente el 56% del suministro mundial.
Pero la amenaza de la tecnología china ya está en el patio trasero de Estados Unidos. El general de la Fuerza Aérea Glen VanHerck, jefe del Mando Norte de Estados Unidos, señaló que Beijing suministra actualmente el 80% de las telecomunicaciones de México.
«Los riesgos cibernéticos para las infraestructuras críticas siguen siendo una preocupación importante y una brecha de conocimiento en el dominio. El DoD [Departamento de Defensa] se encarga únicamente de defender las redes de defensa. Pero las instalaciones y misiones militares con frecuencia dependen de líneas vitales civiles, tales como redes de energía, infraestructura de transporte y otras infraestructuras críticas», dijo VanHerck en su testimonio del 8 de marzo.
La influencia tecnológica de China en la región incluye la amplia red de comunicaciones de Huawei. La vasta cobertura de la compañía en América Latina, aunque elogiada por los gobiernos locales, ha sido ampliamente condenada por funcionarios estadounidenses y grupos de derechos civiles, citando preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos.
Funcionarios de Washington prohibieron los teléfonos móviles y la red de Huawei, respaldada por el PCCh, calificándola de «riesgo inaceptable» para la seguridad nacional.
Los regalos
El 10 de febrero, el embajador de China en Panamá, Wei Qiang, entregó 6000 chalecos balísticos y 6000 cascos tácticos al ministerio de Seguridad Pública del país. Además, la seguridad fronteriza, la marina, la fuerza aérea y la policía nacional de Panamá recibieron regalos, entre ellos miles de cascos y chalecos antibalas.
La notable donación de equipos de seguridad es una de las señales de identidad de China: donaciones a los servicios de defensa de América Latina, que carecen de fondos suficientes.
Pero algunos expertos dicen que los «regalos» de Beijing solo se dan con una mano. Su objetivo es llevarse algo con la otra.
«La RPC [República Popular China] no solo regala equipos militares por la bondad de su corazón. Se trata de crear oportunidades», dijo a The Epoch Times Evan Ellis, profesor de investigación de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
Aunque no cree que las relaciones de defensa de China en la región sean formales, Ellis afirma que mantener una presencia militar periférica en América Latina tiene su valor. Una base de operaciones segura en Occidente sería importante en caso de conflicto con Estados Unidos.
También indicó que la entrega de material militar y donaciones relacionadas con la seguridad por parte de China tienen «utilidad a largo plazo en las relaciones de defensa».
«Los regalos a menudo mantienen las puertas abiertas en términos de relaciones para otras cosas», dijo el profesor.
Visiones para tiempos de paz y tiempos de guerra
Desde marzo, las autoridades estadounidenses han intentado calmar los temores de la opinión pública sobre una posible invasión del PCCh en Taiwán, a pesar del mayor despliegue militar cercano estadounidense desde la Guerra Fría, vecino a Filipinas.
Para muchos, estas palabras tranquilizadoras han sonado vacías, sobre todo después de que el 4 de marzo, el PCCh anunciara un aumento del 7% en su presupuesto anual de defensa. China es el segundo mayor presupuesto militar del mundo, con USD 224,000 millones este año. Para que nos hagamos una idea, esta cifra es aproximadamente el doble de lo que Beijing gastó en defensa en 2013.
Ellis afirma que América Latina desempeña un papel fundamental en la estrategia de defensa de China. Una de estas incluye la posibilidad de poner en riesgo los activos estadounidenses en caso de un conflicto global más amplio.
«Yo no tengo dudas de que ellos están pensando en lo que podrían hacer en América Latina si tuvieran que ir a la guerra hoy», dijo Ellis, añadiendo que «hay que mirar todo, no solo a través de una lente de tiempo de paz, sino también a través de una lente de tiempo de guerra».
El 11 de abril, las Fuerzas Armadas del PCCh anunciaron que estaban dispuesto a luchar en cualquier momento para «aplastar resueltamente» la independencia de Taiwán y los «intentos de injerencia extranjera».
En mayo del año pasado, el presidente Joe Biden dijo que Estados Unidos respondería «militarmente» si China intentaba tomar Taiwán por la fuerza. Sin embargo, algunos funcionarios del Pentágono dicen que es poco probable que Beijing invada debido al alto costo de un compromiso militar prolongado.
Entonces, ¿a qué puede deberse el aumento del 7% del presupuesto militar chino este año? La expansión de la plataforma de defensa del PCCh en América Latina puede ser un factor.
Aunque Ellis asegura que el enfoque no tan secreto de Beijing para socavar los intereses de seguridad de Estados Unidos en las Américas no ha pasado desapercibido.
«No soy la primera persona que trabaja para el DoD que es consciente de las posibles opciones y vulnerabilidades chinas. Se trata de amenazas de las que son conscientes los planificadores militares estadounidenses», afirmó Ellis.
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