El senador Josh Hawley (R-Mo.) advirtió que el sistema de puntaje de crédito social al estilo de la China comunista está siendo importado a Estados Unidos en forma de cultura de la cancelación.
«Todo el mundo sabe lo que es una calificación crediticia. Pero las calificaciones crediticias sociales son nuevas. Son la última importación corporativa de la China comunista, donde el gobierno y las grandes empresas vigilan las opiniones y declaraciones sociales de cada ciudadano», escribió Hawley para el New York Post.
«Y son la más reciente forma de la cultura de la cancelación en este país, ya que los monopolios corporativos y la izquierda se alían para silenciar el discurso que no les gusta y forzar su agenda política en Estados Unidos», continuó Hawley, añadiendo que «aquellos que todavía creen en la libertad de expresión y en la Primera Enmienda» deberían «pronunciarse».
En las últimas semanas, Hawley y el senador Ted Cruz (R-Texas) han sido objeto de críticas por cuestionar los resultados electorales durante la sesión conjunta del Congreso del 6 de enero. Algunos demócratas han afirmado que ambos ayudaron a incitar la violencia en el edificio del Capitolio, que provocó la huida de los legisladores y del exvicepresidente Mike Pence.
Un editor canceló el próximo libro de Hawley, un evento de recaudación de fondos de la campaña fue cancelado por una cadena de hoteles y algunos le pidieron que renunciara.
«Se pondrá peor», añadió Hawley. «Los titanes de la tecnología ya han expulsado a docenas de conservadores de las redes sociales, y si se salen con la suya, la mitad del congreso republicano de la Cámara de Representantes será expulsada del Congreso. Los titanes corporativos parecen creer que la única manera de conseguir una democracia a su gusto es eliminar todas las amenazas al control unificado del gobierno del Partido Demócrata».
El sistema de crédito social respaldado por el Partido Comunista Chino (PCCh) pretende castigar supuestas transgresiones, como el apoyo a Falun Gong —el grupo de meditación perseguido—, a los uigures o a los tibetanos, las críticas al gobierno, la demora en los pagos, etc. Los castigos pueden incluir la prohibición de salir de China, de utilizar el transporte público, de alojarse en hoteles, de ser contratado en determinados trabajos o ser incluido en una lista negra pública.
Hawley señaló que los conservadores se encuentran bajo una presión aún mayor a medida que se intensifica la cultura de la cancelación.
«Tu plataforma social ‘conservadora’ no vale mucho cuando Amazon puede suspenderla. Tu voto puede seguir siendo tuyo, pero si a tu partido se le niegan los medios para organizarse eficazmente por los monopolios corporativos, no va a ganar. Tu iglesia, bueno, puedes seguir asistiendo por ahora, pero ve a la iglesia equivocada y puede que no tengas trabajo en unos años», escribió.
«Por mi parte, no voy a echarme atrás», dijo Hawley. «Mi libro se publicará, y seguiré representando a la gente de mi estado sin miedo ni favoritismo, digan lo que digan la izquierda o las corporaciones».
Hawley argumentó que aquellos que aprecian la Primera Enmienda deberían pronunciarse ahora.
«Los poderosos ven en el momento actual una oportunidad para consolidar su control sobre la sociedad y sofocar la disidencia», escribió Hawley. «Eso significa que aquellos que creen en la Primera Enmienda y en los principios fundamentales de la libertad estadounidense deben pronunciarse ahora, mientras podamos».
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