Los delincuentes violentos de Estados Unidos tenían menos probabilidades de volver a ser detenidos si pasaban más tiempo en prisión antes de ser liberados, según ha demostrado un extenso estudio a largo plazo.
Casi el 77% de las personas encarceladas por un delito violento fueron detenidas de nuevo en los 10 años posteriores a su liberación. Sin embargo, la tasa fue menor para los que cumplieron penas más duras que para los que cumplieron penas más leves, según el estudio realizado por la Oficina de Estadísticas de Justicia (BLS).
De los que pasaron menos de la mediana de tiempo en prisión antes de la liberación, el 78.3% volvieron a ser arrestados. En el caso de los que pasaron más tiempo que la mediana, el 66.4% volvieron a ser arrestados. Entre los que cumplieron las penas más duras, de más de 80 meses, el 57.5 por ciento volvió a ser detenido, según el informe recientemente publicado sobre el estudio (pdf).
El estudio hizo un seguimiento de una muestra de 76,000 presos estatales seleccionados entre más de 400,000 liberados en 24 estados en 2008. En él se observó que más de cuatro de cada cinco fueron detenidos de nuevo en una década, registrándose casi 2.2 millones de nuevas detenciones. Entre los liberados, aproximadamente una cuarta parte cumplía condena por delitos violentos.
El estudio también examinó los datos de las condenas en 18 estados, y concluyó que más del 60% de los liberados en 2008 acabaron cumpliendo otra condena en un plazo de 10 años.
Entre los exconvictos violentos, el motivo más común de una nueva detención fue un delito contra el orden público, como la posesión ilegal de armas, la conducción bajo los efectos del alcohol o la violación de la libertad condicional. Casi dos de cada tres fueron detenidos por un delito de este tipo en el plazo de una década.
El segundo motivo más frecuente fue un delito de drogas (36.3%) y el tercero, una agresión (35.4%). El cuarto motivo fue el robo de coches (22.1%).
Los asesinos tenían el doble de probabilidades que los demás de volver a ser detenidos por asesinato, pero, en general, tenían muchas más probabilidades de volver a ser detenidos por un delito diferente y menor.
Los delincuentes de drogas tenían más probabilidades que los demás de volver a ser detenidos por un delito de drogas, pero el 75% de ellos acabaron siendo detenidos por un delito diferente, más de un tercio de ellos por un delito violento.
Aquellos que consiguieron evitar la detención en los primeros años tras su liberación fueron progresivamente menos propensos a reincidir más adelante. Entre los que no fueron arrestados en los años 1 a 3 después de la liberación, menos del 15% fueron arrestados en el cuarto año. El porcentaje siguió bajando hasta cerca del 4 por ciento de los que volvieron a ser detenidos por primera vez en el décimo año.
Antes de su puesta en libertad en 2008, casi cuatro de cada cinco de todos los presos rastreados ya habían sido detenidos cinco veces o más. El número promedio de detenciones anteriores era superior a 12.
Los más propensos a volver a ser detenidos fueron los que tenían más detenciones previas y los que era muy jóvenes (menores de 17 años) cuando fueron arrestados por primera vez en su vida, casi el 90% para ambos grupos. Pero incluso entre los que tenían dos o menos detenciones previas, casi el 60% volvieron a ser arrestados.
El estudio abarcó casi el 70% de los presos puestos en libertad en 2008 e incluyó los cinco estados más poblados: California, Texas, Florida, Nueva York y Pensilvania. No incluyó otros estados con grandes poblaciones, como Illinois, Carolina del Norte, Virginia, Massachusetts y Tennessee.
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