En los últimos años más personas en América Latina, específicamente en Sudamérica, pasan hambre debido a la desaceleración económica de la región y por el aumento de la inseguridad alimentaria en Venezuela, según reveló un informe de la ONU divulgado el lunes.
América del Sur es señalado por la ONU como el sitio de la región donde la cantidad de personas en condiciones de subalimentación creció en un 5,5 por ciento en 2019, en comparación con un 4,6 por ciento en 2013.
«América del Sur alberga la mayoría (55%) de las personas subalimentadas de la región, y el aumento observado en los últimos años se debe sobre todo al deterioro de la seguridad alimentaria en la República Bolivariana de Venezuela, donde la prevalencia de la subalimentación aumentó casi cuatro veces, del 6,4% en 2012-2014 al 21,2% en 2016-2018», expone el informe.
Poniendo en contexto el caso de Venezuela, el texto recuerda que el incremento del hambre coincide con la recesión que padece el país, con aspectos negativos como la inflación que alcanzó aproximadamente un 10.000.000% y el empeoramiento del crecimiento del PIB real, que pasó de –3,9% en 2014 a un estimado de –25% en 2018.
En contraste, -dice el reporte de la ONU-, el porcentaje de subalimentación en América Central, que es del 6,1%, y del Caribe, de un 18,4%, «han estado disminuyendo desde 2013, a pesar de ser más alto que en América del Sur, del ya mencionado 5,5%».
«Durante los primeros 15 años de este siglo, América Latina y el Caribe redujo la subalimentación a la mitad. Pero desde 2014 el hambre ha ido aumentando”, dijo el representante regional de la FAO, Julio Berdegué.
Además indicó que será preciso rescatar en promedio a más de 3,5 millones de personas del hambre cada año desde ahora hasta 2030 para alcanzar la meta «de hambre cero».
El hambre en países africanos
El informe señaló que el aumento del hambre estaba dado también por la caída registrada en los precios de materias primas desde 2011, que causó un deterioro en las finanzas públicas de muchos países, el aumento en la tasa de desempleo y en la pobreza.
A nivel global, en los últimos tres años, el número de personas que padecen hambre se ha incrementado lentamente, -dice la ONU-, con más de 820 millones de personas, una de cada nueve en el mundo, que siguen padeciendo hambre en la actualidad.
«El hambre está aumentando en casi todas las subregiones africanas, lo que hace a África la región con la prevalencia de la subalimentación más elevada, situada en casi el 20% de la población, mientras en Asia alcanza al 11%», dice el texto.
El informe de este año incluye el dato sobre la prevalencia de la inseguridad alimentaria, relativo a las personas que no pueden acceder regularmente a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes.
En este sentido, expone que alrededor del 17,2% de la población mundial, unos 1.300 millones de personas han experimentado niveles moderados de inseguridad alimentaria, equivalente a que no tuvieron acceso regular a alimentos nutritivos y suficientes.
«Si se combinan los niveles moderado y grave de inseguridad alimentaria, la estimación asciende al 26,4% de la población mundial o a un total de alrededor de 2.000 millones de personas», explica el informe.
La anemia y la obesidad son parte del fenómeno del hambre en el mundo, dice la ONU.
En 2017, el sobrepeso afectaba a más de 38 millones de niños menores de cinco años; África y Asia representaban el 25% y el 46% del total mundial, respectivamente.
En todos los continentes, la prevalencia de la inseguridad alimentaria es ligeramente más elevada entre las mujeres que entre los hombres, explica el informe de la ONU.
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