De niña era increíblemente quisquillosa con la comida. La hora de la cena era una estresante batalla entre mis padres, yo y las cosas verdes que había en mi plato—la mayoría de las cuales venían de una lata o del congelador y estaban cocinadas casi hasta extinguirse.
No fue hasta que descubrí la ensalada de espinacas con aderezo Ranch cremoso que mi vida dio un giro. Fue un gran avance que me permitió añadir a mi dieta alimentos como los pimientos rojos, las fresas, la rúcula y la col rizada—y que me gustaban.
Estoy agradecida de que mi exigencia alimentaria haya quedado en el pasado, porque como acupunturista y practicante de la medicina china, la comida desempeña un papel muy importante en el proceso de curación. En la tradición oriental, se cree que la comida es una medicina que se come tres veces al día. Además, si se está enfermo, se cree que primero hay que intentar curarse comiendo los alimentos adecuados, y solamente si eso falla, hay que recurrir a la acupuntura y las hierbas.
La terapia con alimentos chinos se considera una modalidad de curación en sí misma. Utilizada junto con la acupuntura, la herbolaria y el tratamiento corporal asiático, la terapia alimentaria se basa en una serie de principios que coinciden con la medicina china. De hecho, las propiedades de los alimentos, aunque no son tan fuertes, son similares a las de las hierbas. He aquí algunas cosas que hay que saber sobre la curación con alimentos en la medicina china:
Los alimentos tienen una temperatura inherente.
No se trata de que la comida se sirva bien caliente, sino de si te calienta o te enfría después de comerla. Los alimentos pueden ser calientes, templados, neutros, frescos o fríos. Por ejemplo, el jengibre, las cebollas o la canela se consideran alimentos que calientan. Por el contrario, la menta, los germinados de soja y los melones te refrescarán.
La forma de cocinar los alimentos afecta sus cualidades térmicas.
En general, cuanto más tiempo se cocine un alimento, más caliente será para el cuerpo. Por ejemplo, las papas que se han horneado durante 45 minutos son energéticamente más calientes que las que se han hervido durante diez. Se considera que los alimentos crudos son los más refrescantes, por lo que la gente tiende a comer muchas verduras frescas y crudas en verano y prefiere los alimentos calientes y asados en los meses más fríos.
En general, el tiempo que un alimento tarda en crecer afecta a su temperatura.
Así, una calabaza que tardó casi todo el verano y el otoño en madurar es más cálida que los tomates o pepinos que maduran rápidamente y están listos para comer en pleno verano.
Los alimentos también tienen acciones inherentes en tu cuerpo.
Algunos alimentos son buenos para aumentar tu energía o fortalecer tu sangre, otros se utilizan si estás reteniendo agua y otros sirven para mejorar tu digestión. Por ejemplo, si estás reteniendo agua, añadir apio sería una buena opción. Sin embargo, si has estado enfermo y tienes una tos seca y áspera, te convendría comer manzanas y peras por su capacidad de humedecer los pulmones sin acumular flema.
La digestión es un componente importante de la terapia alimentaria china.
En pocas palabras, se necesita una buena digestión para obtener la mayor cantidad de energía y nutrientes de los alimentos. Si tiene algún tipo de síntoma, desde acidez hasta gases, hinchazón, dolores de estómago o problemas intestinales, entonces su digestión necesita un poco de ayuda. En el mundo de la terapia alimentaria, una buena digestión es la base de todo lo demás.
Cuando se trata de qué es lo mejor para comer, no todas las personas son iguales.
Cada uno de nosotros tiene diferentes necesidades de salud y obtiene diferentes beneficios de los alimentos. Esto ha sido respaldado recientemente por investigadores occidentales, que descubrieron que comer el mismo alimento afectaba de forma diferente a los niveles de insulina de los sujetos estudiados. Además, las calorías indicadas para un alimento son solo una suposición, basada en la digestión y el metabolismo. Los practicantes de la medicina china saben desde hace tiempo que cada uno de nosotros tiene unas necesidades dietéticas únicas y, afortunadamente, la medicina occidental finalmente lo está tomando en cuenta.
La conclusión es que lo que se come es importante. En mi caso, el camino fue largo: de ser una niña quisquillosa con la comida a disfrutar de comidas con espinacas y lechugas verdes, calabacines, acelgas y una variedad de frutas. Se trata de adquirir el gusto por nuevos alimentos y estar abierto a cocinar de forma diferente. También recuerdo que la comida es un elemento básico para la buena salud, y que lo que como afecta directamente a cómo me siento.
Lynn Jaffee es acupuntora licenciada y autora de «Pasos sencillos: El camino chino hacia una mejor salud». Este artículo fue publicado originalmente en AcupunctureTwinCities.com.
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