El cuarenta por ciento de los detenidos en la protesta pro-palestina en la Universidad de California-Irvine el 15 de mayo no tenían conexión con la escuela, según cifras publicadas por las autoridades.
El portavoz de la universidad, Tom Vasich, le confirmó a The Epoch Times que 47 personas fueron arrestadas (incluidos 26 estudiantes, 2 empleados y 19 no afiliados a la institución) por alterar las operaciones de la universidad, no dispersarse y entrar ilegalmente. Fueron llevados a la cárcel del condado de Orange, procesados y luego citados y puestos en libertad.
Las clases se llevaron a cabo de forma remota el 16 de mayo luego de la remoción de un campamento pro-palestino en la Universidad de California-Irvine el día anterior.
El campamento ha sido en gran parte pacífico desde que se formó hace dos semanas, pero los manifestantes del miércoles a las 2:30 pm tomaron el Salón de Conferencias de Ciencias Físicas del campus, interrumpiendo las clases y violando la política escolar, lo que llevó a los funcionarios escolares a pedir el retiro.
“Es su decisión transformar una situación manejable que no necesitaba involucrar a la policía en una situación que requería una respuesta diferente. Nunca quise eso. Dediqué todas mis energías para evitar que esto sucediera”, dijo el rector de UC Irvine, Howard Gillman, en un comunicado el miércoles por la noche.
Se vio a manifestantes de diversas edades y etnias esposados y escoltados hasta vehículos policiales cercanos en el estacionamiento de una escuela, y algunos gritaban “Palestina libre” mientras los sacaban. Algunos de los detenidos guardaron silencio ante las preguntas de los medios de comunicación.
No está claro cuántos manifestantes estaban afiliados a la universidad, algo que los funcionarios de la UCI no pudieron confirmar. Cánticos que incluían “los estudiantes, unidos, nunca serán vencidos”, “no nos moveremos” y “Palestina libre, libre, libre”, continuaron durante la hora que duró el desalojo, que comenzó alrededor de las 5 de la tarde. La policía formaba una barricada y avanzó hacia el campamento, agarrando y arrestando a los manifestantes mientras la policía avanzaba.
Algunos se quedaron en el lugar voluntariamente mientras los agentes se acercaban y los arrestaban sin incidentes, mientras que otros fueron capturados por la fuerza, y se vio a varios arrojando botellas de agua y objetos a la formación policial que avanzaba.
Alrededor de 300 manifestantes permanecían a las 7 pm después de ser detenidos por la policía en el parque Aldrich del campus. Alrededor de las 8:10 pm, la policía anunció que los que quedaban tenían 5 minutos para dispersarse o ser arrestados, y la mayoría se fue después de la advertencia.
Se escuchó una voz femenina entre los manifestantes pidiendo a los manifestantes que se fueran y regresaran otro día.
Los avisos de suspensión recientes para algunos estudiantes de UC Irvine, incluidos algunos que estaban en negociaciones con directivos de la universidad, supuestamente llevaron a la toma del edificio de ciencias.
Una publicación en las redes sociales con el título “UCI Divest” decía que se estaba “reclamando la universidad para Palestina y para el pueblo”.
El grupo dijo que el 8 de mayo la universidad había emitido suspensiones temporales a muchos estudiantes en el campamento, incluidos los del equipo de negociación.
“A los estudiantes se les prohíbe regresar a las residencias de sus propios campus, no pueden venir al campus en el momento álgido de los exámenes parciales y finales, y ya están enfrentando el costo emocional de ver a la universidad militarizarse antes incluso de aceptar poner fin al genocidio y los asesinatos de familiares y amigos de los estudiantes», señalaron en un comunicado
El grupo señaló que la universidad había acordado continuar las negociaciones pero siguió adelante con las suspensiones.
«¿Cómo podemos negociar si a nuestros negociadores se les prohíbe la presencia física y virtual en la UCI?», argumentaron en el comunicado.
El Sr. Gillman, rector de la escuela, dijo que los manifestantes exigían supervisar gran parte de las operaciones de la universidad relacionadas con la administración, el profesorado, los estudiantes y el personal, y saltarse los protocolos del campus, lo cual, dijo, no podía tolerarse.
“Su ataque a los derechos de libertad académica de nuestros profesores y a los derechos de libertad de expresión de profesores y estudiantes fue atroz. Uno solo puede imaginar la respuesta si la gente del otro lado de estos problemas estableciera un campamento para obligarme a censurar toda la programación académica y estudiantil antisionista”, dijo en su declaración.
La alcaldesa de Irvine, Farrah Khan, en una publicación en X ridiculizó la respuesta de la policía y mencionó que “es una vergüenza que las protestas pacíficas por la libertad de expresión siempre sean respondidas con violencia”.
Sostuvo que los estudiantes y manifestantes «que ocupan un espacio en el campus o en un edificio no suponen una amenaza para nadie», y aconsejó a la UC Irvine que tomara todas las precauciones necesarias para evitar que estalle la violencia en el campus.
En respuesta a la publicación de la Sra. Khan, el alcalde de Newport Beach, Will O’Neill, respondió a X y calificó sus comentarios como indignos de un alcalde.
“Su redacción descuidada hace que parezca que está acusando preventivamente de violencia a nuestros oficiales y a los oficiales de las muchas agencias policiales que respondieron. Si eso es lo que quiso decir, entonces su mensaje está bajo el cargo de alcalde. Si no es así, aclare de inmediato”, dice su publicación.
El fiscal de distrito del condado de Orange, Todd Spitzer, reconoció el derecho a protestar pacíficamente, pero dijo que no se permitiría ninguna actividad criminal más allá de eso, dijo.
«No se tolerará la actividad criminal que trascienda la reunión pacífica, incluida la violencia y el vandalismo de cualquier tipo», dijo en un comunicado en las redes sociales.
El presidente de la Junta de Supervisores del Condado de Orange, Don Wagner, exalcalde de Irvine, elogió la respuesta de las autoridades.
«Insto a todos los estudiantes a que se retiren y respeten la declaración de la UCI de que se trata de una asamblea ilegal y regresen a clases», dijo el miércoles.
La supervisora Katrina Foley estuvo de acuerdo.
“Valoro el derecho a protestar pacíficamente. Sin embargo, no podemos permitir las recientes escaladas, que incluyen la interrupción de las clases y [vandalismo] de la propiedad del campus”, dijo.
En una declaración del mes pasado, los responsables de la Universidad de California afirmaron que se oponen a cualquier boicot o desinversión de Israel, y que pedirlo «atenta contra la libertad académica de nuestros estudiantes y profesores y contra el libre intercambio de ideas en nuestros campus”.
Señalaron que “la matrícula y las tarifas de la UC son las principales fuentes de financiación para las operaciones principales de la Universidad. Ninguno de estos fondos se utiliza con fines de inversión”, dijeron.
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