El consumo de cerveza está a menudo entrelazado con prácticas culturales como la «hora feliz» de las empresas o los festivales mundiales de la cerveza, como el mundialmente famoso Oktoberfest, lo que pone de relieve la importancia de esta bebida en la sociedad.
La cerveza, que se elabora con cereales, lúpulo y levadura, tiene algunos elementos nutritivos como potasio, magnesio, vitaminas del grupo B, fibra dietética, selenio y proteínas, todos los cuales contribuyen a la salud humana.
Curiosamente, un estudio de 2013 sugiere que el sabor de la cerveza por sí solo puede estimular la actividad de la dopamina en el cerebro masculino, liberando así sentimientos de felicidad y aliviando momentáneamente el estrés diario. Además, el estudio descubrió que este efecto era más prominente en los hombres que tenían un familiar cercano, como un padre o un hermano, que sufría de alcoholismo.
Sin embargo, otro estudio publicado en 2007 descubrió que las personas son más propensas a darse atracones de alcohol específicamente con cerveza, en contraposición a otras bebidas alcohólicas. De hecho, el 74,4 por ciento de los más de 14,000 adultos bebedores compulsivos observados en el estudio consumían exclusiva o predominantemente cerveza.
A pesar de contener menos alcohol que el vino y los licores, la cerveza sigue siendo perjudicial, incluso en cantidades moderadas, debido a su contenido de alcohol. Por consiguiente, cuando una persona opta por abstenerse de beber cerveza, pueden producirse varios efectos positivos para la salud.
1. Recorta la cintura
La cerveza es conocida por su alto contenido calórico, ya que una pinta de cerveza normal contiene más de 150 calorías. Incluso la cerveza light no es mucho mejor, ya que contiene más de 100 calorías por pinta. Dado que la cerveza no puede sustituir a una nutrición adecuada, estas calorías adicionales pueden obstaculizar la capacidad del organismo para quemar el exceso de grasa, lo que dificulta la pérdida de peso.
Según un estudio, los hombres que consumen 1,000 mililitros de cerveza al día ─o unas dos cervezas─ tienen un riesgo un 17 por ciento mayor de aumentar el perímetro de la cintura que los que consumen menos. Este aumento de la cintura se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiacas y diabetes de tipo 2. Según la investigación, las personas también pueden experimentar cambios en el tamaño de la cintura debido al consumo de cerveza, incluyendo hinchazón y posiblemente retención de líquidos. Por lo tanto, si reduce o elimina la cerveza de su dieta, puede perder peso y reducir el tamaño de su cintura.
2. Mejora la función hepática y cardiaca
Dejar de beber cerveza, y alcohol en general, ofrece numerosos beneficios para la salud, como una mejor función hepática y un corazón más sano.
Según un artículo publicado en la revista Experimental and Molecular Pathology, el consumo prolongado de alcohol puede provocar diversas afecciones hepáticas, como hígado graso, hepatitis alcohólica, cirrosis e incluso cáncer de hígado.
El hígado tiene una notable capacidad de autorreparación y autocuración. Por ejemplo, el hígado graso puede revertirse en tan sólo dos semanas tras dejar de consumir alcohol, según un artículo de 2021 de la revista Alcohol Research Current Reviews. Aunque también pueden aparecer afecciones como la fibrosis y la cirrosis inducidas por el alcohol al dejar de consumirlo, cualquier tejido cicatricial existente en el hígado permanecerá. Sin embargo, un hígado gravemente dañado suele ser irreversible y puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.
Las borracheras o el consumo prolongado de alcohol pueden provocar daños cardiacos inducidos por el alcohol, incluida la necrosis o muerte de las células cardiacas. El alcohol puede actuar como una toxina que debilita el músculo cardiaco, dando lugar a una afección conocida como miocardiopatía alcohólica.
Según el artículo de 2021, al dejar de beber pueden mejorar ciertas afecciones cardiacas inducidas por el alcohol. Esto incluye una reducción o desaparición de la cardiomiopatía alcohólica, acompañada de una mejora de la función cardiaca. Además, varios indicadores de la salud cardiaca, como la frecuencia cardiaca y la presión arterial, pueden mostrar una mejoría hacia niveles normales al cabo de un mes de dejar el alcohol.
Aunque estudios anteriores han indicado posibles beneficios cardiovasculares asociados al consumo moderado de alcohol, pruebas recientes ponen en duda la solidez de esta afirmación. Varios sesgos en estos estudios, como la inclusión de factores de salud no relacionados con el alcohol, como los hábitos alimentarios, la estabilidad económica y el peso corporal, pueden haber contribuido a conclusiones erróneas.
Por lo tanto, es aconsejable considerar la posibilidad de dejar de beber cerveza por los posibles beneficios de una mejor función cardíaca y hepática.
3. Reduce el riesgo de hiperuricemia y gota
La cerveza normal contiene una cantidad significativa de purinas, que son compuestos orgánicos liberados durante el proceso de elaboración cuando interactúan la levadura y el mosto (el líquido extraído de la maceración de los granos malteados). Cuando se consumen, estas purinas se metabolizan en ácido úrico en el organismo. Esto puede hacer que aumenten los niveles de ácido úrico en el torrente sanguíneo, lo que incrementa el riesgo de hiperuricemia y desencadena la gota.
Hiperuricemia es el término utilizado para describir los niveles de ácido úrico en el torrente sanguíneo superiores a los normales, que a menudo conducen al desarrollo de la gota. La gota es una forma de artritis inflamatoria, caracterizada principalmente por dolor en la articulación afectada. La articulación también puede enrojecerse, hincharse y ponerse rígida.
4. Previene las alergias a la cerveza
Ciertas personas pueden experimentar alergias a la malta de cebada y al trigo, que se utilizan habitualmente en la producción de cerveza. Los síntomas de esta alergia a la cerveza pueden incluir urticaria o erupciones cutáneas, así como calambres estomacales.
Aunque las alergias a la cerveza se consideran raras, ya que afectan aproximadamente al 6 por ciento de los estadounidenses alérgicos al trigo, pueden producirse y coger a la gente por sorpresa. Se han documentado casos, como el de un paciente varón de 32 años, que presentó una alergia específica a la cerveza a pesar de tolerar sin problemas otros tipos de bebidas alcohólicas.
Algunas investigaciones sugieren que un tipo concreto de proteína de malta de cebada puede ser responsable de estas reacciones alérgicas.
¿Quién debe evitar el consumo de cerveza?
No todo el mundo debería consumir cerveza. Estas personas deberían mantenerse alejadas.
Personas con determinadas afecciones médicas
«Las personas que padezcan enfermedades hepáticas o renales, pancreatitis, epilepsia o trastornos mentales, y las que tengan antecedentes de accidentes relacionados con el alcohol deben abstenerse de beber cerveza para proteger su salud y bienestar», declaró a The Epoch Times Brook McKenzie, consejero interno licenciado en dependencia química y jefe de operaciones del programa de tratamiento de adicciones Burning Tree de Dallas.
Las personas con ciertas anomalías del ritmo cardiaco también deberían evitar beber cerveza para evitar que sus dolencias empeoren.
Las personas con diabetes o prediabetes también deben evitar la cerveza, y el alcohol en general, ya que su consumo puede empeorar las complicaciones médicas relacionadas con la diabetes.
Personas que toman medicamentos que interactúan con el alcohol
Algunos medicamentos, como los analgésicos (por ejemplo, el paracetamol y los AINE), los ansiolíticos (por ejemplo, las benzodiacepinas), los somníferos (por ejemplo, el zolpidem), los antidepresivos (por ejemplo, la fenelzina), los fármacos cardiovasculares (por ejemplo, la warfarina) y los antimicrobianos (por ejemplo, la eritromicina), pueden interactuar negativamente con el alcohol.
Consumir cerveza mientras se toman estos medicamentos puede disminuir su eficacia, provocar problemas de memoria e incluso tener consecuencias fatales por sobredosis o lesiones.
Personas con sensibilidad al gluten o celiaquía
La cerveza suele contener gluten, lo que puede desencadenar reacciones adversas en personas con estas afecciones. El gluten es una mezcla de proteínas que se encuentran en cereales como la cebada, el trigo y el centeno, utilizados habitualmente en la producción de cerveza.
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