LA HABANA—El martes empezó la recuperación en Cuba de las inundaciones que mataron al menos a siete personas después de que Oscar cruzara la costa oriental de la isla como una tormenta tropical con vientos y fuertes lluvias.
La capital de Cuba estaba parcialmente iluminada después de que un apagón a gran escala generara un puñado de protestas y una severa advertencia del régimen de que cualquier disturbio sería castigado.
El presidente Miguel Díaz-Canel dijo en la televisión estatal que las labores de rescate y recuperación continuaban en la localidad de San Antonio del Sur y que los funcionarios aún no habían entrado en algunas zonas inundadas. El martes, confirmó otra muerte en el pequeño pueblo de Imias, en la provincia de Guantánamo.
Los habitantes de La Habana recogieron alimentos subvencionados el martes y dijeron que el país se enfrentaba a un intenso periodo de recuperación.
“Hay colas donde quiera que vayas”, dijo Carlos López, residente de la ciudad. “Llegas a un lugar y hay obstáculos y obstáculos”.
La tormenta tropical Oscar se desintegró mientras se dirigía hacia las Bahamas tras tocar tierra en Cuba como huracán de categoría 1. Se esperaba que los remanentes causaran hasta 10 centímetros de lluvia en el sureste de las Bahamas y las islas Turcas y Caicos.
Modesto Hernández, que vive en el centro de La Habana, dijo el martes que él y otros “no saben nada de lo que está pasando”.
“Hay que solucionar estos problemas ya”, dijo. “Estamos muy mal”.
Díaz-Canel dijo el domingo en televisión nacional: “No vamos a permitir ningún vandalismo, ni que nadie perturbe la tranquilidad de la gente”.
El prolongado apagón nacional que se produjo luego de un corte masivo el jueves por la noche fue parte de los problemas energéticos en todo el país que llevaron a las mayores protestas en Cuba en casi 30 años, en julio de 2021; tras estas alteraciones siguieron protestas locales más pequeñas en octubre de 2022 y marzo de 2024.
Todas forman parte de una profunda crisis económica que ha provocado el éxodo de más de medio millón de cubanos a Estados Unidos, y miles más se dirigen a Europa.
El régimen cubano y sus aliados culpan al embargo comercial, que Estados Unidos mantiene desde hace 62 años sobre la isla, de sus problemas económicos, pero la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo el lunes que la “mala gestión a largo plazo de su política económica y de sus recursos por parte del régimen cubano aumentó sin duda las dificultades de la gente en Cuba”.
La electricidad sigue siendo relativamente barata pero cada vez menos disponible. El régimen cubano dijo el lunes por la noche en la televisión estatal que está produciendo 1300 megavatios cuando la demanda máxima puede alcanzar los 3 gigavatios. Las autoridades dijeron el lunes por la tarde que alrededor del 80 por ciento de La Habana tenía energía intermitente, pero la gente seguía temerosa. Las clases permanecerán cerradas al menos hasta el jueves.
El ministro de Energía, Vicente de la O Levy, dijo que Oscar supondría “un inconveniente adicional” para la recuperación de Cuba, ya que afectaría a centrales eléctricas cubanas clave, como Felton, en la ciudad de Holguín, y Renté, en Santiago de Cuba.
Muchos de los 2 millones de habitantes de La Habana recurrieron a cocinar con cocinas de leña improvisadas en las calles antes de que sus alimentos se echaran a perder en los frigoríficos. La gente hacía cola para comprar alimentos subvencionados y pocas gasolineras estaban abiertas.
El fallo de la planta Antonio Guiteras el viernes fue el último problema con la distribución de energía en un país donde la electricidad ha sido restringida entre diferentes regiones en diferentes momentos.
El apagón fue considerado el peor de Cuba desde que el huracán Ian azotó la isla como tormenta de categoría 3 en 2022 y dañó las instalaciones eléctricas. El régimen tardó días en repararlas.
En un principio, las autoridades locales dijeron que el apagón se debió al aumento de la demanda de las pequeñas y medianas empresas y de los aires acondicionados residenciales. Más tarde, el apagón empeoró debido a averías en viejas centrales termoeléctricas que no han recibido el mantenimiento adecuado y a la falta de combustible para hacer funcionar algunas instalaciones.
Por Andrea Rodríguez y Milexsy Durán
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