Al menos dos personas murieron en Cuba por un brote de rabia humana provocado por la mordida de un gato callejero, informaron este martes las autoridades sanitarias de la isla, que no registraba casos de la enfermedad desde 2008.
El «evento epidemiológico» se produjo en un hogar de Mayarí (provincia de Holguín, este) a inicios de este mes y a consecuencia del mismo fallecieron dos hermanos y una tercera persona con síntomas «se mantiene ingresada».
Cuba no reportaba casos de rabia humana desde 2008, según cifras ofrecidas en febrero pasado por el Ministerio de Salud Pública (Minsap) de la isla, que hace más de una década aplica un programa de vigilancia, prevención y control de la enfermedad diseñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cada año, más de 20,000 personas son lesionadas por animales en el país caribeño (alrededor del 80 % de los atacantes son perros) y el virus de la rabia se mantiene circulando en varias especies, sobre todo en perros, gatos, mangostas y murciélagos.
La causa del incidente en Mayarí fue «un gato callejero llevado a la casa, comenzó a ponerse enfermo, y al tratar de medicarlo, araña a un ciudadano y muerde a otro», especifica una nota de la Dirección Provincial de Salud Pública de Holguín.
El animal enfermo fue «abandonado» tras el ataque, indicaron las autoridades sanitarias, que aún investigan y vigilan el brote.
Las familias más cercanas al hogar del suceso y los sanitarios expuestos recibieron un tratamiento profiláctico antirrábico y se reforzó la vigilancia en animales que puedan ser posibles portadores en el área, asegura el comunicado.
La rabia se transmite por contacto directo con la saliva de un animal infectado y el periodo de incubación oscila entre una semana y un año.
Los síntomas en humanos incluyen fiebre, picor o quemazón en la herida, dolor de cabeza, exceso de salivación, espasmos musculares, parálisis y confusión mental. Una vez que aparecen, en la gran mayoría de los casos es mortal.
En Cuba, donde aún no existe una Ley de Protección Animal, miles de animales deambulan por las calles, en su gran mayoría perros. El régimen intenta controlar esta población a través del polémico programa estatal Zoonosis, que recoge y sacrifica a los callejeros.
Varias asociaciones voluntarias de defensores de animales denuncian esta práctica, que consideran inhumana, y en su lugar defienden la esterilización para prevenir la superpoblación.
Estos grupos organizan adopciones, campañas de vacunación y castración gratuitas. También protagonizaron en 2019 una inédita marcha por las calles de La Habana, permitida por las autoridades de la isla, donde no son usuales las manifestaciones públicas independientes.
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