Los residentes del sur de California tomaron las calles de Los Ángeles el 19 de julio, exigiendo libertad al régimen comunista cubano.
«Fue reconfortante ver el apoyo que tuvimos», dijo Ana Landrian a The Epoch Times. «Algunos de los niños que estaban allí nunca han estado en Cuba y sin embargo estaban con la bandera cubana y la estadounidense pidiendo por la libertad».
La protesta de la tarde reunió a unos 1000 residentes en la esquina de Wilshire Boulevard.
Landrian dijo que estaba agradecida por los que vinieron a apoyar a Cuba en medio de las crecientes tensiones en el país.
Las manifestaciones comenzaron a estallar en Cuba el 11 de julio, cuando la gente llenó las calles, gritando «libertad» y pidiendo el fin de la dictadura, en medio de la escasez de alimentos y medicinas, cortes de energía y otros abusos del régimen comunista que asola la isla hace 62 años.
Este tipo de protestas son poco frecuentes en la represiva isla. Son la continuación de algunas concentraciones más pequeñas organizadas por activistas que en los últimos meses criticaron la detención de artistas y exigieron la libertad de expresión.
«Están por toda la isla», dijo Landrian. «La gente está en la calle y uno los ve con mascarillas, así que se sabe que es algo actual (…) y ellos solo claman por libertad, y lo más triste y a la vez hermoso es que la mayoría son jóvenes, menores de 30 años. Las personas que nacieron bajo el régimen son las que están gritando por la libertad y siguen diciendo que no se trata del embargo, no se trata de COVID, se trata de la libertad».
El embargo de Estados Unidos
Estados Unidos mantiene restricciones comerciales a Cuba hace décadas, lo que hace que algunos digan que el embargo es el culpable de la situación actual.
Sin embargo, los cubano estadounidenses dicen lo contrario.
«Hay mucha propaganda sobre el embargo, pero el principal problema es el sistema comunista, la dictadura represiva», dijo Santiago Martin a The Epoch Times.
«No es una afirmación exacta decir que el embargo es responsable de las condiciones del pueblo cubano. Sí lo es el sistema comunista corrupto y el dónde deciden gastar el dinero», añadió Martin. «Ellos han utilizado su dinero para el Ejército. Han utilizado su dinero para la seguridad, que es para mantener a la gente en su sitio. Si uno mira a los manifestantes, ellos no tienen armas, no tienen nada más que un teléfono móvil. El gobierno ha reunido estos escuadrones de matones, ha repartido palos y los ha soltado contra la gente».
Martin advirtió sobre las «fake news» que giran en torno al embargo, afirmando que no es la causa de la protesta en Cuba.
«La situación es desesperada», dijo. «La gente en las calles no está diciendo que quiten el embargo, que nos envíen dinero, que nos envíen comida y esas vacunas. Están diciendo, queremos libertad (…) no dicen nada del embargo, solo el gobierno habla del embargo porque quiere desviar la atención».
«Si usted derribara el embargo hoy, usted seguiría teniendo un sistema de partido único. Ellos no tendrían libertad de expresión. Es ridículo tratar de culpar al embargo, no hay ningún embargo que sea mundial. Ellos pueden comerciar con 180 países».
Martin pudo hablar por última vez con sus familiares que permanecen en Cuba hace varios días ya que la comunicación sigue siendo irregular desde que el régimen cortó el servicio de Internet. Además su familia tiene miedo de hablar porque sus comunicaciones están vigiladas, añadió.
Emociones
La historia de Landrian comenzó en Cuba durante el régimen de Fidel Castro.
En 1961, su padre presentó los papeles para salir del país y en 1969 su familia recibió la aprobación.
Tres años antes de su salida, en 1966, el padre de Landrian fue trasladado para trabajar a un campo de concentración. Cada día, su madre vivía con el temor de que también la enviaran a ella y dejaran a sus hijos atrás o los metieran entre los revolucionarios.
Al crecer, Landrian fue testigo de la opresión del régimen comunista, ya que a su madre se le prohibió trabajar y debió aprender la ideología comunista en las aulas.
Un día, un hombre en motocicleta llegó a su casa y les dijo que era hora de irse, añadió.
Cuando estaba previsto que se marcharan, en 1969, Landrian y su familia recogieron con alegría a su padre del campo de concentración. Aún recuerda la felicidad que estalló entre sus amigos cuando vieron que por fin se iba.
«Para mí no es un cuento, no es un cuento de hadas», dijo recordando su doloroso pasado. «Esa es la parte que me resulta realmente dura, incluso cuando la gente no nos cree cuando contamos la historia (…) no es inventada, eso me ocurrió a mí».
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
