Una gran variedad de enfermedades crónicas están relacionadas con un desequilibrio en la microbiota intestinal. Esta microbiota intestinal comprende bacterias, hongos y otros microorganismos en nuestros intestinos que superan con creces a las células del cuerpo mientras interactúan con el cuerpo humano y lo apoyan.
Los probióticos pueden ayudar a mantener una microbiota intestinal equilibrada y la función intestinal, pero ¿sabías que los alimentos que consumes pueden estar destruyendo tus probióticos intestinales?
Alimentos que perjudican la salud intestinal
¿Cuáles son los alimentos que afectan la microbiota intestinal y perjudican la salud intestinal?
Alimentos altamente procesados
Los alimentos ultraprocesados suelen contener altos niveles de aditivos, conservantes, colorantes, etc. Estos ingredientes pueden ejercer impactos adversos sobre la microbiota del tracto gastrointestinal. Los alimentos ultraprocesados no aportan los nutrientes necesarios, como la fibra, para nuestros probióticos intestinales.
Una revisión de estudios publicados en mayo en Food Research International sugiere que los alimentos ultraprocesados, que contienen altos niveles de grasas saturadas y trans, azúcares añadidos, sal y aditivos alimentarios, alteran directamente la composición de la microbiota intestinal y los metabolitos microbianos, provocando enfermedades metabólicas e inflamación.
Estos ingredientes nocivos para la salud también afectan la red neuronal, afectando negativamente la salud del cerebro a través del eje microbiota-intestino-cerebro y potencialmente afectando la cognición y el comportamiento, según el estudio.
Un artículo de 2019 publicado en Nutrients también decía que el alto consumo de alimentos ultraprocesados altera la microbiota intestinal y provoca inflamación. Estos efectos pueden incluso transmitirse a generaciones posteriores mediante cambios epigenéticos.
Azúcar y edulcorantes artificiales
El consumo excesivo de bocadillos azucarados puede aumentar rápidamente los niveles de azúcar en sangre y afectar el equilibrio de los microorganismos en el tracto gastrointestinal. La ingesta excesiva de azúcar estimula el crecimiento de bacterias dañinas e inhibe el crecimiento de bacterias beneficiosas, lo que resulta en una disminución relativa en la cantidad de bacterias beneficiosas. Este desequilibrio de la microbiota intestinal puede provocar muchos problemas de salud, como inflamación crónica de los intestinos, enfermedades metabólicas, presión arterial alta, niveles altos de glucosa en sangre y colesterol alto en sangre.
Un estudio publicado en Cell en 2022 encontró que la microbiota intestinal puede prevenir la obesidad y las enfermedades metabólicas inducidas por la dieta al inducir células Th17 comensales específicas. Sin embargo, las dietas ricas en azúcar y grasas agotan los microbios inductores de Th17 y promueven enfermedades metabólicas.
Además, los edulcorantes artificiales como el aspartamo y la sucralosa no pueden ser digeridos ni absorbidos por el cuerpo humano, por lo que es más probable que permanezcan en los intestinos por más tiempo, lo que no favorece la diversidad de la microbiota intestinal.
Alimentos ricos en grasas
Tanto las grasas saturadas como las insaturadas son nutrientes esenciales, pero las grasas trans son perjudiciales para el cuerpo humano.
Nuestros intestinos tienen una barrera mucosa que puede absorber sustancias beneficiosas y evitar que las dañinas entren al cuerpo. Si se perfora esta barrera, las bacterias, toxinas y alérgenos dañinos pueden ingresar al cuerpo a través de los intestinos. Esto también se conoce como “síndrome del intestino permeable” y puede provocar muchos problemas de salud.
Muchos alimentos procesados y fritos contienen ácidos grasos trans que afectan el equilibrio de la microbiota intestinal, provocan inflamación y alteran la integridad de la mucosa intestinal.
Un problema similar existe con la ingesta excesiva de ácidos grasos saturados.
Por tanto, es importante controlar la ingesta de ácidos grasos saturados y evitar los ácidos grasos trans en nuestra dieta diaria.
Además, los ácidos grasos insaturados pueden tener efectos antiinflamatorios y antioxidantes, que ayudan a mantener la salud intestinal. Puede encontrar estas grasas saludables en el pescado, las aceitunas, los aguacates y las nueces silvestres.
Alcohol
El alcohol no sólo afecta al cerebro y al hígado, sino que también tiene un impacto significativo en la función gastrointestinal. El mayor problema es que el alcohol destruye la barrera mucosa de los intestinos, perjudicando la función intestinal y provocando una amplia gama de enfermedades.
Un estudio exhaustivo publicado en Frontiers in Microbiology en 2022 demostró que el alcohol puede cambiar la composición de la microbiota intestinal, lo que resulta en una disminución de las bacterias beneficiosas y un aumento de las bacterias dañinas, lo que conduce a trastornos de la flora intestinal, haciéndonos propensos a enfermedades gastrointestinales, enfermedades inmunológicas y trastornos metabólicos.
Formas de proteger el tracto intestinal
La medicina tradicional china (MTC) ha reconocido que el tracto digestivo es la “base adquirida” del cuerpo humano, la base del crecimiento y la salud de cada persona.
Supongamos que hay problemas con el bazo y el estómago. Esto pondrá en peligro su salud, e incluso a su médico le resultará difícil ayudarlo porque la forma más práctica de controlar su función gastrointestinal es desarrollar usted mismo buenos hábitos alimentarios.
Como dice el refrán: «Somos lo que comemos». Lo que comemos afecta el crecimiento de microorganismos intestinales relacionados con nuestra salud.
En primer lugar, debemos comer alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, cereales y frijoles. La fibra dietética puede proporcionar energía para los probióticos en el tracto gastrointestinal y promover el crecimiento de los probióticos, lo que favorece la salud intestinal.
También es esencial aumentar la diversidad de su dieta, ya que diferentes alimentos proporcionan los nutrientes y el ambiente que necesitan los diferentes tipos de bacterias.
Un estudio publicado en Molecular Metabolism indica que las dietas que excluyen alimentos animales o vegetales reducen la riqueza de especies de microbiota, lo que sugiere que «cuanto más diversa sea la dieta, más diverso será el microbioma y más adaptable será a las perturbaciones».
Al consumir diferentes tipos de frutas, verduras, cereales integrales, proteínas, nueces y semillas, podemos proporcionar una nutrición relativamente rica a los microorganismos de los intestinos y promover la diversidad y el equilibrio de las bacterias intestinales, lo cual es vital para la salud de los intestinos, así como de todo el cuerpo.
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