Mayo normalmente significa exámenes finales y ceremonias de graduación en las universidades y colegios, pero estamos a 2 de mayo y muchos campus de Estados Unidos están paralizados por tensos enfrentamientos entre manifestantes pro-Palestina y el equipo antidisturbios de la policía, incluyendo a algunos grupos que levantaron campamentos fortificados en los patios.
Al menos 300 personas fueron detenidas el 1 de mayo en campus universitarios desde Manhattan a Madison, Wisconsin, y desde Dallas a Denver, en su mayoría mientras se resistían, normalmente de forma pasiva, a los esfuerzos de las fuerzas del orden por desalojar las ocupaciones improvisadas, de propiedades públicas.
Los grupos pro-palestinos que exigen el fin de la guerra en Gaza y la desinversión en Israel involucraron a al menos 50 universidades e institutos de más de 30 estados en la mayor oleada de disturbios universitarios desde las protestas contra el apartheid de los años ochenta y las protestas contra la guerra de Vietnam de los años sesenta y setenta.
Hasta el 1 de mayo, casi 2000 personas habían sido detenidas en más de dos docenas de campus universitarios de al menos 22 estados desde la detención, el 18 de abril, de 108 estudiantes de la Universidad de Columbia en Nueva York, en su campus de Morningside, en Manhattan.
Manhattan siguió siendo un centro agitado el 1 de mayo, tras la detención de casi 300 personas la noche anterior, cuando la policía expulsó a los ocupantes del edificio Hamilton Hall de Columbia, deteniendo a 109 personas, y de un edificio administrativo del City College de Nueva York, en Harlem, arrestando a 173.
A primera hora del 2 de mayo, las autoridades del campus de Manhattan de la Universidad de Fordham inspeccionaron los daños causados en el Lowenstein Center, donde los manifestantes rompieron puertas de cristal, destrozaron paredes con pintura y levantaron tiendas de campaña antes de ser desalojados por la policía la noche anterior. Al menos 15 personas fueron detenidas.
En Nueva Orleans, el 1 de mayo, al menos 14 personas fueron detenidas cuando la policía del campus dispersó a manifestantes de la Universidad de Tulane. En Dallas, 17 personas fueron detenidas por intentar levantar un campamento en la Universidad de Texas.
«Las personas pueden reunirse pacíficamente en las zonas comunes al aire libre del campus para ejercer su derecho a la libertad de expresión, pero no pueden construir un campamento ni bloquear caminos», declaró la UT-Dallas en una declaración antes de las detenciones.
La mayoría de las protestas en los campus han sido pacíficas, pero la policía tuvo que utilizar gas pimienta y balas de goma para detener a cuatro personas en la Universidad de Arizona, en Tempe, Arizona, y para detener al menos a 34 en un campamento en la Universidad de Wisconsin, en Madison, Wisconsin.
«Instigadores» infiltrados en las protestas
Funcionarios de la Universidad de Wisconsin en una declaración del 1 de mayo dijeron que estaban investigando las acciones de «individuos ajenos a nuestra comunidad universitaria».
También el 1 de mayo, al menos 90 personas fueron detenidas en Dartmouth College de New Hampshire por allanamiento de morada y resistencia a la autoridad, después de que las autoridades de la universidad advirtieran a los manifestantes sobre la instalación de un campamento.
En una declaración posterior, Dartmouth afirmó que protegerá la libertad de expresión, pero que no permitirá que su campus «sea cooptado por un pequeño grupo de manifestantes, incluidos agitadores externos».
Los responsables de la Universidad de Dartmouth señalaron que los estudiantes que apoyan a los palestinos se han manifestado pacíficamente en el campus al menos siete veces desde octubre, pero que muchos de los que han participado en la oleada de disidencia, posterior al 18 de abril, no son estudiantes.
La presencia de «agitadores externos» señalada por las autoridades universitarias y policiales de Wisconsin y New Hampshire también fue citada por el alcalde de Nueva York, Eric Adams, en una rueda de prensa celebrada el 30 de abril en la que identificó a «manifestantes profesionales» que dirigían a los manifestantes, muchos de ellos no estudiantes, a los campus para enfrentarse a los funcionarios universitarios y a la policía, con tácticas orquestadas.
En una declaración del 30 de abril, la Universidad de Columbia sostuvo que sólo había «docenas» de estudiantes de los 37,000 matriculados entre los cientos de manifestantes que estaban en el campus y en el edificio Hamilton Hall.
Las protestas en Nueva York están siendo «cooptadas por agitadores profesionales externos», dijo el Sr. Adams, reiterando esa afirmación el 1 de mayo, insistiendo en que la toma de Hamilton Hall «fue dirigida por individuos que no estaban afiliados a la universidad».
Esa presencia de «agitadores profesionales» sigue siendo una «preocupación elevada», dijo a la prensa el 1 de mayo la Comisaria Adjunta de la Policía de Nueva York, Rebecca Weiner.
La presencia de «instigadores» también es una de las cuestiones que se plantean tras las violentas escaramuzas que tuvieron lugar en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) la mañana del 1 de mayo, cuando un bloque organizado de contramanifestantes irrumpió en el campus para atacar el «Campamento de Solidaridad Palestina», desencadenando un tumulto que duró horas y que, según los críticos, la policía y las autoridades universitarias no lograron sofocar rápidamente.
El canciller de la UCLA, Gene Block, dijo que los contramanifestantes estaban dirigidos por «instigadores» no asociados con grupos de estudiantes del campus. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, prometió una «investigación exhaustiva» sobre quién estaba detrás del «absolutamente detestable» asalto al campamento.
A primera hora del 2 de mayo, cientos de manifestantes permanecían dentro de la barricada de contrachapado de su campamento en el patio de la UCLA, muchos de ellos ataviados con máscaras antigás y gafas protectoras y coreando «¿Dónde estaban ustedes el martes por la noche?», a pesar de que la policía les había ordenado por megáfono durante todo el día 1 de mayo, que desalojaran o se enfrentarían a una detención por reunión ilegal.
Cientos de manifestantes se reunieron en otros lugares del campus de la UCLA, y se registraron refriegas y detenciones al amanecer.
Aunque no se informó de enfrentamientos entre manifestantes y contramanifestantes, lo que preocupa a las autoridades universitarias, es que la policía de varias agencias parece dispuesta a entrar en el campamento de la UCLA y poner fin a la ocupación.
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