El Huainanzi (en chino: 淮南子), un antiguo texto chino de la dinastía Han, decía en su Volumen 41: «Una persona de bien preserva lo que tiene, y no persigue lo que no tiene. Si uno persigue lo que no tiene, entonces lo que uno tiene desaparecerá. Si uno cultiva lo que uno tiene, entonces lo que uno quiere aparecerá de manera natural».
Las declaraciones anteriores se pueden interpretar como: una persona respetada es aquella que conserva su virtud, y no desea lo que no le pertenece. Quien es codicioso finalmente perderá lo que tiene, porque la codicia y la búsqueda no traen bendiciones. El que viola la ley y acepta sobornos perderá sus bendiciones. Sin embargo, si uno cultiva la virtud, entonces aquello que quiere vendrá naturalmente, porque la virtud posee poderosa sabiduría y se puede transformar en bendiciones.
A continuación presentamos tres cuentos que ilustran antiguas creencias chinas. Cada una muestra la importancia de eliminar la codicia y cultivar la virtud, lo que a la larga evitará el desastre y traerá bendiciones.
El profeta Dou Qie
Qunshu Digest, un antiguo libro chino escrito durante la dinastía Tang, cuenta una historia que sucedió durante el período de la Primavera y el Otoño y el período de los Reinos Combatientes. Cuenta cómo el profeta Dou Qie vio la importancia de abandonar la codicia.
Dou Qie, un funcionario del Estado de Chu, conversó con Zi Chang, quien era el “lingyin” del estado. Lingyin era el rango más alto que un funcionario podía llegar a alcanzar en aquel entonces y es equivalente al rango de primer ministro de hoy en día.
Zi Chang le preguntó acerca de los ahorros y acerca de caballos. Al volver a casa, Dou Qie le dijo a su hermano menor: «El Estado de Chu se va a derrumbar, porque el “lingyin” no puede evitar los desastres. Cuando visité al “lingyin”, me preguntó acerca de cosas materiales y su expresión parecía la de un lobo hambriento. Me temo que el Estado de Chu está condenado a derrumbarse».
Dou Qie luego habló acerca de Zi Wen, quien había sido uno de los antepasados de Zi Chang: “Zi Wen renunció al cargo de “lingyin” en tres oportunidades y nunca tuvo ningún ahorro porque él tomó en consideración las necesidades de las personas. Cada vez que el rey Cheng del Estado de Chu le ofrecía un salario más alto que el salario habitual de ese rango, él se negaba a aceptarlo. Él no volvía al cargo hasta que el rey Cheng dejaba de hablar sobre aumentarle el salario”.
Alguien le preguntó a Zi Wen: “La gente persigue tesoros y riquezas en la vida, pero usted se mantiene alejado de estas cosas. ¿Por qué?”. Él respondió: “Los funcionarios del gobierno deben proteger a la gente común. En este momento, la mayoría de la gente es pobre. Si persigo y obtengo riquezas, entonces, lo que yo gano es en realidad algo que les fue quitado a otros. Si hiciera eso, entonces yo sufriría. Por lo tanto, estoy haciendo esto para evitar la muerte, no la riqueza”. Esa es la razón por la que se extinguió la línea familiar de Ruo’ao durante el período del rey Zhuang. Sin embargo, la línea de la familia de Zi Wen persiste porque son buenos funcionarios. ¿No se debe esto a que él veía a la gente como su prioridad y ponía su propia riqueza en segundo lugar?».
Sin embargo, la situación había cambiado, Dou Qie continuó diciendo: «Hoy, la reputación de Zi Chang (descendiente de Zi Wen y ayudante del rey Chu) es mala en todo el Estado de Chu. Toda el área está rodeada por paredes. La gente no tiene comida y muchos han muerto de hambre. Zi Chang no se preocupa por ellos, sino que en su lugar, acumula riqueza y tesoros. La gente no deja de quejarse de él. ¡Cuanto más riquezas acumula, más profundo es el odio y mayores son las quejas! ¿No está el Estado de Chu cerca de su último aliento?».
Un año después, se desató la guerra de Baiju entre el Estado de Wu y el Estado de Chu. El Estado de Chu fue derrotado. Zi Chang escapó al Estado de Zheng y el rey Zhao escapó al Estado de Sui.
Rechazando la codicia: el emperador Taizong de la dinastía Tang educa a sus hombres
El libro escrito en la dinastía Tang, Digesto Político de Zhenguan, registra una historia sobre cómo Li Shimin explicó a sus hombres la importancia de no dejarse llevar por la codicia.
Le dijo a sus hombres: “Si una persona tiene una perla brillante, él sin dudas lo verá como un tesoro. Si él usa esta perla para dispararle a los gorriones, sería un desperdicio. Con más razón, la vida de una persona es más preciosa que una perla brillante”.
«Si un funcionario se olvida de la ley y acepta algún tipo de soborno, entonces él no aprecia su vida. Si incluso una perla brillante, que es una cosa que está fuera del cuerpo de uno, no debe ser utilizada para dispararle a los gorriones, ni hablar de la vida de una persona, que es tan preciosa. ¿Cómo podemos usar nuestra vida a cambio de riqueza y cosas materiales? Si haces un gran esfuerzo por seguir siendo leal y recto, haces buenas obras para el país y la gente, entonces pronto serás promovido. Sin embargo, si persigues la prosperidad y aceptas sobornos, entonces una vez que se descubra tu comportamiento, tu vida estará en peligro».
«Esto también se aplica al emperador. Si él se entrega al sentimentalismo y al confort, y exige que la gente haga un arduo trabajo, le cree sólo a los funcionarios insignificantes, se aparta de los funcionarios leales y justos, y así sucesivamente. Si se involucra en cualquiera de las cosas mencionadas anteriormente, ¿cómo es posible que la dinastía sobreviva? El emperador Yang de la dinastía Sui vivía en el lujo, sin embargo, él se consideraba como una persona respetada. Al final, murió a manos de una persona común».
El emperador Taizong una año más tarde les volvió a hablar a sus hombres a cerca de la codicia, «He dicho que una persona codiciosa no sabe cómo valorar la riqueza. Tomemos por ejemplo a un oficial de rango, cuyos ingresos anuales son bastante considerables. Si él acepta sobornos, y es descubierto, no sólo perdería su rango, sino también se le confiscarían sus posesiones. ¿Se podría entonces decir que él realmente valora la riqueza?».
En otro momento, el emperador Taizong habló de Gongyixiu, un funcionario de alto rango en el Estado de Lu durante el período de Primavera y Otoño y el período de los Reinos Combatientes. “Gongyixiu amaba el pescado, pero nunca aceptaba pescados de otros. Si el señor es codicioso, él perderá a su país. Si sus servidores son codiciosos, él morirá pronto”.
«El Libro de los Cantares, un famoso libro del confucianismo, dice que si una persona es codiciosa, le traerá daño a mucha gente. Esto es realmente cierto».
Taizong le dijo a sus hombres: «El rey Hui del Estado de Qin planeaba ir a la guerra contra el Estado de Shu, pero él no conocía la ruta al Estado de Shu. Luego construyó bueyes usando cinco piedras y puso el oro detrás de los bueyes de piedra. Cuando la gente del Estado de Shu vio el oro, creían que los bueyes podían producir oro. El Rey del Estado de Shu les ordenó a cinco hombres fuertes que llevaran los bueyes de piedra al Estado de Shu, revelando así la ruta al Estado de Shu. Los soldados del Estado de Qin siguieron el rastro y derrotaron así al Estado de Shu».
Taizong continuó su charla dando otro ejemplo: «Tian Yannian, el “sinong” (nombre de un rango elevado, equivalente a lo que hoy en día sería el primer ministro) de la dinastía Han, aceptó sobornos de 30 millones de yuanes. Finalmente murió de sus propias manos».
El emperador Taizong les dijo a sus funcionarios que estén atentos a la codicia. «Existen muchas historias que hablan de la miseria debido a la codicia. Saquen una lección de la historia del rey del Estado de Shu y de Tian Yannian».
El general Guo Ziyi mantiene la paz abandonando la codicia y preservando la modestia
Guo Ziyi (vivió del 697 al 781 d. C.) fue un famoso general de la dinastía Tang. Guo Ziyi no permitía que los guardias permanecieran delante de su puerta. Todo el mundo, desde los nobles a la gente común pasando por los pequeños empresarios, podían entrar y salir de la residencia de Guo y nadie los detenía.
Todo el mundo estaba enterado de los problemas de la familia de Guo, no importaba cuán grande o pequeño fuera el asunto.
Por ejemplo, alguien dijo: «Los hijos de Guo estaban obligados a llevar el agua y regar el campo. Se ven iguales que los funcionarios comunes y los esclavos”. Esto significaba que no había nada oculto por Guo ni su familia.
Los niños de Guo Ziyi trataron de persuadirlo de cambiar sus modales. Pero Guo se negó a aceptar su sugerencia. Ellos lloraban y le decían: «Tú tienes méritos, pero no te respetas a ti mismo. Todas las personas, independientemente de si son ricos o pobres, están bajo tu protección. Creemos que incluso ni Yi Yin ni Huo Guang, quienes eran funcionarios de alto rango de la dinastía Han, eran tan abiertos y transparentes. Sin embargo, nos sentimos mal por ti».
Guo sonrió y dijo: «No es lo que piensan. Soy dueño de 500 caballos y hay 1.000 personas que están sostenidas por este gobierno. Mucha gente es celosa y me quiere calumniar. Si cerramos la puerta, cortando la conexión con el mundo exterior, entonces si al menos una persona me empieza a difamar y a quejarse de que no soy leal, pronto aparecerían quienes quieren hacerme daño. Entonces toda mi familia sería asesinada. Sería demasiado tarde para el arrepentimiento. Entonces, con todas las puertas abiertas, nadie me puede difamar. Es esta la razón por la que vivo de esta manera».
Los funcionarios judiciales traicioneros enviaban espías para vigilar a su familia, pero todos regresaban sin nada. Por último, sus hijos también se convencieron de que era mejor que fuera así.
Guo Ziyi jugó un papel significativo en la supervivencia de la dinastía Tang, durante sus 20 años como general. Tenía mucho poder, y ningún funcionario de la corte le pudo encontrar nada en su contra. Él había acumulado mucho mérito, y el emperador no sospechaba que hubiera cometido ningún delito. Los funcionarios judiciales traicioneros intentaron muchas veces hacerle daño, pero no lo lograron.
Era noble y rico cuando falleció. Sus prósperos descendientes vivieron vidas pacíficas y alegres. Esto fue posible debido a su lealtad al país, su rechazo a la codicia, además de ser modesto, humilde y generoso.
La codicia dirige al mundo
Los seres humanos son muy codiciosos. Cuando uno se entrega a los deseos de manera ilimitada, solo puede hundirse y será incapaz de levantarse de nuevo. Las bendiciones y la virtud lo van a esquivar, y el desastre lo va a perseguir.
Por el contrario, si uno cultiva el corazón, realiza buenas acciones, abandona la codicia y no vive en la ilusión, acumula virtud. Ganará de forma natural y sin perseguir nada. Esto se llama ser sabio.
Como decían los antiguos:
Abandonar la codicia y cultivar la virtud puede realmente ayudar a los seres humanos a evitar desastres y obtener bendiciones. Deberíamos reflexionar sobre eso y estar atentos.
Adaptado de: 1. El Digesto Qunshu, un antiguo libro chino sobre la dinastía Tang; 2. El Digesto Político Zhenguan, un antiguo libro chino de la dinastía Tang; 3. El Código de la gran dinastía Ming.
Este artículo fue publicado originalmente en Minghui.orig.
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