El encuentro de los jefes de estado para la cumbre del Mercosur este jueves estará marcado de tensiones tras la decisión del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, de celebrar un Tratado de Libre Comercio con China.
A pocos días de celebrarse la cumbre en la capital de Paraguay, Lacalle Pou anunció el pasado miércoles que habían llegado a un acuerdo bilateral con el régimen de China y que comenzaron “formalmente las negociaciones” para un TLC con Beijing.
“Somos pertenecientes al bloque del Mercosur pero hemos insistido una y otra vez de que el Uruguay tiene que abrirse al mundo y debe establecer todo tipo de acuerdos con distintas naciones”, dijo el mandatario en ese momento, señalando que el derecho internacional y los tratados firmados por Uruguay los avalaban.
Sin embargo, tal decisión ha dejado una serie de grietas entre los otros tres países miembros del bloque sudamericano, Brasil, Paraguay y Argentina.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dejó entrever que no asistirá a la cumbre, sin detallar la razón de su posible decisión. Sin embargo, dijo que “todo puede cambiar” en cualquier momento. En el caso de asistir, un factor de peso sería su aprecio por el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, debido a su trasfondo militar y porque Paraguay es uno de los países «que aún no es rojo» en América Latina, según dijo el brasileño.
Por su parte, Paraguay dijo que se encontraban en una “evaluación interna” sobre la decisión de Lacalle Pou de hacer un TLC con China.
Por un lado, el país estaría ponderado sus relaciones bilaterales, y con ello su reconocimiento a Taiwán por encima de la relación con el Partido Comunista Chino (PCCh).
“Al mismo tiempo, podemos decir que reivindicamos la letra y el espíritu de los textos fundacionales del Mercosur, el Tratado de Asunción y particularmente el Protocolo Ouro Preto, que dice que el proceso de toma de determinación es por consenso y que en las negociaciones externas deben estar presentes todos los estados partes”, dijo Raúl Cano, viceministro de Relaciones Económicas e Integración de Paraguay, a radio Oriental el viernes pasado.
El Tratado de Asunción dio paso a la creación al bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay en 1991, mientras que el Protocolo de Ouro Preto de 1994 estableció su estructura. En dicho documento, se menciona que la negociación con terceros países se debe hacer con la representación de los Estados miembro.
Mientras que el gobierno de Alberto Fernández coincidió con la declaración de Paraguay, abogando por un consenso entre todas las partes ante la decisión de Uruguay.
«Lo que Uruguay ha hecho es avanzar en un estudio preliminar de factibilidad que luego deberá ser tratado e internalizado hacia adentro del Mercosur y debe ser analizado por todos los países miembros», dice el texto del gobierno de Argentina, señalando que cada vez que el bloque conseguía acuerdos extra Mercosur con otros países u regiones, siempre se hacían estudios «donde tiene que haber un consenso de todas las partes».
El año pasado, al igual que los ejecutivos de Paraguay y Uruguay, Bolsonaro buscó abrir el Mercosur a terceros países y bajar su arancel al exterior, sin embargo, no hubo avances.
Aunque algunos países del Mercosur no han señalado su rechazo directo por el TLC que Uruguay querría firmar con China, algunos expertos manifiestan que, cuando se trata de crear alianzas en la región, Beijing tiene una gran ventaja debido al tamaño de las inversiones.
Beijing invirtió un total de USD 83,000 millones entre 2005 y 2020, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Además, el gobierno chino ha aumentado los préstamos a los países latinoamericanos.
Con información de EFE.
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