El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo el lunes que tiene poca confianza en el manejo de la administración Trump de una vacuna contra el virus del PCCh, e instó a los estadounidenses a ser «muy escépticos» sobre las vacunas distribuidas por las agencias federales.
Cuomo, cuyo estado ha soportado más de 34,000 muertes por la pandemia del virus del PCCh, dijo durante una entrevista con el programa «Good Morning America» de ABC que «no estaba tan seguro» de que la administración Trump pudiera desarrollar vacunas que sean confiables y seguras.
«No creo que el pueblo estadounidense tenga tanta confianza», dijo el gobernador demócrata al anfitrión George Stephanopoulos. “Ahora le dirá al pueblo americano: ‘Aquí hay una vacuna, es nueva, se hizo rápidamente, pero ¿confían en que esta administración federal y su administración de salud es segura?’ ¿Y no estamos 100 por ciento seguros de las consecuencias? Creo que va a ser un público estadounidense muy escéptico acerca de tomar la vacuna, y deberían estarlo».
Cuando se le preguntó qué se necesitaría para convencerlo de que la vacuna es lo suficientemente segura y efectiva como para ser distribuida, Cuomo dijo que solo confiaría en las evaluaciones de sus propias agencias estatales de Nueva York, y agregó que tanto la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) como Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ya no tienen credibilidad bajo la administración Trump.
«Lo que dije que iba a hacer en Nueva York es que vamos a reunir nuestro propio grupo de médicos y expertos médicos para revisar la vacuna, su eficacia y el protocolo», dijo. «Si dicen que es seguro, iré a la gente de Nueva York y les diré que es seguro con esa credibilidad».
«Creo que en todo el país necesitarás a alguien más que esta FDA y este CDC que diga que es seguro», continuó. «Si esta administración continúa, los CDC y la FDA no tienen ninguna credibilidad».
Cuomo, quien ha publicado recientemente un libro sobre su «liderazgo notable durante la crisis», sigue siendo criticado por una directiva del 25 de marzo que requería que los asilos de ancianos y las instalaciones de atención para adultos recibieran pacientes con COVID-19. Muchos de sus críticos dicen que la orden ha contribuido a las 6500 muertes estimadas que ocurrieron en hogares de ancianos en todo el estado.
Cuomo, en muchas ocasiones, ha descartado la idea de que su orden esté asociada con la pérdida de vidas por COVID-19 en hogares de ancianos. Afirmó la madrugada del domingo, durante una rueda de prensa, que fueron los trabajadores de la salud y los familiares visitantes quienes llevaron el virus del PCCh a esas instalaciones.
“Lo que sucedió en los hogares de ancianos fue que el virus entró allí por parte del personal que tenía la infección y en un momento en el que nadie lo sabía, antes de que tuviéramos capacidad de hacer pruebas”, dijo. “También es posible que haya llegado a los asilos desde el principio por visitas de familiares según la misma teoría. Se le dijo a la nación que solo las personas sintomáticas pueden transmitirlo. Así que los miembros de la familia que no presentaban síntomas fueron a hacer visitas en los hogares de ancianos».
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